La organización internacional WWF manifestó su decepción y preocupación por la reciente decisión de Islandia de reanudar la caza comercial de ballenas, tras finalizar una prohibición temporal introducida este año, luego de que un informe encargado por el gobierno afirmara que las ballenas tardaban demasiado tiempo en morir tras ser arponeadas, a veces incluso horas, lo cual incumple la ley islandesa sobre bienestar animal.
«Reanudar la caza comercial de ballenas es un paso en la dirección equivocada para Islandia», declaró Chris Johnson, líder mundial de la Iniciativa para la Protección de Ballenas y Delfines de WWF.
«Los rorcuales comunes (también conocidos como ballena de aleta o ballena fin) son el segundo animal más grande de la Tierra, están clasificados como ‘vulnerables’ por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y se encuentran en todos los grandes océanos, desde las regiones tropicales a las polares», explicó el experto sobre esta especie, cuyo nombre científico es Balaenoptera physalus.
En esa línea, Johnson recordó que «cada vez hay más pruebas científicas que demuestran que los grandes rorcuales favorecen la productividad de los océanos y, a través de ésta, sustentan el gran rol como secuestrador de carbono que estos tienen».
«En el Atlántico Norte, los rorcuales comunes tienen largos patrones migratorios a través de ‘corredores azules’, por lo que estos beneficios son cruciales para múltiples naciones y para alta mar. Protegiendo a las ballenas, protegemos nuestros océanos y a nosotros mismos», agregó el representante de WWF.
Desde Chile, Yacqueline Montecinos, coordinadora de la iniciativa Corredor Azul del Pacífico de WWF, señaló que «la ballena fin es una de las especies que aún nos falta mucho por conocer, existe información de algunas áreas de alimentación importantes, como la que tenemos en el Archipiélago de Humboldt en Chile, que es parte del Corredor Azul del Pacífico Oriental, pero a nivel global no conocemos mucho de sus áreas reproductivas, por ejemplo, o de sus tamaños poblacionales reales por océano».
«Esto hace que sea una tremenda irresponsabilidad el restablecimiento de la caza cuando no logramos dimensionar los potenciales impactos negativos que se generarán sobre esta población en particular, pero también sobre la especie a nivel mundial», puntualizó Montecinos.
En Islandia, actualmente sólo una empresa ballenera, Hvalur, sigue operativa. Su permiso para cazar ballenas de aleta expira en diciembre de 2023, pero cada vez preocupa más que esta nueva decisión ponga en entredicho la retirada progresiva de la caza de ballenas.
«Islandia aún tiene la oportunidad de tomar la decisión correcta y poner fin a la caza comercial de ballenas a finales de 2023, en consonancia con la comunidad internacional y la moratoria mundial de la Comisión Ballenera Internacional sobre la caza comercial de ballenas. Tenemos la responsabilidad colectiva de salvaguardar los rorcuales comunes para las generaciones futuras», concluyó Chris Johnson.
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