Decir zona de catástrofe no es suficiente para la tragedia nacional que vivimos. Las regiones de O’higgins, Maule, Bio Bío, Los Ríos y Los Lagos se encuentran en una situación crítica. Según informa la Onemi, los incendios ya han afectado 238.613,16 hectáreas, la mayor catástrofe incendiaria en nuestro país.
Al día de hoy han ocurrido 99 siniestros, de los cuales 30 han sido controlados, 64 aún se encuentran en combate con focos activos que vuelven a prenderse a pesar de los esfuerzos de bomberos y brigadistas. Hasta ahora sólo 5 siniestros han sido extinguidos.
Atacando el fuego hay 46 aeronaves que constan entre aviones y helicópteros de Conaf, Onemi y Fach, además de aproximadamente 4.000 personas que trabajan arduamente en las labores de control y extinción de incendios, entre funcionarios de las Fuerzas Armadas, brigadistas de Conaf, voluntarios de Bomberos y personal de las distintas instituciones del Estado.
Las condiciones meteorológicas lamentablemente no ayudan a apagar los incendios, ya que estamos viviendo una ola de calor histórica que llega con viento y temperaturas sobre los 31° en Concepción, Temuco, Valdivia. Mientras que en Santiago, Rancagua y Talca han superado los 36°. Condiciones que dificultan mucho más las labores de extinción del fuego y de rescate con las que los voluntarios tienen que lidiar, además de las altísimas temperaturas que provocan los incendios.
Se mantiene la Alerta Roja en 17 comunas del país y decretadas zonas de catástrofe las regiones de O’higgins y el Maule. Durante el día y la noche de ayer, el incendio destruyó el sector de Santa Olga y Nueva Esperanza en la comuna de Constitución, donde todos los habitantes tuvieron que ser evacuados por el avance inminente del fuego.
En la comuna de Pumanque el fuego arrasó con aproximadamente el 80% de su territorio, habitantes relatan que hay olor a animal muerto en todo el territorio, la ceniza no deja respirar y la situación es desastrosa. También han vivido un verdadero infierno las comunas de Santa Cruz, Paredones, Marchigüe, Litueche, Chépica, Vichuquén, Lolol y Cauquenes, entre muchas más que han sufrido la pérdida de miles de hectáreas de vegetación, sus animales han muerto quemados por el miedo al fuego que no les ha permitido huir, cientos de casas destruidas y miles de personas evacuadas y damnificadas.