El camino de las máquinas: Fundación ligada a Anglo American y Valle Nevado destruye santuario inca Cerro El Plomo

El pasado 9 de marzo de 2021 se realizó una denuncia ante la Superintendencia de Medio Ambiente aduciendo el daño que el proyecto Santuario del Plomo está cometiendo en la zona en cuanto a "afectación de patrimonio ambiental o arqueológico"

El camino de las máquinas: Fundación ligada a Anglo American y Valle Nevado destruye santuario inca Cerro El Plomo

Autor: Felipe Cornejo Oyarce

*Cerro El Plomo desde Providencia. Foto de Ismael Mena Valdes para andeshand.org

Las redes sociales son un espacio de denuncias constantes, muchas veces presa de noticias falsas, pero otras, como esta, son un espacio imprescindible para dar a conocer situaciones complejas ante un púbico bastante amplio. Este es el caso de la información que dieron a conocer Mauricio Purto y José, su hijo, el día 13 de abril de 2021, donde valiéndose de Twitter e Instagram, expusieron el daño que se le está haciendo a la zona contigua al Cerro El Plomo, todo con el propósito de generar infraestructura turística y limitar el acceso a visitantes.

Denuncia de Mauricio Purto en Twitter:

Video denuncia de José Purto en Instagram:

https://www.instagram.com/tv/CNnfS2dAMYf/?igshid=1oafm8odjtjpn

Fundación Santuario del Plomo 

Las obras de intervención de la zona contigua al cerro las está realizando una organización oficialmente sin fines de lucro, que recibe el nombre de Fundación Santuario del Plomo, cuyo director es Alfonso Campos Sotta, de profesión médico veterinario.

Esta entidad privada, que no aparece en los registros de personas jurídicas sin fines de lucro (actualizado a febrero de 2021), mantiene alianza con la minera Anglo American, al punto que la mayor información disponible acerca del proyecto es una conferencia que dio Campos Sotta en la cuestionada empresa minera. Junto con lo anterior, un sitio web relacionado al proyecto (www.seminariovalormontana.cl) pertenece directamente al conglomerado con sede en Londres. Empero, Anglo American no devolvió la llamada a la que se había comprometido para abordar su participación dentro del proyecto.

El otro gran aliado en el proyecto Santuario el Plomo es Valle Nevado, uno de los centros de esquí más grandes del país. El sitio web de la empresa Valle Nevado es el único extra que tiene información disponible acerca de lo que se está haciendo, específicamente en el sitio web de la empresa enfocada al turismo de montaña. 

Al consultárseles acerca de su participación en la iniciativa encabezada por Campos Sotta, señalaron lo siguiente: «El detalle de las autorizaciones legales las maneja Santuario El Plomo y ellos (Valle Nevado) –además de valorar el proyecto porque cuida el ecosistema de la montaña– colaborarán con la mantención, limpieza, seguridad y retiro de la enorme cantidad de basura que se acumula en la montaña, entre otras responsabilidades». En la escueta respuesta no se dan detalles de cuales son las “otras responsabilidades”, ni como se gestionan las relaciones en términos económicos o de intercambio entre ambas organizaciones privadas.

La mencionada fundación no mantiene una página web funcional, por el contrario, solo aparece el nombre de la organización con un texto que menciona que el sitio está en construcción. En cuanto a presencia en redes sociales, mantienen una cuenta vigente en Twitter, pero que cuenta con poca movilidad, de hecho, no suelen responder a las imputaciones que les hacen los usuarios, tampoco a la solicitud de contacto efectuada para este reportaje.

La arquitectura del proyecto la realiza la fundación +1000, fundada por Cazú Zégers y Rodrigo Errázuriz, y en cuyo equipo directivo participan personas con presencia en grandes empresas y organismos estatales, como su presidenta, Jacqueline Plass (Asesora Ministro de Desarrollo Social y Secretaria Ejecutiva de Compromiso País) o Gonzalo Brahm (Director de Socios y Desarrollo Regional en SOFOFA y Director de Corporación Regional de Desarrollo Territorial y Turismo).

Intervención en una zona histórica y natural

Con fecha 9 de marzo de 2021 se realizó una denuncia ante la Superintendencia de Medio Ambiente aduciendo el daño que el proyecto Santuario del Plomo está cometiendo en la zona en cuanto a «afectación de patrimonio ambiental o arqueológico».

