¿Cuánto plástico consumimos al día en el mundo? Nuestra responsabilidad con el plástico no consigue únicamente en separar los residuos y reciclarlos en el contenedor adecuado, sino de hacer unilateralmente todo lo necesario para minimizar su uso.
El plástico es un material altamente contaminante, y, como contrapunto, muy usado por el ser humano. El plástico no es biodegradable ni se desintegra fácilmente, sino que tarda varios cientos de años en hacerlo; es decir, si tiras al campo una bolsa, tardará siglos en desaparecer y podrá ser ingerida por pájaros y animales, que verán peligrar su salud. Igualmente, el arrojo del plástico en los mares es un enorme problema al que diariamente se enfrenta la ecología. No sólo contamina el mar, sino que muchas especies, como las tortugas marinas, confunden las bolsas con medusas y se las comen.
La mayoría de los residuos de plástico acaban en los océanos
Un gran volumen de estos desechos de plástico procede de las bolsas que usamos frecuentemente para transportar enseres, desde ropa hasta decenas de ellas que se utilizan cada vez que hacemos la compra semanal de alimentos. Aunque hace unos años era mucho más común que ahora valerse de una bolsa para llevar comida, y después tirarla sin más, esta práctica se sigue haciendo en la actualidad. Muchos supermercados, a veces presionados por los Gobiernos, alertaron entonces sobre la necesidad de parar este consumo desmesurado de plástico, y lanzaron propuestas como la utilización bolsas de tela reutilizables, así como se comenzó a cobrar las bolsas de plástico –anteriormente gratuitas- para disuadir al consumidor de adquirirlas sin pensar. Sólo en Francia, un país que representa menos del 1% de la población mundial, se consumen 17.000 millones de bolsas de plástico al año, y más de la mitad, unas 8.000, acaban en el mundo natural.
El ministerio francés de Ecología prohíbe las bolsas de plástico en tiendas
Esta cifra, que es similar en otros países desarrollados que invierten parte de su presupuesto a la protección medioambiental, asusta porque muestra que, en pleno siglo XXI, aún no se es suficientemente consciente del daño que esto hace al planeta. Primero, por seguir consumiendo bolsas como si el plástico fuese degradable, y segundo, porque van a parar al entorno natral. Por eso, el ministerio de Ecología galo anunció recientemente algo que debe de ser tomado como una buena noticia para el medio ambiente: una nueva ley que prohibirá las bolsas de plástico en las tiendas.
Esta medida, que sin duda es un paso hacia adelante para evitar ese uso y desecho inútil del plástico, comenzará a tener vigor en pocos meses, a partir del primero de enero de 2016. Un año después, se extenderá a las bolsas que se usan para colocar y transportar frutas y verduras. El objetivo es que, poco a poco, se vaya eliminando el uso de bolsas de plástico para el transporte y se reemplace por bolsas hechas de materiales menos dañinos para el medio ambiente.
El mismo ministerio de Ecología de Francia ha subrayado que tres cuartas partes de todos los residuos que se vierten al mar, son plástico. Sólo en el Mar del Norte, se encontraron restos de plástico en el 94% de los pájaros: la gran mayoría de ellos tenían este material en su organismo.
Por lo cual y ante estas cifras que causan estupor y enfado, el ministerio ha decidido comenzar a alejar el plástico del área del consumo comercial y así atacar el problema minimizando su uso. La ministra de Ecología de Francia, Ségolène Royal, ha explicado que esta restricción será, además, una “oportunidad para crear empleos”. Entre el 80 y el 90 por ciento de las bolsas que utilizamos diariamente, proceden de Asia, según datos oficiales. Esto quiere decir que, además, estamos frenando la creación de empleo en Europa, sumado al enorme costo de transporte -y contaminación que conlleva- por el traslado hasta nuestro continente. Esta medida espera que, de aquí a unos años, este número haya descendido notablemente y que el ser humano no use el plástico de la manera innecesaria que lo hace ahora.
También se cree que la calidad de vida de un ciudadano medio no va a disminuir por el hecho que se prohíban las bolsas de plástico (permitidas las de papel, tela, y todos los demás) en las tiendas. Es una cuestión de cambiar un poco los hábitos.
