Más de 300 incendios han afectado 142 municipios, con principal alerta en el departamento de Amazonas, en donde se han perdido cientos de hectáreas de bosque.
Los incendios forestales que afectan el sur de Colombia ya han arrasado más de 86.000 hectáreas de bosque, obligando al Gobierno a declarar la alerta ambiental y el inicio de operativos para hacer frente a grupos criminales que estarían detrás de esos flagelos con el fin de liberar terreno, deforestarlo y usarlo para cultivos de uso ilícito.
Más de 300 incendios han afectado 142 municipios colombianos, con principal alerta en el departamento de Amazonas, en donde se han perdido cientos de hectáreas de bosque. Tras sobrevolar el pasado fin de semana zonas aledañas al Parque Nacional Serranía de Chiribiquete para evaluar los impactos, los ministros de Ambiente y Defensa informaron que darían inicio a la fase 14 de la ‘operación Artemisa’ para hacer frente a la emergencia.
Esa operación implica el despliegue de 400 agentes de la fuerza pública para enfrentar a los grupos criminales detrás de los incendios. Además, se han emitido carteles de búsqueda de 17 presuntos deforestadores, por cuya captura se ofrecen recompensas de más de 75.000 dólares.
Actividades ilícitas
Las razones de los incendios son tres según el ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa. «Una son quemas en zonas agrícolas que normalmente en esta época lo vienen haciendo […], segundo puede haber accidentes en algunas regiones del país, y tercero, actividades ilícitas como por ejemplo la deforestación que hoy es un delito en Colombia, que da entre 5 y 15 años de cárcel, no solamente para los deforestadores, sino también para la financiación y promoción de la deforestación», detalló el ministro.
La práctica de deforestar para abrir espacio a los cultivos ilícitos y a la ganadería es el detonante principal, pero según el ministro de Defensa, Diego Andrés Molano, las disidencias de las FARC estarían detrás del fuego en el parque Chiribiquete, en la región amazónica colombiana.
En los últimos dos meses 20 de los 32 departamentos del país han registrado incendios, causando la devastación de 86.000 hectáreas de bosques, más de la mitad de los focos han afectado a la Amazonía, si bien expertos reconocen que esta es una temporada seca en el país, no es suficiente para la magnitud de la devastación actual. Hay acciones delincuenciales de grupos armados organizados, empresas privadas e intereses extranjeros que tienen en alerta roja el departamento de Amazonas.
El equilibrio de la selva «se rompe»
«La consecuencia ambiental más grave es que todo este equilibrio que hay en la selva se rompe. Una vez hay estos incendios, entonces, además de lo que se quema, se libera una enorme cantidad de CO2«, comentó Mercedes Mejía Leudo, profesora de la Universidad de la Amazonia, advirtiendo que después de un incendio la selva difícilmente puede recuperarse.
Según datos de la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastres, la alerta de fuego se extiende a 597 municipios en total, 550 de ellos están en alerta roja, una perdida ambiental irrecuperable que configura al momento más del doble que los incendios registrados el año pasado, que afectaron 62.200 hectáreas.
Las prácticas de ganadería y cultivos de uso ilícitos, identificadas como motivos para iniciar los fuegos, podrían causar también el desplazamiento de comunidades indígenas asentadas en las zonas afectadas, donde se despejan terrenos para la construcción de vías. La Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible advierte que la situación que atraviesa la Amazonía colombiana y la región de la Orinoquía por los incendios y las sequías podría sentirse también en otras zonas del país por los vientos.
Fuente RT
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