Ciudadanía y Universidad Diego Portales llegan al Tribunal Ambiental para proteger el bosque El Panul

Ante la contaminación de privados, se exige la aplicación de mecanismos de protección, como por ejemplo la Ley de Bosque Nativo.

Ciudadanía y Universidad Diego Portales llegan al Tribunal Ambiental para proteger el bosque El Panul

Autor: Javier Karmy

El Panul, el último bosque nativo de la precordillera que sobrevive a los embates del capital santiaguino, sigue siendo propiedad privada y ambientalmente desprotegido. Por eso, los vecinos floridanos han realizado diversas medidas para su protección, y una de las que genera mayores expectativas es una acción judicial en el Tribunal Ambiental que obligará al Ministerio de Medio Ambiente a declarar las razones de por qué no está protegido.

Tras años de lucha, evitaron la destrucción de El Panul frente a la inminencia de ser arrasado por  una inmobiliaria. Evitaron incendios forestales intencionales y, tras el aumento de visitantes, anunciaron la instalación de un portón para resguardar el último bosque nativo de la precordillera de la capital. En ese mismo espíritu, hace unos días interpusieron una reclamación que fue acogida en el Tribunal Ambiental para que el Ministerio de Medio Ambiente haga cumplir la Ley de Bosque Nativo y adopte medidas que protejan el lugar.

Arena de mar en el bosque

Hace un año y medio, la comunidad alertó sobre el vertimiento de toneladas de arena de mar en más de 80 puntos en el bosque El Panul que secan y dañan el frágil ecosistema nativo. Como consecuencia de la acumulación de la arena, se crea una situación de riesgo para los vecinos porque ese material acopiado puede generar un aluvión, si es que cayera una lluvia intensa.

La denuncia fue realizada el año 2016 y da cuenta que desde hace tres décadas que los dueños de El Panul -la familia Navarrete Rolando, a través de la empresa Gelymar- vierten toneladas de arena de mar en el bosque. Y si bien la comunidad solicitó a la autoridad ambiental los respectivos permisos con que debían contar para operar con el secado de algas que realiza la empresa Gelymar, el Ministerio de Medio Ambiente respondió -insólitamente- que como el bosque está desprotegido, pueden continuar con la contaminación sin ningún tipo de documento.

Por eso, luego de que archivaran la causa, la Red de Defensa de la Precordillera, en conjunto con la Clínica de Derecho Ambiental de la Universidad Diego Portales, inició un proceso judicial en el Segundo Tribunal Ambiental de Santiago que fue recientemente acogido.

Para Juan Pablo Parada, integrante de la Red de Defensa de la Precordillera, si bien El Panul es un terreno privado “sí está afecto a algunos mecanismos de protección, como por ejemplo, la Ley de Bosque Nativo”, según sostiene en diálogo con El Ciudadano.

Por eso, demandaron al Ministerio de Medio Ambiente y a quienes resulten responsables por el daño ambiental ocasionado en el bosque El Panul.

Parada cuenta que en el bosque El Panul se realizan actividades de secado de algas porque los dueños del fundo tienen una empresa pesquera. “Ellos vierten arena y luego la vierten en las quebradas”, narra el dirigente, quien detalla que con ese material se generan dos problemas. El principal es el deterioro de un hábitat natural causando que no vuelvan a crecer plantas ni árboles, es decir, como señala el dirigente, “el bosque se estanca”. Y en segundo lugar, en la quebrada se aumenta el riesgo de que en una posible lluvia se produzca un aluvión por la concentración de material, lo que -advierte- «es muy grave en términos de seguridad para los vecinos”.

Juan Pablo Parada sostiene que esto es “responsabilidad del municipio, porque tiene que fiscalizar”. En ese sentido, explica que el director de obras municipales tiene la obligación de cursar una multa y solicitar a la empresa que quite el material, si es que se corrobora la denuncia. Algo que, añade, “no lo ha hecho”.

Las denuncias de contaminación ambiental en el bosque El Panul tampoco han sido fiscalizadas por otros organismos que tiene la obligación de hacerlo, como la Municipalidad de La Florida o la Dirección General de Aguas.

El resultado de la demanda interpuesta en el Tribunal Ambiental contra el Ministerio es importante, ya que la comunidad sabrá si efectivamente el bosque El Panul es o no un área que se encuentra bajo protección oficial, y si puede o no ser contaminada sin contar con los permisos ambientales.

Importante señal

“Es muy importante la señal que está dando” el Tribunal de acoger la reclamación, pues existirían los argumentos jurídicos para que la justicia “pueda evaluar cómo actuó el Ministerio de Medio Ambiente respecto a la protección de El Panul”, explica Parada.

“Esto no es normal”, espeta el dirigente, quien argumenta que la situación de El Panul “merece una revisión”, porque según la ley debiera estar protegido. No obstante, advierte que el Ministerio no dispone de mecanismos de resguardo oficial.

En todo caso, esto va acorde a la política histórica que ha tenido el Estado y sus diversas instituciones respecto a la protección del bosque nativo precordillerano. “El Panul ha sido muy menospreciado en cuanto a su valor ecosistémico y a su contribución a la ciudad por parte de todas las autoridades políticas de todos los colores”, exclama Parada, quien agrega que “existe y ha existido una total falta de voluntad política y administrativa para resolver el tema”.

Lo lamentable es que El Panul, pese a los esfuerzos de los vecinos comprometidos con su hábitat, día a día se deteriora más, porque hay gente que sube en la noche, hacen fogatas, hay subidas masivas de personas, así como también de ciclistas y motoristas. “Siempre estamos con la amenaza de los incendios, y esto se debe a la falta de regulación oficial del Estado”, cierra Parada.

En los próximos días, el Tribunal Ambiental notificará al Ministerio de Medio Ambiente respecto a la obligatoriedad de pronunciarse sobre los motivos de la desprotección oficial de El Panul, a pesar de estar al alero de la Ley de Bosque Nativo.


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