La municipalidad de Lo Barnechea emitió un comunicado el día 6 de abril, donde expresó algunas situaciones concernientes a las obras que está realizando la fundación Santuario del Plomo. En el documento se menciona la autorización dada por el Consejo de Monumentos Nacionales en su Ordinario Nº1115 del 19 de marzo de 2021, para “la instalación de un refugio de guardaparques, 6 baños y la habilitación de una huella de servicio para acceder al lugar de emplazamiento del refugio”. Sin embargo, se establece que no se ha podido corroborar que el proyecto se encuentre enmarcado dentro del registro de calificación ambiental (RCA) de Valle Nevado, como lo habían estipulado en un inicio, por lo mismo la fundación Santuario del Plomo se comprometió a ingresar una Consulta de Pertinencia al Servicio de Evaluación Ambiental.

Se hizo la solicitud al Consejo de Monumentos Nacionales sobre acceder al Ordinario Nº1115, ante lo que respondieron que se aprobaba la entrega del documento, pero con fecha máximo al 13 de mayo de 2021. No se entregó más información que la admisibilidad de entrega del documento.

Dentro del mismo Comunicado Oficial sobre la situación en Yerba Loca se planteó que la municipalidad de Lo Barnechea no había dado autorización alguna para la realización de obras en la zona de Yerba Loca (zona cercana al cerro El Plomo), por lo que se les indicó que debían cesar cualquier tipo de trabajo hasta responder a todos los requerimientos de información expresado en el Oficio Alcaldicio Nº107/2021, dentro de lo que se solicita toda la información de modificación al entorno, planos y estudios de impacto ambiental. 

https://www.lobarnechea.cl/2021/04/06/comunicado-oficial-sobre-situacion-en-yerba-loca/?type=noticias

En palabras del profesor de arqueo astronomía, Patricio Bustamante, “no se debería permitir el ingreso de maquinaria pesada a la zona”, debido a que no se cuenta con “arqueólogos presentes”, y dicha situación es un problema constante, “porque no puede depender de la empresa o de un empleado, en cuanto a la labor de determinar y comunicar el descubrimiento de restos arqueológicos”.  Lo anterior se debe a que un ojo no entrenado profesionalmente puede pasar por alto elementos históricos, confundiendo fósiles con piedras, o situaciones similares, junto con eso hay malos antecedentes acerca de “empresas que no informan de los descubrimientos porque no les conviene”, debido a los cuidados y extensiones de tiempo que se deben tener posterior a encontrar restos arqueológicos.

El geólogo y docente de la Universidad de Chile, Diego Zamorano indicó que el terreno de montaña “es muy inestable y propenso a sufrir fenómenos de remociones en masa. En ese sentido, la intervención humana sin los estudios correspondientes podría desestabilizar aún más el terreno y generar movimientos de suelo y rocas en las laderas”. 

Zamorano advirtió que se está utilizando maquinaria entre Valle Nevado y Piedra Numerada, situación de suma importancia ya que se está a solo cuatro kilómetros de los glaciares del cerro El Plomo, sin embargo, de momento, en palabras del profesional, “se ha restringido a la construcción de un camino de servicio, por lo que no se generan efectos geológicos en el corto plazo”.

Asimismo, señaló la magnitud de “los efectos que las obras podrían generar: desestabilización de laderas, destrucción de patrimonio paleontológico, el deterioro de la flora y fauna local y la producción de polvo en suspensión por el paso de vehículos, que podría depositarse sobre los glaciares cercanos”.

Imagen de andeshandbook.org

Por su parte, el doctor y montañista Mauricio Purto indicó que en términos legales debe primar la conservación de los santuarios naturales por sobre cualquier tipo de construcción hecha con fines distintos a la preservación, por ende, en el caso del proyecto Santuario del Plomo, no se podrían realizar la gran cantidad de baños, el refugio o peor aún, el camino con maquinaria pesada que se ha estado haciendo. Recordó que la ley Nº 17.288 resguarda los santuarios de la naturaleza y establece las limitaciones de uso de estos territorios.

La fundación Santuario del Plomo, en voz de Campos Sotta, planteó a Chilevisión Noticias que se trata de un “terreno privado que se busca abrirlo a toda la comunidad montañista”, pero para dicho propósito deben «equiparlo con la infraestructura necesaria».

En el video de la presentación del proyecto en Anglo American, el director de la fundación expresó que quiere generar un parque similar a Torres del Paine. Sin embargo, en ese caso se trata de un parque nacional administrado por CONAF, donde se tienen todos los cuidados pertinentes y, aún así, se han generado daños.

Tesoro histórico y natural

El cerro El Plomo es la cumbre más alta que se percibe desde la ciudad de Santiago, el cerro más alto de la circunferencia geoide que rodea esta ciudad asentada en un valle, por lo mismo fue sede de importantísimas ceremonias y ritos para agradecerle su protección y ayuda en la vida cotidiana, el regalo del agua, por ejemplo, era una de las razones. Por eso es por lo que el pueblo inca residente en la zona hizo el sacrificio del niño a la montaña, un símbolo fundamental para un pueblo conectado a la tierra que debía agradecer y buscar que las cosas siguieran siendo favorables. 

