El oncólogo italiano Tullio Simoncini asegura que puede curar el cáncer utilizando bicarbonato de sodio, tratamiento que actualmente es incorporado en la discusión científica por algunas revistas especializadas.
Tras las repercusiones del artículo publicado por nuestro medio sobre este revolucionario descubrimiento y tratamiento contra el cáncer, pero que sólo debe ser aplicado por un especialista, presentamos una publicación sobre el tema de la revista de Discovery DSalud.
Las células cancerosas precisan de un entorno ácido para crecer y desarrollarse ya que no pueden hacerlo en un medio alcalino. Pues bien, para contrarrestar rápidamente esa acidificación un oncólogo italiano, el Dr. Tullio Simoncini, utiliza algo tan simple como bicarbonato sódico diluido en agua logrando detener así el crecimiento de los tumores.
Esta dilución simplemente se ingiere o bien, y cuando se quiere llegar rápidamente cerca del tumor, se aplica por vía intravenosa. No sólo asevera que es efectivo sino que apenas tiene efectos secundarios. Y asegura algo más: que la principal causa del cáncer -y de la acidificación- es un hongo: la Candida Albicans.
¿Puede realmente una sustancia tan común como el bicarbonato sódico ser esencial en el tratamiento del cáncer? Lo ignoramos pero quien así lo afirma no es un médico generalista sino un oncólogo italiano llamado Tullio Simoncini que mientras no se pronuncie la Justicia tiene prohibido hoy ejercer precisamente por afirmarlo y tratar así a numerosos enfermos.
Según asevera -y la verdad es que ahí están los testimonios de sus pacientes- con notables resultados. A pesar de lo cual es tachado por gran parte de sus compañeros de farsante… y eso que el sentido común indica que, puestos a engañar, siempre es más fácil hacerlo al amparo del sistema que enfrentándose a él, sobre todo habida cuenta de sus numerosos medios represivos: legales, corporativos, policiales y mediáticos.
Claro que la opinión de Simoncini sobre lo que hacen sus colegas oncólogos tampoco es mucho mejor. «Hay que rendirse a la evidencia -afirma-. La Oncología contemporánea es incapaz de dar respuesta a los enfermos de cáncer y, por tanto, tenemos todos la obligación ética y moral de tratar de encontrar una solución correcta a la más grave y dolorosa enfermedad de nuestro tiempo».
LA CANDIDA ALBICANS, LA CAUSA ; EL BICARBONATO SÓDICO, LA SOLUCIÓN
La cuestión es que Simoncini ha llegado a la conclusión de que el cáncer es consecuencia de una infección masiva causada por hongos de la familia de la Candida. Y fundamenta su aseveración en el hecho de que está presente en la práctica totalidad de los cancerosos.
Sus compañeros oncólogos reconocen que eso es así pero argumentan que si se multiplica masivamente en el organismo es a consecuencia de la bajada de defensas que provocan los agresivos tratamientos quimioterápicos.
Simoncini sostiene justo lo contrario. «Mi opinión -dice- es que los hongos aparecen antes. Y son ellos los que producen cáncer, debilitan el sistema inmunitario y, finalmente, invaden todo el organismo. Cada tipo de cáncer es causado por un hongo de esa especie. Y la configuración histológica del tumor es el resultado de la reacción de defensa de un tejido contra la invasión. Con el tiempo, los tejidos se agotan y producen sólo las células indiferenciadas».
Para Simoncini el cáncer podría pues considerarse un absceso sólido en el que las colonias de hongos formarían el centro produciéndose a su alrededor la reacción celular de defensa. Forma pues parte de la corriente de investigadores -aún hoy minoritaria- que considera que el cáncer no es una enfermedad sino un mecanismo de defensa del organismo cuyo objetivo principal es mantener al ser humano con vida. Y lo que llevaría al enfermo a la muerte, por tanto, sería impedir desde fuera ese proceso curativo interno.
Debemos añadir que hoy día las enfermedades causadas por hongos son muy comunes en pacientes que tienen especialmente dañado su sistema inmune. Es el caso, entre otros, de los enfermos de Sida, de los que ingieren fármacos tóxicos (especialmente los quimioterápicos) y de los que se someten a radiaciones intensas o constantes (incluidas las sesiones de Radioterapia).
También suelen aparecer en personas con diabetes y entre quienes han seguido tratamientos prolongados con antibióticos y algunos otros fármacos. Está además comúnmente aceptado que los hongos que pertenecen al género Candida pueden infectar los órganos internos y las membranas mucosas de la boca, garganta y tracto genital. Y que en las personas con el sistema inmune deteriorado puede originar infecciones crónicas.
Los científicos admiten, en suma, la relación de la Candida con ciertas enfermedades. Y la de otros hongos con distintas patologías graves. Pero, curiosamente, no se habían planteado la posibilidad de que un hongo pudiera provocar cáncer. Hasta Simoncini, que está convencido de que en una situación de debilidad del organismo la Candida puede penetrar en el tejido conectivo de cualquier órgano, infectarlo y provocar la reacción defensiva del cuerpo para intentar aislarlo encapsulándolo y formando así lo que llamamos tumor canceroso.
En pocas palabras, el resultado de la colonización fúngica es una reacción defensiva orgánica que trata de enquistar la colonia de hongos en el tejido conectivo del órgano invadido a través de una hiperproducción celular. Sería pues el comienzo de formación tumoral. A partir de ese momento en un organismo inmunodeprimido -situación que se agrava con los tratamientos agresivos- y sin apenas bacterias benéficas capaces de acabar con los hongos -destruidas por los fármacos- la infección se propagaría por el tejido circundante.
Antonio F. Muro
Vea artículo completo en la revista Discovery Salud
Además vea la entrevista al oncólogo Tullio Simoncini