El puente que unía la plataforma Wilkins con el continente antártico hace unos días colapsó, iniciando la deriva de una masa de hielo del tamaño de la Región Metropolitana por los mares del sur. Ya son 10 las plataformas de hielo colapsadas como consecuencia del cambio climático y de tomarse medidas hoy, veremos recién que este proceso de desmembramiento del continente blanco pararía en 50 años más.
El sábado pasado el puente que mantenía unida la plataforma Wilkins a la península antártica finalmente colapsó. Lentamente para la medida humana y en forma abrupta para el tiempo glacial, la franja de hielo de 40 kilómetros que une la Antártida con la plataforma Wilkins terminó por desprenderse del continente blanco.
El puente comenzó a colapsar en mayo del año pasado. Si en 1950 el puente de hielo tenía unos 100 km. de ancho, las últimas informaciones que se tuvieron calcularon que dicho trozo de hielo sólo era de 500 metros.
La temperatura en la península antártica ha aumentado unos 3º C en los últimos cien años, en tanto que la temperatura del planeta lo ha hecho 0,74º C en los últimos 100 años. Esto incide en el derretimiento de los hielos y en el aumento del nivel del mar. El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, estimó el 2007 que el nivel del mar se elevaría entre 18 y 59 centímetros en este siglo.
La ruptura del puente dejó enormes icebergs flotando en el mar donde había estado hasta inicios de abril el puente de hielo. Científicos del IPCC creen que la separación de la plataforma Wilkins del continente antártico podría permitir que las corrientes oceánicas separen más dicha plataforma. “Mi impresión es que perderemos más hielo, pero habrá un remanente hacia el sur”, indicó a la agencia Reuters David Vaughan, experto en glaciares del Centro Británico de Investigación Antártica.
Las plataformas de hielo son extensiones de capas de hielo continental que flotan en el mar y pueden tener varios metros de grosor. La mayor de la Antártida, Lade Ross, es tan grande como Francia.
La plataforma Wilkins cubría 16.000 kilómetros cuadrados en su origen, pero en las últimas décadas ha perdido un tercio de su superficie, pero aun así sigue siendo del tamaño de Jamaica o de la Región Metropolitana de Santiago.
El glaciólogo del Instituto Antártico Chileno (Inach), Ricardo Jaña, señaló a El Ciudadano que el proceso de separación de esta masa de hielo se vienen sucediendo desde el año 1998. “Hablaría de un proceso que está ocurriendo y que la pérdida de este puente ha continuado”- sostuvo.
Jaña también precisó que “una de las causas del cambio climático de los últimos 50 años es que han aumentado las temperaturas 5º C respecto a medias invernales anteriores. Ahora la pregunta es con qué rapidez se va a producir lo que viene”.
CATÁSTROFE ANUNCIADA
Si bien, a mediados de febrero el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España anunció el colapso de 14 mil kilómetros cuadrados de la plataforma Wilkins, las imágenes tomadas desde satélites desmintieron el hecho.
Investigadores alemanes aseguraron posteriormente que los satélites colocados en la Antártida no detectaron pruebas del desprendimiento, por lo que el equipo del CSIC enmendó la información mostrando que sólo se trata de cuarteaduras y grietas.
Finalmente el CSIC señaló que “la lengua de hielo que une la placa con la península se ha agrietado y cerca de un 25 por ciento de toda la plataforma ya se ha desprendido y fragmentado como consecuencia del calentamiento global, según los científicos. Los gigantescos icebergs en los que se ha descompuesto la parte desprendida comienzan a dispersarse por el Océano Austral”.
Ya en octubre del año pasado, Andrés Rivera, glaciólogo del Centro de Estudios Científicos (CECS), observó desde el avión P3 de la Armada, el que cuenta con instrumentos de la NASA y del CECS, grietas y témpanos que se desprendían de la parte norte del puente de hielo en gran cantidad.
VAN 10
La Antártida es el cuarto continente más grande del globo y tiene una extensión de 14.107.637 km². Es el continente más elevado de la Tierra, con una altura promedio de 2.000 msnm.y alberga alrededor del 80% del agua dulce del planeta. A la vez, sus bajas temperaturas lo hacen ser el continente más seco de la Tierra.