El monte de 5.400 metros sobre el nivel del mar es un sitio sagrado para la historia del imperio Inca, ya que la presencia del niño del cerro manifiesta un carácter fundamental dentro de su religiosidad, y esto le entrega un carácter especial a la ciudad de Santiago.

El profesor Patricio Bustamante destacó que desde el año 2012 se comenzó a publicar información que prueba la presencia inca en la zona, y se logró demostrar que no solo era un poblamiento pequeño, sino era un asentamiento considerable, ya que no se realizaban capacochas(ceremonias liberación de la culpa, los maleficios y búsqueda de la estabilidad) en lugares que no fueran fundamentales para el imperio.

Imagen cortesia de Patricio Bustamente

Dentro del ámbito astronómico hay una vinculación entre los cerros Santa Lucía, La Leonera y El Plomo. Durante el solsticio de invierno en el hemisferio sur, “un poco más al norte del cerro (El Plomo), el sol sale en una muesca de La Leonera, el primer rallo del sol sale en un lugar muy específico, por lo que el niño puede haber sido dejado como un mensajero a la montaña y al sol”, situación que se condice con la “orientación astronómica” de las pircas donde fue encontrado el cuerpo del niño del cerro, señaló el profesor Bustamante en declaraciones a El Ciudadano.

Imagen cortesia de Patricio Bustamante

Desde un punto de vista biológico, coexisten climas y elementos particulares que son muy raros de ver en otros parajes. La yareta, este arbusto que crece en las zonas cordilleranas es considerado un tesoro natural debido a su rareza que se debe a lo inhóspito de los lugares donde se desarrolla, está presente en el parque Yerba Loca y en el sector del cerro, e incluso, tiene una importancia de carácter histórico, ya que se sabe de especímenes que se han calculado que tienen más de 3.000 años y aun viven. No es solo un cojín verde que cubre las piedras.

En este mismo apartado, y entrelazado con la importancia histórica, Diego Zamorano mencionó que, en el sector en cuestión, donde “se construye el camino de servicio hacia el futuro refugio Piedra Numerada, existe un afloramiento de rocas poco estudiado que se ha identificado como un antiguo bosque fósil, por lo que tiene protección legal como patrimonio paleontológico y no puede ser alterado”. El geólogo complement su visión estableciendo un punto de suma importancia, ya que otros efectos negativos que surgen, “son la destrucción de la frágil flora nativa alto andina y la alteración en los patrones de comportamiento de la fauna por los ruidos, luces y vibraciones”.

El niño del cerro El Plomo

Corría el año 1954 cuando, un primero de febrero, Guillermo Chacón, Luis Gerardo Ríos y su sobrino, Jaime Ríos, encontraron a un niño de 8 años y 3 meses de edad, congelado, llevaba cerca de cinco siglos en el mismo lugar, donde había sido ofrecido al apu (divinidad) cerro El Plomo, ofrendado para agradecerle sus regalos, como el agua, y pedirle fertilidad y protección de la zona del valle de lo que hoy es Santiago. El niño de largos cabellos vestía un unku (camisa), su allacoya (manta) brazaletes de plata, iskus o mocasines ceremoniales que se le pusieron en las alturas del cerro, así como un penacho de plumas de cóndor y uno de lana de vicuña.

Niño del cerro El Plomo con los artefactos encontrados con él. Foto de wikipedia.org

Según cuentan Jaime Chacón y familiares de sus acompañantes, en el documental El Niño del Plomo (2009) de Claudio Marchant, al llegar a la cima (o muy cerca de ella), encontraron tres pircas, en una de ellas estaba el niño enterrado, en la última que excavaron, de 8 por 6 metros. Antes del cuerpo encontraron dos figuras camélidas, una de aleación de oro y plata, y otra de concha de mullu. Los hombres guardaron el cuerpo en un saco de papas que llevaban consigo, Luis Ríos llevo al niño para luego enterrarlo en una cueva, a la que volvieron a buscarlo cuando tuvieron más información acerca del valor y a la importancia que podría tener el descubrimiento.

La curiosidad fue enorme en la capital, se hacían filas de cuadras para ir a conocer a la “momia”, o la “momia de una princesa”, sin embargo, ambas calificaciones ampliamente masificadas manifestaban un error de concepto, ya que el niño no encaja dentro de la técnica de momificación, debido a que murió congelado y producto de las condiciones climáticas del lugar, su cuerpo sufrió un proceso de liofilización natural. 

Los tres hombres esperaban que el descubrimiento les ayudara a sanear parte de las complejidades económicas que enfrentaban, sin embargo, se dio una situación que no fue lo que esperaban, se les pagaron 45.000 pesos de la época. Desde la compra del cuerpo por parte del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), solo unos días después del descubrimiento, se expuso al público hasta 1982, cuando se sacó de la vista masiva en pro de realizar una correcta preservación. 

