Si queremos evitar el cambio climático catastrófico que tanto tememos, no será suficiente con simplemente reducir los combustibles fósiles. Según el borrador de un próximo informe de la ONU, una crisis climática solo se puede evitar si el mundo entero también se replantea cambiar de manera revolucionaria la forma en que usamos la tierra y producimos nuestros alimentos.
Los científicos y expertos en políticas se reúnen actualmente en Ginebra, Suiza, para negociar la redacción final de un informe especial del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, que analiza el cambio climático y el uso de la tierra. Aunque el informe está programado para su lanzamiento público el 8 de agosto de 2019, las copias filtradas a la agencia de noticias AFP y The Guardian revelan los contenidos del crucial reporte.
Además de registrar el impacto del cambio climático en la tierra, el documento busca evaluar cómo la gestión de la tierra puede contribuir a abordar el cambio climático. Está escrito por 107 científicos líderes de 52 países, utilizando más de 7.000 artículos científicos y 28.275 comentarios de expertos y gobiernos. También es el primer informe del IPCC que tiene más autores de países en desarrollo, donde el cambio climático afectará con más fuerza que en los países desarrollados.
Actualmente, los humanos explotan el 72% de la superficie (libre de hielo) del planeta en busca de recursos. A su vez, la tierra se ha transformado de un activo contra el cambio climático en un importante contribuyente de carbono, debido al aumento de la deforestación, los cambios en el uso de la tierra y la erosión del suelo. Mientras han aumentado las emisiones de carbono, los bosques, que son sumideros de este compuesto, se han debilitado.
Otro tema importante en el informe es la producción de alimentos, especialmente la agricultura intensiva y la producción de carne. Alrededor de la mitad de las emisiones de metano, un importante gas de efecto invernadero, proviene de los campos de ganado y arroz. Debido a una duplicación del consumo de carne desde la década de 1960, las emisiones de metano de los animales domésticos han aumentado en un 70%.
La difícil situación de la tierra (el suelo) probablemente también empeorará. A medida que el cambio climático comienza a afianzarse, la degradación de la tierra se intensificará a través del aumento de las precipitaciones, inundaciones, sequías, estrés por calor, aumento del nivel del mar, etc.
Para remediar estos problemas, los gobiernos de todo el mundo deben acordar cambios de políticas de gran alcance en las próximas décadas, si no años. Como indica el informe, las nuevas políticas deben incluir «un mejor acceso a los mercados, empoderar a las mujeres agricultoras, ampliar el acceso a los servicios agrícolas y fortalecer la seguridad de la tenencia de la tierra (…) Los sistemas de alerta temprana para el clima, el rendimiento de los cultivos y los eventos climáticos estacionales también son críticos», publica The Guardian.
El IPCC también argumenta que dentro de tres décadas el planeta debe ser «carbono neutral», para tener al menos un 50% de posibilidades de mantener el calentamiento global a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales. Si la Tierra no se mantiene en este límite y las temperaturas aumentan en más de 2°C, los efectos sobre la biodiversidad y la sociedad humana serán desastrosos. Para entender el contexto, es importante saber que las temperaturas globales de julio fueron 1,2°C por encima de los niveles preindustriales del mes.