Embalse La Tranca: Pobladores se reúnen con el MOP para manifestar rechazo al proyecto

Foto: El Combarbalino

El gobernador de la provincia del Limarí y la seremi de Obras Públicas de Coquimbo, convocaron a una reunión informativa sobre el embalse la Tranca, en la sede social del territorio.

Solo dos días antes llegó la citación, de manera indirecta, a la Agrupación Ecológica de El Durazno, que reúne a la mayoría de los habitantes del territorio y que desde un comienzo se ha opuesto a la construcción del embalse.

No obstante, las y los vecinos del Durazno se organizaron, intervinieron la sede con carteles, cruces, globos negros y lograron la presencia de tres concejales de la comuna. El recinto se llenó con personas de la propia localidad y de localidades vecinas, de hecho llegaron representantes hasta de otros valles, como el Huatulame y el Tulahuen.

Con esa concurrencia, la instancia se transformó en un diálogo en que Mirtha Meléndez, Seremi del MOP, exhortó a los concurrentes a que dejaran hacer las muestras para estudios.

Por su parte, la comunidad le pidió expresamente a la señora Meléndez que diera disculpas públicas por lo que acusan como sucesivas ofensas expresadas contra la comunidad de El Durazno y le exigió que fuera responsable y no continuara ocultando o relativizando que el embalse inundaría al pueblo.

En este sentido, se acentuaron las posiciones de la comunidad El Durazno en rechazo absoluto a la construcción del embalse, junto con otras localidades asistentes como La Ligua, El Chineo y Barrancas expresaron también no tener mayor conocimiento de los detalles del Embalse.

Además, solicitaron que se les tome en cuenta, cuestionando de paso a su representante en la Junta de Vigilancia, por no informar debidamente a los regantes y no representa a los accionistas de su canal, la Ligua Baja.

Si bien la reunión terminó con la constitución de una mesa de trabajo, propuesta por el diputado Luis Lemus (PS), también sirvió para que el gobierno escuchara a los pobladores de El Durazno  que no quieren que «dos empresas agrícolas y destruyan un patrimonio natural, social, arqueológico y cultural, irrecuperable», según explican los vecinos.