Eike Batista, empresario brasileño, se manifestó optimista con la eventual aprobación de su proyecto, mientras los opositores a la megacentral temen que ante la situación de sequía y racionamiento energético se termine por aprobarla.
La que es considerada la central termoeléctrica a carbón más grande de Sudamérica, entra ya en la etapa final para su aprobación, no sin duros cuestionamientos, así como por las presiones políticas y económicas a la que ha estado sometido el trámite de aprobación.
Este proceso ocurre en medio de un contexto donde el Gobierno, a través del mismo Sebastián Piñera y de su biministro de Energía y Minería, Laurence Golborne, han manifestado su preocupación por la situación de déficit hídrico que vive el país y ya han anunciado algunas medidas para enfrentarla, entre los que se cuenta un decreto de racionamiento eléctrico preventivo.
Pero más allá de los resguardos que podrían tomarse en cuenta por parte de la autoridad, lo que se vislumbra en el futuro cercano es la predominancia de la generación termoeléctrica a base de carbón, diesel o gas, para alimentar el Sistema Interconectado Central (SIC). Si actualmente este tipo de energía representa el 55% de la generación eléctrica en el país, con los proyectos a aprobar podría subir al 60%.
En este panorama, la central Castilla, a 80 kilómetros de Copiapó, ocuparía un papel fundamental, por ser –como se mencionó antes– la central a carbón más grande del continente, capaz de generar hasta 2.354 megawatts.
“Castilla es prácticamente un Hidroaysén 2, es enorme” afirmó el periodista de Radio Bíobío, Tomás Mosciatti, durante su comentario de actualidad del jueves 10 de febrero, para CNN Chile, al referirise a su capacidad de generación. Además, la central representa una inversión que alcanza los US$ 4.400 millones.
A FALTA DE AGUA, MÁS CARBÓN
La preocupación sigue creciendo en la región de Atacama ante la tramitación de la central termoeléctrica. Aun pese al rechazo que genera este proyecto en la comunidad de la costa atacameña, las comunidades temen que se utilice la situación de sequía que vive una parte del país como justificación para aprobar este y otros proyectos contaminantes.
Cabe destacar que su tramitación se encuentra paralizada por sucesivas acciones judiciales presentadas en su contra. Se estima que la central producirá 52 millones de toneladas de gas que aumentarán la “huella de carbono” del país, en medio de la decisión del Secretario Regional Ministerial (Seremi) de Salud, que deberá decidir si se mantiene el cambio de su calificación de “contaminante” a “molesta”, para así llevar a cabo su construcción. Dicha decisión se tomaría durante la última semana de febrero (durante los días de emisión del Festival de Viña del Mar).
En lo que respecta a los opositores al proyecto, éstos advierten un escenario adverso, aunque no están dispuestos a bajar los brazos. Marta Torres, representante de la Junta de Adelanto y Defensa del Borde Costero de Atacama, en declaraciones a Radio Universidad de Chile, afirmó que “él (Laurence Golborne) ha estado siempre del lado de las grandes empresas. No hay que olvidarse que el trabajó en Cencosud (…). Aquí manda el dinero y no interesa lo que pase con la gente”, añadiendo la existencia de estudios realizados por científicos norteamericanos que evidencian los nocivos efectos del carbón sobre la salud humana.
Al respecto, Torres criticó que las autoridades se refieran a la central Castilla como una “necesidad país”, cuando, en realidad, este proyecto sólo va en beneficio de las grandes empresas mineras. A su vez, agregó que las organizaciones ciudadanas se mantendrán en alerta ante la sospecha de que las autoridades puedan tomar decisiones clave a espaldas de ellas.
Por su parte, Elisa Domínguez, de la ONG Atacama sin Carbón señaló que es probable que el proyecto se apruebe, por lo que los esfuerzos se deben concentrar ahora en exigir medidas de mitigación a la empresa.
Se debe recordar que Chile aportó con mucho del CO2 proveniente de las centrales de carbón per cápita a nivel mundial y la tecnología a utilizar en la central corresponde a Carbón pulverizado (o carboncillo), técnica obsoleta en Europa. En relación a ello, el diputado PPD, Enrique Accorsi, miembro de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara, criticó que en Chile fuera el sector privado quien defina la matriz energética nacional, sólo contemplando sus costos.
BATISTA MUY FELIZ
En tanto, Eike Batista (en la foto), empresario brasileño controlador del Grupo MPX, quien impulsa el desarrollo y construcción de la central Castilla, se mostró muy optimista con el desarrollo futuro de su proyecto.
El hombre, que es considerado como el más rico de Brasil, afirmó sentirse satisfecho, pese a la decisión de la Corte Suprema de ratificar un fallo que prohíbe la construcción de la central por considerarla como “contaminante”. Desde Río de Janeiro, en declaraciones consignadas por el portal Emol.cl, Batista afirma que “Chile necesita de energía. Queremos generar energía con carbón limpio y tecnología limpia de última generación. Estoy optimista (de la aprobación del proyecto) por la simple necesidad estratégica del país de seguir creciendo”.
Con el lobby de la Agencia de Comunicaciones Azerta, liderada por Cristina Bitar, y atendido por la ex oficina de abogados del ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter (Bofill, Mir & Álvarez Hinzpeter Jana Abogados), Batista, hombre además muy cercano al gobierno del ex presidente brasileño Lula da Silva –de quien incluso se afirma haber recibido presiones para la aprobación de la central– espera lograr su objetivo.
Por Christian Armaza Benavides
El Ciudadano