Investigación encubierta revela el alcance y la gravedad del tráfico de bebés chimpancé

Después de un año de investigaciones, la BBC descubrió una red de tráfico de crías de chimpancés que cubre gran parte de África central y occidental. Los bebés simios son arrebatados de sus madres en el medio salvaje –con frecuencia, después de haberla matado– y son traficados y vendidos a zoológicos y a personas que los quieren como mascotas.

La investigación reveló que el tráfico abarca a seis países y mostró aspectos horrendos de este mercado, como la venta de los pequeños primates hasta por 12.500 dólares cada uno (cerca de 73 millones de pesos chilenos). También localizó la llamada «habitación azul»; un infame lugar que muchas organizaciones benéficas habían visto en fotos con chimpancés en cautiverio, pero que hasta ahora nadie sabía dónde estaba.

Los investigadores encontraron que la habitación azul estaba en la ciudad de Abidjan, en Costa de Marfil. Una vez que confirmaron que los traficantes y los simios estaban allí, informaron a Interpol y a la policía local, que allanó la instalación y arrestó a los involucrados. También se identificó las tácticas y rutas por las que son traficados los chimpancés, usando permisos falsos para embarcarlos hacia el Medio Oriente, sudeste de Asia y China, donde son vendidos a millonarios y zoológicos.

Aunque gracias a esta investigación, los impactantes detalles de esta red se están conociendo recién, el tráfico de esta especie en peligro, como de los gorilas y bonobos, se ha conocido desde hace un tiempo. Los santuarios de especies africanos están llenos de animales; la mayoría confiscados de viviendas y comerciantes.

La extensión de la red de tráfico en el continente es una tragedia, y es más grave de lo que se había pensado. La captura de los bebés chimpancés en lo salvaje está teñida de sangre. Se estima que para obtener a uno, se deben matar hasta 10 adultos, en promedio. Para empeorar las cosas, solo uno de cinco crías secuestradas llegan a su destino final, porque con frecuencia mueren en la ruta de heridas que les son infligidas durante la captura, o por el mal trato de los traficantes.

Esto significa que por cada chimpancé rescatado que actualmente vive en un santuario, pudieron haber muerto hasta 50 en el proceso de secuestro y venta. Estas cifras dan una idea de la gravedad de lo que ha estado ocurriendo.

El tráfico está costando la vida de la especie, que está cada vez más cerca de la extinción. Las estimaciones actuales sugieren que si la caza de chimpancés continúa a este nivel, en pocas décadas no habrá más ejemplares en estado salvaje. Los parientes más cercanos de nuestra especie están siendo exterminados para satisfacer la demanda de millonarios que los usan como mascotas y símbolo de estatus.

Por IFLScience

Versión español, El Ciudadano