Pero Wilkins no ha sido la única plataforma de hielo que ha perdido masa en los últimos 50 años. Otras nueve han menguado o colapsado alrededor de la península antártica: Larsen A, Larsen B y Larsen C, Príncipe Gustav, Muller, Jones, Wordie, George VI norte, George VI sur y Wilkins.
Se estima que han desaparecido unos 25.000 kilómetros cuadrados de hielo, cuyas plataformas tenían al menos 10.000 años de edad. Estudios científicos señalan que debido al calentamiento global, la Antártida pierde unos 152 km³ de hielo/año, lo que supone un aumento del nivel del mar de unos 0,4 milímetros.
Si en 1995 se desmoronó Larsen A, en el verano meridional del 2002 se fragmentó y derritió la Barrera de Hielos Larsen B que poseía un área de 3240 km² y una antigüedad de aproximadamente 10.000 años.
Alfredo Erlwein, investigador del Centro de Estudios Ambientales de la Universidad Austral de Chile, comentó a El Ciudadano que el proceso de desmembramiento de hielo también afecta el ecosistema de los mares antárticos.
Grandes extensiones de hielo que rodean la península antártica son fundamentalmente de hielo marino, o sea agua salada congelada. Este hielo se congela a -14º, lo que lo hace más sensible a un aumento de temperaturas. “El ecosistema antártico hace que en invierno se congelen grandes superficies de mar, lo que permite que al comenzar las estaciones con más luz se desarrollen colonias de microalgas bajo el hielo marino, las que son una importante fuente de alimentos para el krill. Al afectarse éste se dañan varios eslabones posteriores de la cadena trófica, tales como peces, pinguïnos, focas y cetáceos”- comenta Erlwein.
Erlwein agrega que como “las algas también secuestran carbono a través de la fotosíntesis, el que pasa a la cadena trófica y en parte es depositado por el krill en los fondos marinos, al aumentar la temperatura se reduce la capacidad del ecosistema para absorber gases de efecto invernadero, pues desaparecen importantes superficies de hielo marino, lo que incide en un menor desarrollo de las algas que son las que absorben dióxido de carbono”.
CAMBIO CLIMÁTICO
El colapso del puente de hielo ocurre justo al mes de cerrarse el Año Polar Internacional, época que ha asistido a la mayor pérdida de hielo documentada en la historia humana. La deriva de la plataforma Wilkins podría presagiar una rotura mayor por el calentamiento global, sostuvo Vaughan.
Si bien Ricardo Jaña, señaló que también es explicable por otras razones, “sean físicas, como procesos de estrés y tensión de los hielos que flotan por acción del océano, o fenómenos de tensión dinámica de los mismos”, el investigador reconoció a El Ciudadano que la causa más directa es el aumento de la temperatura de la tierra. Erlwein agrega que “el calentamiento global es una verdad científica. Hay consenso en la existencia del fenómeno y el aumento de la temperatura tiende a extremarse en los polos”.
Erlwein comenta que “el territorio antártico es más sensible a los cambios de temperatura y que suba en un grado la temperatura implica fenómenos físicos y biológicos asociados. Uno de ellos son los fenómenos lumínicos y de absorción de radiación calórica”.
Consultado por las medidas a tomar, Erlwein parte del hecho de que “no podemos hacer una acción localizada en la Antártida”, aunque sí se debe mantener la vigencia el Tratado Antártico que permite la sólo la investigación científica en el continente, alejando los intereses en tanto explotación de recursos naturales.
También Erlwein apoya la reciente propuesta del presidente norteamericano, Barack Obama, quien se manifestó partidario de reducir el turismo. “Es necesario tener un plan de manejo de la Antártida, ya que hoy no hay restricción a la cantidad de operadores antárticos y el crecimiento del turismo ha sido exponencial. Si la llegada de turistas a bahía Paraíso, donde se ubica la base Gonzáles Videla de la FACH, se ha cuadruplicado en los últimos 10 años”- acusa Erlwein.
Por su parte, Jaña reconoce que las medidas a tomar hoy no variarán el desprendimiento de estas masas de hielo en el tiempo inmediato, “más bien hay que pensar en las medidas para que en los próximos 50 años esto no continúe”.
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El Ciudadano