Los proveedores de aceite de palma de algunas de las marcas más grandes del mundo, incluidas Unilever, Nestlé, Colgate-Palmolive y Mondelez, destruyeron un área de bosque de 1.300 kilómetros cuadrados (equivalente a poco más de dos veces la superficie de Santiago) en menos de tres años, según una nueva investigación de Greenpeace.
La ONG ambientalista calculó la deforestación causada por los 25 principales grupos productores de aceite de palma y descubrió que:
25 grupos productores de aceite de palma deforestaron 130 mil hectáreas de bosque desde finales de 2015.
El 40% de la deforestación (51.600 ha) se produjo en Papua, Indonesia, una de las regiones con mayor biodiversidad en el mundo y que, hasta hace poco, no había sido afectada por la industria del aceite de palma.
12 grandes marcas se proveen de al menos 20 de los grupos productores de aceite de palma: Colgate-Palmolive, General Mills, Hershey, Kellogg’s, Kraft Heinz, L’Oreal, Mars, Mondelez, Nestlé, PepsiCo, Reckitt Benckiser y Unilever.
Wilmar, el mayor comerciante de aceite de palma del mundo, se abasteció de 18 de los principales grupos productores de aceite de palma.
La investigación expone el fracaso de Wilmar Internacional para romper sus vínculos con la destrucción de bosques. En 2013, Greenpeace reveló que Wilmar y sus proveedores eran responsables de la deforestación, desmonte ilegal, incendios en las turberas y el desmonte del hábitat del tigre. Más tarde ese año, Wilmar anunció una política innovadora titulada «No a la deforestación, sin desarrollo en las turberas, sin explotación». Sin embargo, el análisis de Greenpeace comprobó que Wilmar todavía obtiene su aceite de palma de productores que destruyen los bosques y toman de las comunidades locales.
«El aceite de palma se puede producir sin destruir bosques. Sin embargo, nuestra investigación muestra que el aceite de palma que comercializa Wilmar está completamente ligado a la destrucción de bosques. Marcas como Unilever, Nestlé, Colgate-Palmolive y Mondelez prometieron a sus clientes que solo usarían aceite de palma limpio, pero no lo cumplieron. Las marcas deben solucionar este problema de una vez por todas y dejar de comprarle a Wilmar hasta que la compañía pueda probar que su aceite de palma fue obtenido de una manera sustentable», dijo Leonel Mingo, coordinador de campañas de Greenpeace Andino.
Además de la deforestación, los 25 casos individuales estudiados en el informe incluyen evidencia de explotación y conflictos sociales, deforestación ilegal, desarrollo sin permisos, desarrollo de plantaciones en áreas protegidas e incendios forestales vinculados a desmonte. Es la evaluación más completa de la deforestación en Papua, Indonesia, hasta el momento.
«Papua es uno de los lugares con mayor biodiversidad en la tierra y sus bosques, hasta hace poco, se había salvado de la destrucción que ocurría en otras partes de Indonesia. La industria del aceite de palma llegó a la zona y está desmontando bosques a un ritmo alarmante. Si no lo detenemos, los bosques de Papúa terminarán destruidos como ya sucedió en Sumatra y Kalimantan», finalizó Mingo.