Un nuevo informe que analiza el impacto de las políticas mundiales de biocombustibles revela que el cambio a esta alternativa podría producir la deforestación de 7 millones de hectáreas para 2030. El análisis dice que gran parte de la demanda provendrá de la industria de la aviación, que actualmente está buscando fuentes de combustible alternativo en un intento por ser más «ecológica”. El estudio revela que el uso de biocombustibles podría causar más daño al ambiente y, de hecho, aumentar las emisiones de carbono en 11.500 millones de toneladas.
Rainforest Foundation Norway es la responsable del informe, que asegura que la creciente demanda de aceite de palma y biocombustibles a base de soya en las próximas décadas aumentará el riesgo de deforestación tropical. Según el estudio, esta demanda aumentará la producción de aceite de palma en 61 millones de toneladas y el aceite de soya en 41 millones de toneladas. Para satisfacer esta demanda, casi 7 millones de hectáreas de bosques tropicales se enfrentan a la tala deliberada de tierras y 3,6 millones de hectáreas estarán sujetas a drenaje de turba.
Daño ecológico masivo
El autor del informe, el reconocido experto en biocombustibles Dr. Chris Malins advierte que esta tendencia «tiene que cambiar y rápido» antes de que se produzca un daño ecológico masivo en nuestros bosques restantes, que representan un recurso crucial para que el mundo absorba los gases de efecto invernadero que impulsan la emergencia climática.
En contradicción con ayudar a reducir las emisiones, el intercambio de combustibles fósiles por otro producto problemático, de hecho, ayudará a alimentar el calentamiento global y la pérdida masiva de biodiversidad. Debido a la deforestación adicional asociada con la producción de biocombustibles, el informe dice que las emisiones globales de dióxido de carbono aumentarán en 11.500 millones de toneladas, que es más que las emisiones anuales actuales de China relacionadas con la quema de combustibles fósiles.
En un comunicado, Laura Buffet, directora de energía de la ONG de transporte limpio Transport & Environment, dijo: «Se suponía que los biocombustibles reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero, pero esto no es lo que sucede en realidad. Si los tomadores de decisiones no evitan los biocombustibles de cultivos y especialmente la materia prima de alto riesgo como el aceite de palma y la soya, las políticas de biocombustibles corren el riesgo de aumentar los incendios forestales actuales en todo el mundo».
Peor el remedio que la enfermedad
Los hallazgos arrojan luz sobre la naturaleza problemática de los recientes compromisos asumidos por las compañías aéreas para alejarse del uso de combustibles fósiles diesel. Delta Air Lines, por ejemplo, se ha comprometido recientemente a ser «totalmente neutral en carbono» a partir de este mes de marzo, y una parte central del plan es aumentar la proporción de biocombustibles que alimentan sus aviones. British Airways ha hecho compromisos similares para invertir en más biocombustibles junto con su plan para eliminar 700 millones de toneladas de plástico de un solo uso este año.
El informe de la Rainforest Foundation Norway se publicó poco después de que otro estudio científico advirtiera sobre el declive de nuestros bosques. El estudio dijo que debido al daño sostenido de la deforestación por parte de los madereros, los productos básicos y los intereses de la ganadería y el impacto de la crisis climática, los bosques tropicales están perdiendo su capacidad de absorber dióxido de carbono de la atmósfera.
Al ritmo actual, la selva amazónica -la selva tropical más grande del mundo-, podría convertirse en una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos 10 años. Si esto sucede, los desastres climáticos serán mucho más mortales y frecuentes de lo que se pensaba anteriormente.
Cortesía de noticias+verde
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