Intenta calcular ahora cuántas bolsas de plástico guardas en casa y recuerda cuándo y cómo las adquiriste. La mayor parte de ellas las hemos comprado o adquirido en supermercados, las veces que hemos olvidado llevar un carro o bolsa de tela, aunque muchas también las usamos para transportar ropa, objetos, etcétera, en tiendas. Después, podemos tomarnos unos minutos para reflexionar qué hacemos con estas bolsas una vez las hemos utilizado. Probablemente, guardarlas dentro de un cajón durante un tiempo, hasta que tenemos demasiadas y entonces nos deshacemos de ellas. Es necesario conocer dónde van a parar esos desechos, cierto, pero sobre todo comenzar a tomar medidas para no usar tantas, sino solo las estrictamente necesarias. Al fin y al cabo, si cada hogar de España puede almacenar 50 bolsas al cabo de unos meses y se logra concienciar al ciudadano para reducir al almacenaje a 10, el número de residuos que irán a parar a medios naturales, con el daño que esto comporta, sería muchísimo menor.
Puede ser ahora el momento en el podemos comenzar a despedirnos paulatinamente de las bolsas de plástico, rechazándolas si nos las ofrecen y realizando pequeños cambios en nuestros hábitos. Aquí te mostramos varias alternativas:
Para ir a hacer la compra semanal de alimentos:
– Si compras pequeñas cantidades: te recomendamos ir a comprar con un carro o similar, que además te evitará problemas posteriores de espalda. Después de cargarlo, será muy sencillo almacenarlo en tu nevera. Acuérdate de incluir pequeñas bolsas reutilizables para las frutas y las verduras.
– Si compras grandes cantidades: Deja siempre en el maletero del coche cajas vacías de leche y demás, y algunas bolsas resistentes que puedas usar cientos de veces. Así, sólo tendrás que transportarlo del carrito al maletero, sin necesidad de usar las pequeñas e incomodas bolsitas.
– Si tu supermercado es de barrio y está cerca de casa. Puedes incluso plantearte llevarte el carrito hasta la puerta de casa, descargar la compra ayudándote de cajas y demás, y después ir a devolverlo. Será mucho más cómodo que ir cargando con media docena de bolsas.
Además, un pequeño consejo:
Lleva siempre en bolsas de tela en tu bolso. Cada vez son más comunes las pequeñas de tela plegables que no ocupan más de cinco centímetros. Algunas vienen en forma de llavero y otras se pueden hacer tan pequeñas que en un monedero pequeño te cabrán cuatro o cinco. Apenas te molestarán aunque las lleves siempre y, en el momento que necesites transportar algo, ya sea una falda, una barra de pan o un libro, podrás sacarlas y cargar lo que necesites sin problemas, para después volverlas a plegar. Además, llevar bolsos grandes puede sacarte de muchos apuros y en ellos podrás transportar varias cosas no muy voluminosas, como material de papelería, libros, pequeñas prendas, calcetines, latas, cosméticos, etcéteras. Con un poquito de imaginación y algo de voluntad, en pocos meses las bolsas de plástico -incómodas, y antiestéticas por otra parte- habrán pasado a mejor vida en tu día a día cotidiano.
Estas bolsas de tela se venden en droguerías y similares por un precio que no suele sobrepasar los dos euros. Si las quieres más resistentes o con diseños más bonitos, el precio podrá ir subiendo, pero no son caras y merecen enteramente la pena a la larga. Algunas llevan incluso protectores en las asas para evitar, de una vez y para siempre, esas marcas en los dedos que nos producen las de plástico cuando su peso nos corta la circulación.
Además, si lo prefieres, puedes echarle un poco de maña, comprarte una bolsa de tela baratísima, y pintar tu propio diseño personalizado.
¿Qué os ha parecido la propuesta del ministerio francés? ¿Creéis que es una buena iniciativa para atacar este problema de las bolsas de plástico, del que quizá mucha gente aún no es consciente?
En los comentarios, podéis dejar vuestra opinión y proporcionar, si lo deseáis, otros pequeños trucos para ayudar a alejar de nuestras vidas las bolsitas de plástico que tan contaminantes son y tanto mal hacen a los animales del planeta Tierra.