Greenpeace Chile y sobregiro ecológico de la Tierra: «Debemos evaluar los sistemas productivos en los que se sustentan las diferentes economías»

El sobregiro ecológico (en inglés, Earth Overshoot Day) se refiere al momento en que la demanda humana por recursos y servicios de la naturaleza (huella ecológica) sobrepasa lo que la Tierra puede regenerar en forma sostenible durante un año (biocapacidad).

Greenpeace Chile y sobregiro ecológico de la Tierra: «Debemos evaluar los sistemas productivos en los que se sustentan las diferentes economías»

Autor: Absalón Opazo

En conversación con El Ciudadano, el director de Greenpeace Chile, Matías Asun, se refirió al sobregiro ecológico alcanzado por la humanidad en agosto de 2023, y advirtió que debemos tomarnos muy en serio esta situación, pues la crisis climática ya alcanzó un «momento crítico».

El sobregiro ecológico (en inglés, Earth Overshoot Day) se refiere al momento en que la demanda humana por recursos y servicios de la naturaleza (huella ecológica) sobrepasa lo que la Tierra puede regenerar en forma sostenible durante un año (biocapacidad).

En esa línea, Asun recordó que, recientemente, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas anunció que estamos dando paso a la era de la ebullición global, dejando atrás al calentamiento global, lo cual significa que la crisis climática «alcanzó un momento crítico y debemos actuar con urgencia».

«A medida que el planeta se calienta debido a los gases de efecto invernadero que provoca la acción del ser humano, las víctimas asociadas a esta crisis climática también aumentan», señaló el representante de Greenpeace en Chile.

«La crisis climática, desencadenada por el ser humano tras muchas décadas de emisiones de gases de efecto invernadero debidas, principalmente, al uso de combustibles fósiles, ha aumentado la intensidad y duración de muchos fenómenos extremos, como las olas de calor», apuntó.

Pero, añadió, «el cambio climático no sólo significa que haga más calor. Los patrones meteorológicos se alteran, lo que provoca un aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos, especialmente las altas temperaturas y las lluvias torrenciales».

Los ejemplos abundan, afirma Asun: «Día a día vemos como en el mundo ocurren eventos climáticos extremos, como el tifón en China, donde las lluvias dejaron a más de 800.000 personas afectadas, o los incendios en Canadá, donde la nube de humo llegó hasta Europa, y solo a julio de este año se habían consumido más de 8 millones de hectáreas».

La mano humana al respecto es innegable. Según la investigación de World Weather Attribution (WWA), estas temperaturas extremas habrían sido «estadísticamente imposibles» en ausencia del calentamiento global provocado por el hombre.

Esos impactos provocan a su vez daños económicos y sociales, que serán cada vez más graves, como daños en las cosechas y en la producción alimentaria o riesgos en la salud.

«En los peores escenarios probables que los expertos reflejan, el aumento de temperatura podría llegar a los 4,8 ºC para final de siglo», indica Asun.

Por ello, plantea que el cambio climático «es un problema global que alcanza una perspectiva ambiental, política, económica y social, en la que las peores previsiones también implican enormes pérdidas económicas y gravísimos retrocesos en derechos y calidad de vida».

«Y cuanto más tardemos en actuar, mucho más elevadas serán las inversiones para la adaptación al aumento de la temperatura y puede llegarse a un límite en que la adaptación ya no sea posible», recalca el director de Greenpeace Chile.

Petorca, Chile: Una de las caras más visibles de la crisis global.

Evaluar los sistemas productivos

¿Es posible superar esta situación? Para Matías Asun, lo primero que se debe hacer es evaluar los sistemas productivos en los que se sustentan las diferentes economías.

«Tenemos que mirar la crisis climática con los lentes ecosistémicos, esto quiere decir, dejar de mirar el mundo de manera fraccionada y pasar a entender que cada una de nuestras acciones repercuten en el resto. Por ejemplo, si en la parte alta de una cuenca (área de influencia de una fuente hídrica) se instala una explotación minera, indudablemente esto impactará a la parte media y baja de esa cuenca, a nivel de disponibilidad y calidad del agua», explica.

Por otra parte, destaca como muy importante que los países trabajen de manera coordinada hacia la protección de la biodiversidad, es decir, de todos los distintos tipos de vida.

«Existen instancias en donde se ponen en jaque los intereses particulares de las naciones, en pro de un bien mayor, un bien común, como por ejemplo, los tratados internacionales. Durante este año y luego de 2 décadas de tramitación, se logró la adopción del Tratado de los Océanos (pronto a ratificarse). Los océanos absorben más del 90% del exceso de calor de nuestro sistema climático, por lo que si no los protegemos, la crisis climática será aún más difícil de enfrentar», sostiene Asun.

Con este instrumento -recordemos- se busca la creación de vastos santuarios oceánicos en alta mar, lo cual permitirá proteger el 30% de estos ecosistemas al año 2030.

¿Y qué pasa en Chile? Junto con recordar que por acá el sobregiro ecológico lo alcanzamos el 15 de mayo de este año, Matías Asun afirma que ya no podemos esperar décadas para hacernos cargo de los impactos que generamos en el mundo.

«Necesitamos accionar los cambios hoy, con soluciones basadas en la naturaleza, gestionando la protección y la restauración de ecosistemas degradados de los cuales depende también nuestra propia existencia», concluyó el director de Greenpeace Chile.

Foto Portada: Crónica Uno

Sigue leyendo:


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano