Endesa, asociada a Colbún, pretende construir al menos 4 centrales hidroeléctricas de represa tipo embalse en los ríos Baker y Pascua de características aún no definidas y que inundarían al menos 9 mil 300 hectáreas para producir 2 mil 400 MW. Esta energía sería trasladada por una línea de corriente continua de más de 2 mil kilómetros hasta Santiago.
Para ello requieren una franja despejada de 120 metros de ancho (sobre 24 mil hectáreas) que cruzaría por áreas protegidas, campos y paisajes de 7 regiones. Además, requieren de otra central de apoyo, en el río El Salto, líneas de alta tensión entre las centrales, caminos, campamentos, aeródromos y puertos. El megaproyecto implicaría una inversión de U$ 4.000 millones.
Michelle Bachelet aún no da signos de apoyo explícitos al proyecto, pero el ministro de Obras Públicas, Eduardo Bitrán, ha dado claras luces de que existe el beneplácito en el resto de los ministerios, es decir, que la iniciativa debe concretarse y que hay que resguardar el medioambiente.
Por estas señales los australes están furiosos con el titular del MOP. El director del Comité Pro Defensa de Fauna y Flora (CODEFF), filial Aysén, Peter Hartmann, dijo que Bitran “está cantinfleando con este tema, y erigiéndose en juez y parte en la evaluación del proyecto, arrogándose la representatividad del Gobierno en general, en una materia que para nosotros es una decisión sobre el futuro de Aysén”.
Es dramático ver cómo se ignoran los planteamientos de las organizaciones ambientales; resulta injusto, pues todos seremos afectados por este megaproyecto. La destrucción en esta fase y, quizás peor en las siguientes, afectarían dos hoyas hidrográficas de elevadísimo valor ecológico, que son de todos chilenos.
Marco Enríquez Ominami, diputado PS por la V Región, en su columna de El Mostrador coincide con la idea anterior: “Antes de que el proyecto de construir centrales en Aysén haya sido debatido por las comunidades local y nacional, vemos que ciertas autoridades actúan como si ya se hubiera aprobado. Es decir, dan por sentada que ésta es la solución energética que Chile necesita, sin discusión pública y sin que siquiera los organismos competentes del Estado se hayan impuesto de las características del proyecto”. ¿Se refiere a Bitrán?
Hartmann es más directo y le reprocha al ministro que, “al final, cuando le pide a las eléctricas que financien el camino, lo cual implica implícitamente aceptar que se realice el proyecto, nos da la razón cuando se saca a colación su pasado como miembro del directorio de Transelec”.
ENERGIA “REBAJADA”
La energía que pretenden producir no tendría bajo costo (sin considerar aquellos naturales, sociales y culturales). De hecho, su valor puesto en Santiago sería sobre U$ 1.667 el kilowatt, más alto que otras alternativas más cercanas.
Endesa promete beneficios para la región como empleo, desarrollo, energía barata, mejorar la infraestructura y estudios ambientales, ofrecimientos que son cuestionados por los detractores.
En cierta medida Enríquez Ominami ratifica la idea anterior: “Ya no es presentable un concepto de desarrollo que no da empleo, que no permite al Estado reinvertir socialmente, que destruye las riquezas naturales y que deja a la población local fuera de los beneficios. Las respuestas de la autoridad a estas interrogantes no pueden ser a medias”.
El diputado añade que la historia reciente registra muchas aberraciones ambientales de las que todavía nadie ha asumido la responsabilidad política, posiblemente apuntando al desastre ecológico provocado por Celco en Valdivia.
ENERGIA PARA PASCUA LAMA
Es un secreto a voces, que las 4 centrales de Aysén serán construidas para sustentar energéticamente los proyectos mineros del norte del país, como por ejemplo Pascua Lama.
He allí la importancia del trazado, pues este último y las centrales se están trabajando por separado.
“Transelec es la empresa que está desarrollando ese proyecto, pero tiene por supuesto que estar estrictamente alineado con el proyecto de las centrales. Así como el proyecto Aysén tiene sus desafíos, sus complejidades y su oposición, la línea de transmisión también las tiene. Ese es un proyecto que está llevando Transelec, pero que tiene que estar muy coordinado con el proyecto de las centrales; uno sin otro, no se hace», revela a un matutino capitalino, el gerente general de Colbún, Bernardo Larraín Matte.
El Ciudadano plantea que no vale la pena sacrificar a una región completa como Aysén, con calidad ambiental de excepción, para surtir de energía a los proyectos de las transnacionales mineras.
El legislador Enríquez-Ominami lo explica mejor: “En el caso de nuestro país, la mayor parte de la demanda energética proviene de industrias especializadas en la explotación y procesamiento primario de recursos naturales y materias primas, especialmente la minería. Es decir, el mismo sector que, en el ámbito privado, es cuestionado por generar escaso empleo, por no pagar impuestos ni royalties, y por causar graves impactos ambientales”, acusa el diputado PS. Y el parlamentario está bien informado, pues las mineras y la industria en general, son los mayores consumidores de energía, 30 y 31 por ciento respectivamente. Respecto a los puestos de trabajo que se generarían, serán sólo en la etapa de construcción, puesto que –como reafirma el diputado- las mineras y las hidroeléctricas son las actividades que menos empleo producen.
Según el parlamentario PS, “la gran mayoría de la población, suceda lo que suceda, no experimentará incrementos significativos en sus ingresos ni en su consumo energético”.
PARTICIPACION CIUDADANA
Según los detractores del proyecto, Endesa prometió activa participación de la comunidad y su compromiso con el desarrollo sustentable. Para los críticos la realidad es que hay incumplimiento de leyes; estudios sin autorización correspondiente; desinformación; millonaria propaganda, incluso con regalos a menores de edad y personas haciendo lobby en la comunidad.
En palabras del diputado Enríquez-Ominami para que la decisión de la comunidad local se genere, “es imprescindible que la autoridad garantice que la ciudadanía se informe y opine respecto de los proyectos de Endesa, porque existen muchas aprehensiones (…) No se puede seguir obrando sobre proyectos tan cruciales como si la ciudadanía no existiera”. El legislador, lamenta que los temas medioambientales se hagan de espalda a la opinión pública y espera, por el respeto a los habitantes de la región, que se entregue la información completa y oportuna, donde no sólo estén considerados los beneficios, sino también los costos que se pagarán si este proyecto se llegara a concretar.
“La región de Aysén tiene enormes oportunidades y enormes amenazas. Se trata de una zona opulenta en riquezas que tiene todas las potencialidades para avanzar hacia un mayor bienestar de la población. Sin embargo, no pueden menospreciarse las amenazas medioambientales y, en ese sentido, la construcción de las mega represas en las cuencas de los ríos Baker y Pascua será, indudablemente, un proyecto que puede cambiar la fisonomía de la región”, puntualiza el parlamentario.
Mauricio San Cristóbal