Hermosas esculturas hechas con plástico reciclado

Fue así como surgió la idea del PET-art: la transformación artística de recipientes de plástico de politereftalato de etileno (PET), mediante montajes y cortes creativos que juegan con los diferentes colores y formas.

A Richterová le gusta utilizar botellas de plástico brillante, principalmente de color verde o azul, para hacer esculturas de animales y plantas, o bien, para diseñar objetos que tengan algún tipo de utilidad para la vida diaria, como espejos, lámparas, piezas de joyería, macetas y muebles.

Pese a que su trabajo como artista no solo ha estado vinculado a la experimentación con objetos de desecho, ya que también ha realizado importantes proyectos de animación, fotografía y pintura, el PET-art se ha convertido en su actividad predilecta. Desde 2007 se dio la tarea de coleccionar sus creaciones y las de otros exponentes de este tipo de arte en un museo que, hasta la fecha, resguarda más de 3000 objetos de plástico PET provenientes de 76 países. Pretende, así, invitar a sus espectadores a que experimenten ellos mismos con este material.

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