Científicos cubanos han creado variedades de vegetales diseñadas para resistir la sequía, los fuertes vientos y el aumento de la temperatura, consignó esta semana el portal Mitre y el Campo.
De acuerdo a la publicación, entre los cultivos modificados en el Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales (Inivit) de la central provincia de Villa Clara, se encuentran tubérculos y frutas de amplio consumo en Cuba como el boniato, la malanga, la yuca, y los plátanos. Estos “clones” necesitan menos agua y resisten mucho mejor el ataque de plagas, afirman directivos del Inivit citados por la estatal Agencia Cubana de Noticias.
Según la información, en los campos cubanos ya se cosechan variedades de plátanos (PV 0630) de “porte bajo” y yuca (Inivit 93-4) con 40 centímetros menos de alto, que reportan “menores daños en el caso de vientos huracanados” y rendimientos superiores a los cultivos tradicionales.
En el caso del boniato, conocido también como batata o patata dulce, se han obtenido semillas que necesitan un consumo mínimo de agua, lo cual permite que solo con la humedad de la lluvia se pueda producir hasta diez toneladas del cultivo por hectárea de terreno, resultados que son “aceptables en esas condiciones”.
Los directivos del Inivit informaron, además, que ya los productores cubanos tienen en sus manos una nueva variedad de este tubérculo, con alto contenido de vitamina A y muy resistente al tetúan, la plaga más mortífera para este cultivo.
La “biofábrica” del Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales (Inivit) crea anualmente entre 35.000 y 53.000 plántulas diseñadas de acuerdo a las necesidades de la producción agrícola del país y las características de cada terreno. En ese sentido, la agricultura es un tema prioritario en el proceso de reformas económicas liderado desde 2011 por el presidente cubano, Raúl Castro, el cual incluye el “reordenamiento” del sector agrícola para aumentar la producción de alimentos, asunto considerado de “seguridad nacional”.
Cuba dedica unos 2.000 millones de dólares al año a la importación del 80% de los víveres que consume y, según datos del Ministerio de la Agricultura, el 60% de esos alimentos que se compran en el exterior podría producirse en el país.