Del Tofu al Estado inclusivo
En este medio digital he escrito un par de columnas sobre el veganismo, discriminación y medio ambiente, hoy quiero comentarles algunas cosas sobre el proyecto #MenúVegano y lo importante que es para una comunidad condenada a sufrir por otros.
En la tarde de ayer nos juntamos a celebrar en el «Mercadito Vegano» con profesionales del equipo jurídico de @Animal_Libre, y más tarde con su coordinador nacional y amigos activistas. Estábamos muy contentos, ¿Por qué cree usted tanta alegría? Pues bien, el jueves 13 de agosto se ingresó un proyecto de recomendación en la Cámara de Diputados que nos hizo sentir, por primera vez, considerados como veganos.
Los veganos en particular, decidimos no promover actos de violencia porque no existe justificación para estos, ya sea explotación, muerte, discriminación, etc. Sabemos lo que pasa detrás de los muros en las faenadoras, en la industria láctea y avícola; conocemos el proceso de faena y desposte de todos los animales condenados al consumo humano, nos duele y llena de impotencia ver como degollan vivas a las vacas, como mutilan a los cerdos, decapitan a los pollos y castran a pequeños animales recién nacidos. A lo anterior, más de alguno dirá “yo también conozco el proceso, y aun así como carne”, pero créame, no es de mañosos, solo nos oponemos a discriminar entre especies animales, un perro mutilado es lo mismo para nosotros que un cordero en las mismas condiciones, una patada a un caballo tras un acto de jinetadas es lo mismo que una patada al gato de la vecina, comer carne de bovino es para nosotros igual a comer carne de koala, es decir, no podemos discriminar entre animales porque creemos que es INJUSTO.
El proyecto #MenúVegano se gesta bajo una necesidad, no por un capricho o intenciones de que el Estado nos alimente gratuitamente, de ser así, prefiero me eduquen gratis. La necesidad es simple: En instituciones privadas de salud, te pueden preparar la comida que tú necesites, siendo vegano, celíaco, omnívoro, como tú quieras. Lo anterior implica que tendrás garantías que aseguraran no transgredir tus costumbres y creencias si tienes los ingresos suficientes para pagar los costos convenidos por la institución, pero imagina a un chico de Lo Hermida o Maipú que no consume productos de origen animal y cae hospitalizado en algún hospital público, imagina lo problemático que sería para el joven si la institución no cuenta con minutas basadas en productos libres de origen animal, lamentablemente para él no habría opción alimenticia, y quizás, sería otra tarde de ensalada y jugo. El ejemplo anterior se repite día a día no solo en instituciones públicas de salud, sino también en establecimientos educacionales, cárceles, instituciones públicas (también en privadas) y en cualquier lugar donde se desenvuelva un vegano o vegetariano.
En muchos establecimientos educacionales municipales y particulares subvencionados, aunque usted no lo crea, existe una cantidad reducida pero significativa de jóvenes que no consumen productos de origen animal, y que al no ver un menú que cumpla con sus requisitos éticos, comen de manera deficiente o simplemente no lo hacen. Pues bien, lo que trato de aclarar en estos pequeños párrafos es lo desvalidos y discriminados que nos sentimos solo por decidir no causarle daño a los animales, y si bien muchos de ustedes podrán ahora adjuntar o comentar sobre la columna del “Ambientólogo” Bertonatti y las contradicciones del Vegano, estamos convencidos que el veganismo rompe con el statu quo imperante, promueve a la consideración moral y ética de seres que sienten y nos hace más respetuosos, no solo con los animales, sino también con el medio ambiente y en sociedad.
Apelamos a una participación inclusiva del estado en esta y otras materias, no dejando de lado a personas que por patologías no pueden alimentarse con ciertos productos, ya sean celiacos, intolerantes a la lactosa, algunas personas con problemas auditivos o con distintos tipos de alergias alimentarias. También, se hace un llamado a no desvirtuar el objetivo del Proyecto, el cual solo pretende entregar en estas instituciones una opción alimenticia distinta y libre de crueldad.
Para finalizar, agradezco el tremendo aporte de las diputadas Cariola, Vallejo y al diputado Mirosevic, quienes nos consideraron, visualizaron esta problemática, y ahora trabajan para solucionarla.