El color rosado brillante de los delfines del Río Amazonas hace que destaquen en las lodosas aguas de la selva. El hecho de que sean tan dóciles y curiosos los vuelve también presas fáciles de las redes y los arpones, mientras se acercan sin recelo a las embarcaciones pesqueras.
Ahora, sus despojos están apareciendo en cantidades sin precedentes en las márgenes de los ríos, con la carne arrancada para usarse como carnada. Por eso los investigadores advierten de una creciente amenaza a una especie que ha desaparecido ya en otras partes del mundo.
«La población de delfines de río caerá si no se impide que estos pescadores los maten», afirmó Vera da Silva, experto en cetáceos en el Instituto de Investigación Amazónica, dependiente del gobierno. «Hemos estudiado un área de 11.000 hectáreas durante 17 años y a últimas fechas la población ha venido cayendo en 7 por ciento cada año», agregó.
Ello se traduce en unos 15.000 delfines muertos al año en la parte de la Reserva de Mamiraua, ubicada en el poniente del Amazonas, donde Da Silva estudia a estos mamíferos acuáticos.
Da Silva dijo que los investigadores comenzaron a encontrar restos de delfines en las orillas de los ríos alrededor del 2000. Evidentemente habían sido capturados y destazados por humanos para obtener su carne.
Las muertes se vuelven más comunes, explican los investigadores y agentes ambientalistas. Incluso el gobierno reconoce que hay un problema. Es ya ilegal matar a los delfines sin permiso del gobierno, como ocurre con todos los animales silvestres en el Amazonas, pero se hace poco por impedirlo.
Menos de cinco agentes tienen la tarea de proteger la vida silvestre en una región de la selva que abarca los dos tercios occidentales del estado de Amazonas, de acuerdo con el Instituto del Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama), la rama supervisora del Ministerio del Medio Ambiente.
«Es una cuestión prioritaria y justo ahora el gobierno se concentra en la deforestación», indicó Andrey Silva, funcionario del Ibama. «Las muertes de estos delfines existen, es un hecho».
El delfín del Amazonas, puede alcanzar una longitud de hasta 8 pies.
Por Bradley Brooks
Fuente: AP/ www.elnuevoherald.com