En las islas Galápagos, en Ecuador, habita una criatura única, cuya extinción está en riesgo por la acción del hombre. Se trata de la especie de tortuga ‘Chelonoidis vandenburghi’, popularmente conocida como ‘tortuga gigante’, debido a su enorme tamaño.
En vista de su condición actual, guardaparques y científicos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos y del proyecto Galapagos Conservancy realizan un censo de esta especie. Específicamente, censarán las que habitan en los alrededores del volcán Alcedo. reseñó la agencia EFE Verde.
La expedición científica inició sus actividades este domingo y se extenderán durante una semana. El objetivo es hacer una estimación de los resultados de las distintas políticas de conservación establecidas en esa zona.
El censo forma parte del programa para la Restauración de las Tortugas Gigantes. Los expertos harán seguimiento intensivo alrededor del volcán, situado al norte de la isla Isabela, la más grande del archipiélago.
Un comunicado del Parque Nacional detalló que estimarán “el estado de conservación actual de este volcán, luego de las diferentes acciones de manejo exitosas que se han implementado como medidas de restauración”.
“Como parte del plan de monitoreo, los equipos contabilizarán y obtendrán datos como distribución, sexo, edad, nidos, tortugas eclosionadas (en esta época), entre otros”, agrega el texto.
Cómo se hará el censo de esta tortuga
La expedición desarrollará su trabajo en una extensión de aproximadamente 200 kilómetros cuadrados. Asimismo, contará con ocho grupos de tres personas, distribuidas al norte, sur y este del volcán. Es en esas zonas donde se concentra más del 90% de la población de esta tortuga.
Además, el monitoreo se desarrollará bajo protocolos de bioseguridad. Estos incluyen pruebas PCR al equipo para evitar contagios de COVID-19. Además, los expertos también tienen previsto registrar la posible presencia de especies invasoras que puedan amenazar a otras endémicas, entre ellos gatos, hormiga colorada e higuerilla.
Las islas Galápagos están ubicadas a unos 1.000 kilómetros de las costas continentales de Ecuador. Constituyen uno de los ecosistemas más valorados y mejor conservados del mundo. Por ello, el control sobre sus especies es continuo para preservar su biodiversidad.