2009: 76 periodistas asesinados (60 en 2008). 33 periodistas secuestrados. 1456 agredidos o amenazados. 151 bloggers y ciberdisidentes detenidos. El informe anual de Reporteros Sin Fronteras , divulgado hoy (30 de diciembre), quita el hipo. El mundo se estremece frente a casos como el de la bloguera cubana Yoani Sánchez. La derecha critica (con razón) hasta la saciedad la censura en Cuba. Pero el resto del mundo no es mucho mejor. Yo apenas quiero llamar la atención de un caso, el brasileño Lúcio Flávio Pinto, que ni si quiera está entre los 1456 amenazados del año.
En 2008, publiqué una entrevista a Lúcio Flávio Pinto, uno de los más prestigioso periodista de la Amazonia, Brasil y las Américas. El título hablaba por sí mismo: “La Amazonia es una inmensa Sicilia verde”. El texto desvelaba la heroicidad de este periodista que durante 22 años ha editado su Jornal Pessoal, un periodiquito independiente que no acepta publicidad, distribuido en los kioscos de Belém (la ciudad más influyente de la Amazonia), un verdadero antepasado del blog. Lúcio Flávio prefirió renegar de cualquier tipo de lujo, ir siempre en autobús, no viajar nunca, para dedicarse íntegramente al periodismo de calidad.
Lúcio Flávio ha publicado todo lo que nadie se atreve. Ha destapado los mayores casos de corrupción de la Amazonia. Ha señalado con el dedo a los culpables. Y su independencia le ha costado constante amenazas de muerte y 33 procesos judiciales. Ninguno, curiosamente, le acusa de falsedad. Apenas de manchar el honor de los culpables. El último esperpento ocurrió el 6 de junio de 2009, cuando el ribunal de Justiça de Pará condenó al periodista a pagar a los hermanos Ronaldo e Romulo Maiorana, propietarios del imperio mediático Organizações Romulo Maiorana, vinculado a la Rede Globo, una idemnización de 30 mil reais (unos 12.000 euros) por daños morales.
Lúcio denunció las conexiones del padre de ambos, Romulo Maiorana, con el narcotráfico. Además, la justicia le prohibió incluir los nombres de los hermanos en el Jornal Pessoal. La multa, desorbitada, imposibilita prácticamente el ejercicio periodístico de Lúcio. Es un escandaloso atentado contra la liberta de prensa. Y ni si quiera está en el informe de Reporteros Sin Fronteras. En Brasil, ha nacido un grupo de apoyo en el que cualquier persona puede hacer una pequeña donación a la cuenta de Lúcio Flávio. Vale la pena. El periodismo está en juego.
Fuente: Desde Alfa Centauro