Desde hace algún tiempo se ha empezado a integrar fibras de propileno en el hormigón, con la finalidad de evitar que el concreto estalle.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, desarrolló un innovador proyecto que aprovecha las fibras textiles de los neumáticos para dar al hormigón mayor resistencia al fuego.
El reciclaje de neumáticos es una tarea que se viene realizando desde hace tiempo y el beneficio de este proyecto en cuestión se traduce en una solución sostenible para la construcción, a la vez que disminuye el impacto que genera la acumulación de estos residuos automovilísticos.
Cuando los refuerzos de acero que contienen las construcciones están expuestos a temperaturas extremas se debilitan rápidamente, aumentando la probabilidad de que la estructura de hormigón colapse.
Como una solución a este problema, desde hace algún tiempo se ha empezado a integrar fibras de propileno en el hormigón, con la finalidad de evitar que el concreto estalle, por lo que su uso es relativamente conocido.
El estudio de Sheffield demuestra que estas fibras no tienen que estar hechas de materias primas, sino que pueden ser recicladas de neumáticos usados.
Sustentable y útil
Según destacan los investigadores, este material reciclado hace el mismo trabajo que las fibras de polipropileno vírgenes, lo que supone un ahorro de energía y recursos para su fabricación.
Las fibras de polipropileno entran en acción una vez que se funden al estar expuestas al fuego, dejando pequeños canales, esto significa que la humedad atrapada dentro del concreto es capaz de escapar evitando que estalle.
El proceso de reciclaje de este material implica separar las fibras de la goma del neumático, desenredar las fibras en filamentos y luego distribuirlas uniformemente en la mezcla de hormigón.
Un proyecto similar fue iniciado en 2017 por estudiosos de la Escuela Superior de Ingeniería Industrial Aeroespacial y Audiovisual de Terrassa, de la Universidad Politécnica de Catalunya, que proponían el uso de los tres componentes esenciales del neumático: látex o caucho, una armadura textil y fibras de acero.
Hasta la fecha todos esos materiales podían reutilizarse, menos las fibras textiles, que acababan en los vertederos o incineradoras. Gracias este programa, esas fibras textiles tienen ahora un nuevo uso, sacos de carga pesada.
El material obtenido por estos científicos, tras combinar las fibras, pasta de papel reciclado y cola blanca adhesiva, se ofrece en forma de sacos o de placas con utilidad dentro del sector de la construcción o en proyectos ferroviarios como aislante térmico y acústico.
Sumados a la causa del reciclaje
En todo el planeta es común observar neumáticos viejos o desgastados en vertederos de basura, bajo la excusa de ser éstos “inservibles”. De hecho, solo en Europa, hasta un 70% de los neumáticos acaban en este tipo de depósitos de basura.
A partir de diversos estudios, los científicos apuestan a más y se aventuran a utilizar propileno reciclado para reforzar aún más el hormigón en caso de incendio.
Para ello, se están llevado a cabo otras iniciativas encaminadas a reforzar las mezclas asfálticas, aunque añadiendo propileno de otras fuentes además de las fibras procedentes de neumáticos.
Una de las iniciativas lleva por nombre POLYMIX, acometida por el Instituto Tecnológico del Plástico, con sede en España, en colaboración con ACCIONA.
En sus primeras pruebas, los científicos utilizaron una mezcla de propileno de neumáticos usados, tapones de polipropileno, envases de polietileno y perchas de poliestireno para asfaltar un tramo de dos kilómetros de carretera.
Luego de un año y medio desde su aplicación, los promotores de este proyecto tecnológico comprobaron que el material asfáltico resultante aguanta mejor las temperaturas elevadas del verano, así como a la presión del tráfico rodante, gracias a su mayor resistencia a la deformación plástica.
La principal ventaja de POLYMIX, según resaltan, es que integra residuos plásticos de diversos orígenes y permite construir carreteras con un menor impacto medioambiental, además de una mayor durabilidad.
Este proyecto recibió el premio Life 2015 en la categoría de Medio Ambiente que se concedió en la Green Week celebrada en Bruselas, reseñó el portal de Inversión y Desarrollo de México.
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