HidroAysén: Impactos ecológicos y sociales

  En la Corporación Costa Carrera desde siempre hemos tenido preocupación por la sustentabilidad de la Cuenca del Baker y de sus comunidades, es motivo de vida de la Corporación

HidroAysén: Impactos ecológicos y sociales

Autor: mauriciomorales

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En la Corporación Costa Carrera desde siempre hemos tenido preocupación por la sustentabilidad de la Cuenca del Baker y de sus comunidades, es motivo de vida de la Corporación. El tema de las Centrales hidroeléctricas que pretende construir HidroAysén en los ríos Baker y Pascua (5) son verdaderamente una amenaza seria de destrucción para esta reserva de vida si se llegaran a concretar.

En todos estos años hemos tomado la iniciativa de investigar y profundizar el tema, entendiendo la importancia vital para la sustentabilidad de la cuenca. Existen en la actualidad muchos estudios realizados sobre el tema, que de una manera u otra han sido acallados por la transnacional y no tomados en cuenta por el gobierno regional. Me permito en estas humildes líneas resumir una pequeña parte de lo expuesto en esos estudios, entendiendo que todos en Aysén tenemos un común denominador, amamos Aysén por sobre todas las cosas y queremos una región sustentable para todos y no solo para algunos.

Ingenieros de la envergadura y del prestigio de Roberto Román, Phd en Energias renovables y profesor titular de la U. de Chile y de Claudio Meier Vargas, Phd en Ecología de Ríos e Hidráulica de la University of Montana y profesor coordinador de la facultad de ingeniería de la U. de Concepción han realizados estudios muy serios sobre el tema. Al leer los respectivos informes, las conclusiones que uno saca bajo un prisma científico, ecológico de sustentabilidad y no de negocios como pretende la transnacional, entendiendo que los estudios que sostienen el proyecto, son paupérrimos y la evaluación ha sido manipulada con intenciones de sacar adelante al intención a pesar de todo.

Las conclusiones que uno saca al leer los informes son que el EIA presentado por HidroAysén, no cuenta con ninguna referencia histórica que permita entender a cabalidad los flujos de sedimentos y los cambios hidrológicos que tendrían que soportar los ríos al ser intervenidos y las consecuencias al manipularse su caudal, en un territorio de origen glaciar como lo es Aysén y único en Chile, sin entender a cabalidad los patrones de normalidad de los ríos Baker-Pascua. Además omiten como la intervención afectaría los sentidos fluviales naturales de la hidrodinámica de los organismos, considerando sus necesidades y los requerimientos de normalidad que necesitan para desarrollarse, teniendo como referencia sus propios patrones de migración, dietas y la ecología propia del sistema intervenido.

Las centrales de generación eléctrica con embalse y muros de contención como los pretendidos por HidroAysén, inevitablemente generaran un cambio radical del hábitat fluvial, al inundarse importantes tramos aguas arriba de los embalses, causando efectos negativos intolerables al descontinuarse los ríos y desconsiderar el natural fluir de los sedimentos y las materias orgánicas que comúnmente bajan por los ríos. Los problemas generados por los embalses son imposibles de mitigar, entendiéndose que inevitablemente seria aceptar la destrucción del Baker.

La barrera formada por los embalses, es un problema imposible de mitigar dada la magnitud de la obra, causando serias repercusiones en la vida de los ríos Baker y Pascua. Problemas que están perfectamente estudiados desde hace décadas, por investigaciones realizadas en países desarrollados como EE.UU. y Canadá, que cuentan con vasta experiencia y que precisamente por estos motivos han desechado esta tecnología, por la producción de altos niveles de sedimentación terminal y por tener una vida útil de no más allá de cincuenta años.

El impacto causado comienza con la misma aprobación de su construcción, dividiendo a las comunidades y alterando el escenario natural territorial para siempre, al tener que remover inmensas mega-cantidades de material del lecho del río e inmediaciones, alterando por más de 18 años la vida de las comunidades de la cuenca del Baker, cambiando radicalmente su forma de vida y los formatos establecidos históricamente y culturalmente en sus actividades económicas: Ganadería-Turismo-Agricultura. Al entrar en operación las centrales, producen un impacto altamente nocivo en todo el tramo costero aguas a bajo de los embalses, específicamente en el sector de las desembocaduras de los ríos, que sufrirán importantes alteraciones del régimen hidrológico, al cambiarse los patrones naturales del caudal, por la extrema sedimentación y la intervención aguas abajo del caudal por la retención producida del material en la misma cola del embalse.

El EIA que presentó HidroAysén, carece de una revisión independiente y profesional, dejando de lado los aspectos sociales de la intervención y ser estos evaluados, sin los representantes de las comunidades intervenidas como: Juntas de vecinos, Corporaciones, Comités Campesinos, Municipalidades, Asociaciones Gremiales, Cámaras de Turismo y Comercio. Además no son vinculantes y no cuenta con un análisis de las alternativas de solución, sin detallar explícitamente cómo deberían resolverse las problemáticas que surgirán, entre la transnacional y las comunidades.

La intervención afectaría irremediablemente las fluctuaciones diarias del caudal y no especifica a ciencia cierta, cuál seria el efecto indirecto en las especies nativas, omitiendo los efectos negativos en los invertebrados, ante la retención de la materia orgánica particulada que generarían los embalses, al aclararse las aguas por el alza de la temperatura al retenerla en los embalses, produciendo un cambio importante del ritmo fluvial. Tampoco se detalla, cómo la intervención afectará la Flora y fauna de las laderas de los ríos y cómo estas responderán a la inundación y la reacción que tendrán al cambio de escenario las diferentes poblaciones de peces, ante el cambio de ritmo fluvial acostumbrado, que estará altamente fragmentando por la presencia de los embalses de contención, que impedirían el flujo génico normal de los ríos pretendidos.

 

Por Andrés Gillmore, Director Corporación Costa Carrera.

 


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