Miles de personas tuvieron que huir a toda prisa tras la terrible tragedia de Fukushima, la central nuclear había quedado dañada y un escape de material radiactivo obligaba al gobierno a establecer una zona de exclusión de más de 20 kilómetros.
A los incalculables daños que había provocado el maremoto, se unieron así todas las familias que tuvieron que abandonar sus casas, recuerdos y pertenencias en pos de una vida feliz y segura.
Pero no sólo cosas inmateriales quedaron abandonadas en el lugar, sino que miles de animales fueron olvidados a su suerte. Atrapados en establos, encerrados en jaulas y encadenados, sufrían y morían de hambre.
Una horrible realidad que Naoto Matsumura no podía soportar y por eso decidió volver para ponerle remedio. Regresó en 2011 para liberar y cuidar de esos animales, a riesgo de su propia salud. Hoy es conocido como el “guardian de los animales de Fukushima” y está es su historia.
Naoto Matsumura es el único ser humano lo suficientemente valiente como para vivir en la zona de exclusión de Fukushima.
Aunque al principio huyó como todo el mundo, Matsumura regresó a casa para cuidar de los animales que había abandonado.
Aunque regresó por sus propios animales, pronto se dio cuenta de que muchos otros necesitaban su ayuda.
Matsumura, tienen 55 años y aunque sabe que la radiación es perjudicial, en sus propias palabras, “se niega a preocuparse por ello”.
“Dijeron que de vivir en la zona, enfermaría en unos 30 o 40 años. Lo más probable es que ya este muerto para entonces, así que no me importa mucho”.
Cuando regresó a la zona, Matsumura descubrió que muchas vacas habían muerto encerradas en los graneros.
Durante sus rondas de exploración, liberó a muchos animales que habían quedado encadenados por sus dueños.
Muchos de ellos han depositado su confianza en Matsumura, quién puede alimentarlos sin que le teman.
Aunque el gobierno le ha prohibido vivir en la zona, no pueden impedírselo.
Comenzó su aventura en solitario en 2011, y cuatro años más tarde se siente más fuerte.
Matsumura vive gracias a las aportaciones que los amantes de los animales le hacen llegar. Con ellas compra lo que necesita para sus animales y para él mismo.
Sus partidarios le llaman “el guardián de los animales de Fukushima”…
Matsumura vive feliz y conserva un gran sentido del humor.
Y disfruta del cariño y respeto de todos los animales de la zona.
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via La Voz del Muro