Dos físicos teóricos sugieren que la deforestación global provocada por el factor humano amenaza con desencadenar «el colapso irreversible» de nuestra civilización en cuestión de dos a cuatro décadas.
Los expertos Mauro Bologna, de la Universidad de Tarapacá, Chile, y Gerardo Aquino, del Instituto Alan Turing, en el Reino Unido, que se especializan en sistemas complejos, construyeron un modelo basado en estadísticas para estudiar el tema de la supervivencia de la humanidad. Su estudio fue publicado en mayo en la revista Nature.
Según sostienen, si la tasa de deforestación actual continúa, la posibilidad de sobrevivir sin enfrentar un colapso catastrófico «es muy baja». «Concluimos que la probabilidad de evitar un colapso catastrófico es muy baja, menos del 10 % en el escenario más optimista», escribieron los investigadores.
El estudio se centró en la problemática de la interacción entre los humanos y los bosques, dado que estos últimos participan en la producción de oxígeno, la conservación del suelo y la regulación del ciclo del agua, desempeñando un papel fundamental en todo el ecosistema terrestre.
Señalan además que antes del desarrollo de las civilizaciones humanas, nuestro planeta estaba cubierto por 60 millones de kilómetros cuadrados de bosques. Como resultado de la deforestación, hoy quedan menos de 40 millones de kilómetros cuadrados.
Si las dinámicas actuales de crecimiento de la población y de deforestación no cambian, «todos los bosques desaparecerán dentro de 100-200 años, aproximadamente», concluyeron ambos científicos.
¿Podría el desarrollo de la tecnología prevenir el colapso?
El colapso de la civilización industrial moderna parece inevitable, incluso teniendo en cuenta que existe la probabilidad de que, gracias a nuevas tecnologías, la humanidad consiga explotar los recursos naturales de manera más sostenible y eficiente.
«Un mayor nivel tecnológico lleva al crecimiento de la población y a un mayor consumo forestal, pero también a un uso más efectivo de los recursos. Con un nivel tecnológico más alto, en principio podremos desarrollar soluciones técnicas para evitar o prevenir el colapso ecológico de nuestro planeta o, como última oportunidad, reconstruir una civilización en el espacio extraterrestre», escriben Bologna y Aquino.
Sin embargo, los autores del estudio reconocen que actualmente nuestras capacidades de ingeniería son insuficientes, y que nos falta tiempo para crear una tecnología tan poderosa como para lograr un avance cualitativo que permita solucionar el problema.
Una alternativa para crear un modelo diferente de sociedad
No obstante, estos científicos admiten que en teoría existe la posibilidad de evitar la catástrofe. Según Bologna y Aquino, las sociedades modernas se mueven impulsadas por la economía, donde cada país busca satisfacer sus intereses económicos.
«En contraposición a este tipo de sociedad, es posible que tengamos que redefinir un modelo diferente [para crear] una ‘sociedad cultural’, que de alguna manera privilegie el interés del ecosistema por encima del interés individual de sus componentes, y que finalmente se corresponda con el interés de toda la comunidad en general», dicen los autores del estudio.
Y enseguida esa suposición utópica lleva a ambos investigadores a la conclusión de que, incluso si las formas de vida inteligente fueran muy comunes, «muy pocas civilizaciones serían capaces de alcanzar un nivel tecnológico suficiente como para expandirse en su propio sistema solar antes de colapsar debido al consumo de recursos».
¿Y otros posibles cambios?
No obstante, hay que tener en cuenta que el modelo elaborado por Bologna y Aquino se basa en parámetros «deterministas», que consideran el crecimiento de la población y la deforestación en función de las «condiciones actuales». Mientras que, por otra parte, los índices estadísticos no necesariamente permanecen iguales y pueden variar.
Así, un reciente informe conjunto publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, mostró que la tasa de deforestación global ha disminuido en las últimas décadas.
De acuerdo a ese reporte, la pérdida neta de la superficie forestal disminuyó de 7,8 millones de hectáreas por año en la década de los 1990 a 4,7 millones de hectáreas anuales durante los años 2010-2020.
Además, si en la década de los 90 la tasa promedio de deforestación era alrededor de 16 millones de hectáreas por año, entre el 2015 y el 2020 ese índice disminuyó a un promedio estimado de 10 millones de hectáreas anuales.
Cortesía de RT
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