A 30 años del desastre nuclear en Chernobyl, Ucrania, la zona de exclusión continúa contaminada y será imposible habitarla durante miles de años. Los daños al medio ambiente son irreparables y la radiación se propagó por Europa hasta el Reino Unido. Hoy, entre Ucrania, Rusia y Bielorrusia hay 5 millones de personas que aún viven en áreas contaminadas. Sin embargo, los hallazgos de Greenpeace indicaron que los gobiernos de estos países están reduciendo la protección contra el material radioactivo.
Las autoridades suspendieron los programas de monitoreo alimentario y ambientales a pesar de los múltiples efectos de la radiación en la salud. A través del informe que presentó Greenpeace, Cicatrices nucleares: Los legados de Chernobyl y Fukushima alrededor de Chernobyl, la tasa de mortalidad aumentó y los nacimientos decrecieron. Los casos de cáncer de tiroides en los chicos y entre quienes hicieron trabajo de limpieza en el lugar, se incrementaron, así como los casos de cáncer de mama; Aumentaron los pacientes con cataratas y disminución de la función cognitiva. También crecieron los desórdenes mentales como la ansiedad, depresión pos trauma, el alcoholismo y los suicidios.
No obstante, al cumplirse el 30 aniversario del desastre en Chernobyl, el mundo cuenta con 400 reactores nucleares, y existe la posibilidad de que alguno sufra un accidente. Esto significa que millones de personas viven bajo la amenaza constante de un nuevo desastre. Aun así los gobiernos invierten millones de dólares en la construcción de nuevas plantas nucleares.
Para Horsman, la enseñanza de la tragedia de Chernobyl es clara: “La lección aprendida más importante para todos nosotros es que la energía nuclear es peligrosa; es una energía sucia, creada por algunos de los materiales más tóxicos conocidos; es muy cara en comparación a las fuentes de energías limpias y renovables, seguras y económicamente viables que utilizan por ejemplo el viento, el sol y el calor de la tierra. Las energías renovables crecen rápidamente a nivel mundial, hoy con precios mucho más baratos que la nuclear, incluso en muchos casos que el carbón y el gas… Las plantas nucleares no deberían construirse y las que hoy sí existen deberían eliminarse ya que pertenecen a un sistema tecnológico industrial fallido del siglo 20. El siglo 21 apunta a fuentes seguras como el sol y el viento.
Fuente: Greenpeace