El campo magnético terrestre se extiende desde el núcleo interno de la tierra hasta el límite en el que se encuentra con el viento solar, una corriente de partículas energéticas que emana del Sol. Sin él, las partículas destruirían la capa de ozono que protege al planeta de los dañinos rayos ultravioleta.
Si la tierra perdiera su campo magnético o este se debilitara en consecuencia perdería la capa de ozono, que significa la destrucción de su atmósfera como es el caso del planeta rojo Marte.
La Anomalía del Atlántico Sur, como se le conoce al fenómeno natural, es una región donde los cinturones de radiación de Van Allen (zonas de la magnetosfera terrestre donde se concentran grandes cantidades de partículas cargadas de alta energía, originadas en su mayor parte por el viento solar capturado por el campo magnético terrestre), y varía con el tiempo.
Deicho fenómeno se encuentra a miles de kilómetros de la superficie terrestre y es muy cercana a la rotación diferencial entre el núcleo de la tierra y su superficie. Se estima que su desplazamiento está entre los 0,3 y 0,5 grados por año.
En el último período de 160 años, la fortaleza del campo magnético ha ido disminuyendo de forma inusualmente acelerada y la región donde es más débil es en esa Anomalía del Atlántico Sur, según señaló el geofísico de la Universidad de Rochester (EEUU), John A. Tarduno, para el medio BBC Mundo.
Si el escudo magnético de la Tierra se debilita, mayores niveles de radiación penetrarán a la Tierra. Uruguay se encuentra dentro de los países que presenta mayor grado de debilitamiento en su campo magnético.
De persistir el fenómeno, los científicos aseguran que podrían producirse cambios en la atmósfera como el misterioso agujero que fue captado el pasado 25 de septiembre de 2017, por un satélite de la NASA en la Antártida, cuyo tamaño era mayor al de Panamá y se encontraba rodeado de hielo marino.