El ministro de Ambiente de Costa Rica, Carlos Manuel Rodríguez, acusó al gobierno saliente de Luis Guillermo Solís (2014-2018) de «negligencia», por presuntamente no utilizar entre 3 y 5 millones de dólares de la cooperación internacional para desarrollar proyectos y planes ambientales que favorecieran la conservación de la naturaleza.
Según Rodríguez, en información publicada por medios locales, en los 16 años previos a la actual gestión el país recibió en promedio entre 10 y 12 millones de dólares del Fondo Global del Ambiente (FGA). Sin embargo, «en esos cuatro años la eficiencia en el uso de los fondos no fue del agrado del FGA y la cooperación se vino al suelo».
El ministro Rodríguez aseguró que el gobierno de Solís falló, sobre todo, en la “lentitud” con que definió los proyectos e hizo sus planeamientos, y puso “trabas” para trabajar con el FGA .
Asimismo, explicó que los recursos que se obtenían de este organismo se debían distribuir a lo largo de los cuatro años del gobierno en la aplicación de los planes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, así como la de la Convención de la Biodiversidad Biológica.
Esta semana, Rodríguez viajó a Vietnam a la asamblea anual de FGA, según dice, “para renegociar” con sus autoridades que el país vuelva a recibir al menos la misma cantidad que recibía antes del gobierno de Solís.
Manipulación
Por su parte, el exministro de Ambiente en la pasada administración, Edgar Gutiérrez, negó las acusaciones de Rodríguez y explicó que el gobierno de Solís «le replanteó al FGA una nueva forma de trabajo», que consistía en financiar un proyecto grande de mayor impacto, en vez de uno pequeño.
«La organización estuvo de acuerdo con esa propuesta, pero la cooperación de este organismo se redujo porque el gobierno de Estados Unidos redujo su aporte financiero a las entidades que trabajan a favor del medio ambiente y la ayuda se redujo para todos los países y no solo para Costa Rica», sentenció.
Proyectos ejecutados
Gutiérrez precisó que el gobierno de Solis invirtió recursos en el Parque Internacional La Amistad, un parque transfronterizo entre Costa Rica y Panamá y en un proyecto llamado “Paisajes Productivos”, que consistía en apoyar a las comunidades para que pudieran sacar provecho económico de zonas turísticas.