Con los estudios arqueológicos se ha podido averiguar mucho de la forma en que murió y, hasta cierto punto, vivió este niño de 8 años. La ofrenda al apu se realizó enmarcada dentro de la ceremonia de Capacocha, la que es descrita por el MNHN como “una de las ceremonias más importantes llevadas a cabo en el Tawantinsuyu o Imperio Inca, se realizaba generalmente durante el mes de las cosechas y consistía en hacer ofrendas de gratitud al sol. No obstante, este ritual también se efectuaba en ocasiones especiales como la muerte o enfermedad del Inca, o alguna catástrofe natural”.

Los estudios han permitido concluir que el niño probablemente provenía de una familia noble o común del Cuzco, en aquel entonces la capital del imperio, donde partían los niños o adolescentes que eran ofrecidos como sacrificios durante las capacochas. Caminó hasta la cima, consumiendo hojas de coca para sobrellevar los efectos de la altura. El niño pesaba alrededor de 30 kilogramos, sin embargo, actualmente pesa mucho menos, ya que murió congelado, no tuvo sufrimiento ya que habría consumido chicha de maíz para evitar dolores, por lo anterior, su cuerpo no manifiesta impactos, ningún tipo de violencia fue ejercida para infringirle la muerte.

Existe la idea que el nombre del niño podría ser Cauri Pacssa, según señalan en el sitio web del MNHN, “Eliana Durán, jefa del Área de antropología en la década del 70, indicó que, leyendo estudios sobre la Capacocha, había encontrado una cita en donde el visitador extirpador de idolatrías del siglo XVII Rodrigo Hernández Príncipe, refiriéndose a capacocha en honor de las huacas rayo, sol, etc. decía que «enviaron a sacrificar a Chile a Cauri Pacssa, y a Titicaca a Munay Carhua»”. Sin embargo, la información disponible sigue siendo escasa, por lo mismo no se puede decir con certeza que si es el nombre del niño del cerro El Plomo.

Conservación v/s turismo

Ciertamente es lógico y de esperarse que se generan iniciativas en el ámbito turístico que aboguen por una mayor cantidad de visitantes en espacios magnánimos como el cerro El Plomo o la misma reserva Yerba Loca, o incluso en sectores como el embalse El Yeso y las cercanas Termas del Plomo. Sin embargo, los intereses privados y particulares no se pueden anteponer al resguardo de lugares tan insignes dentro del ámbito natural o de una marcada importancia histórica.

Al respecto, Diego Zamorano planteó que la zona del cerro el Plomo “ha sufrido una gran transformación en los últimos 20 años, debido al explosivo aumento de visitantes capitalinos que buscan desconexión, practicar deportes y bellos paisajes”. Sin embargo, esta situación “ha provocado una fuerte carga ambiental en el sector, ya que no siempre existe cultura de montaña en los visitantes, que dejan restos de basura y residuos orgánicos por doquier. Por lo anterior, se hace necesario un control de los visitantes y una infraestructura que permita desarrollar la educación ambiental y el turismo sustentable”.

Mauricio Purto complementó esta apreciación señalando que es fundamental el respeto a un lugar tan icónico, por ende, los turistas deben realizar actividades sustentables, que no impacten al ecosistema, llevándose todos sus desechos y yendo de la forma menos dañina posible, tomando como ejemplo la construcción de infraestructura en el monte Aconcagua, donde se llevaron los materiales mediante helicópteros para no dañar terrenos aledaños, flora o fauna. 

Resulta fundamental que se generen instancias de protección a nivel nacional que vayan en una mayor profundidad respecto de la forma de protección imperante, es decir, se debe avanzar en una revisión constante de estas situaciones, donde los privados hacen y deshacen con el propósito de generar algún rédito, cuestión que no está mal, más aún en estos tiempos de vicisitudes económicas, pero eso no significa que se puedan soslayar elementos fundamentales como los estudios de impacto ambiental o arqueológico. 

La idea no es que se sigan recordando a los sitios de conservación por noticias que hablen de daños o similares, basta con recordar el impacto generado por el paso del rally Dakar en tierras chilenas, donde se dañaron más de 280 sitios históricos. El progreso trae de la mano al turismo, y sin duda son algo que no parará, y son un bien constante para el país, pero urgen medidas que apunten a desarrollar turismo sustentable, donde no se sigan destruyendo las yaretas ni los caminos del inca, donde no se pierdan posibles vestigios del paso de los antepasados, que no se atente contra la Pachamama y los apus. Todos los tesoros naturales e históricos deben ser cuidados y protegidos, es un deber para con los antepasados y las futuras generaciones.


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