José Araya Cornejo, más conocido por la gente como el “Pepe Araya” tiene 52 años y nació en Puerto Montt. Realizó sus estudios en la Universidad Austral de Chile, formándose como profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica. También tiene algunas raíces bien firmes en la Región de Los Ríos, ya que vive en Valdivia hace más de treinta años.
Actualmente, es el Coordinador del Programa Ciudadanía e Interculturalidad de la organización no gubernamental llamada Observatorio Ciudadano, la que se dedica, por ejemplo, a la documentación, investigación, denuncia y seguimiento de situaciones de violación de derechos humanos que afectan a los pueblos y comunidades locales, con énfasis en los derechos colectivos.
En 1989, cuando tenía 25 años, José empezó a trabajar en el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU). Sus labores tenían que ver con investigar, dar cuenta de las situaciones represivas, fomentar la participación cívica y concientizar a las personas, de acuerdo al proceso de la transición a la democracia.
Luego de años de trabajo, el Pepe se ha ido especializando en los derechos y participación de las personas individual y colectivamente. Su participación en “Acción por Los Cisnes”, organización de diversos actores que lucharon por la protección de los cisnes, en el desastre medioambiental provocado por la Celulosa Arauco en el Santuario de La Naturaleza, en 2004, fue una gran enseñanza para él. En este sentido, El Ciudadano conversó con él sobre algunos temas:
-De acuerdo a la crisis del Santuario de la Naturaleza y la muerte de los cisnes, ¿qué destacas de dicho suceso?
Eso fue un remezón. Cuando los cisnes caían sobre las personas, las vidas pararon y se dieron cuenta de lo que ocurría. Lo que pasó fue una amenaza real y nos vimos en peligro, porque primero fueron los cisnes y después podíamos ser nosotros. En el 2004 la gente se dio cuenta de lo importante que es relacionarse con el medioambiente. Al fin de cuentas, para bien o para mal, lo estúpido que hizo CELCO permitió cuestionar, discutir en relación a nuestro entorno y protegerlo.
-¿Qué opinas acerca de la participación de CELCO en el Congreso del Futuro, el cual contó con un encuentro en Valdivia?
Arauco es auspiciador del verano en Valdivia. Esa empresa tiene poder por sí sola, de acuerdo a su relación con la clase política de este país. Y bueno, es una muestra más de este modelo contradictorio en el que vivimos, con empresas que provocan daño medioambiental, abusan y contaminan, pero dan empleo y dinamizan regiones. Para cambiar eso, hay que modificar el modelo del Estado.
-De acuerdo a conflictos socioambientales, ¿qué destacas en relación a Endesa retirando su proyecto de central hidroeléctrica en el territorio Mapuche en Neltume, comuna de Panguipulli?
Ahí hay un aspecto relevante, y es que no se trata sólo de celebrar la caída de un proyecto, eso es un discurso facilista, sino recalcar la importancia que hay en el tipo de convivencia entre los distintos actores que lucharon y se organizaron en torno a la protección del territorio.
-¿Qué puedes decir respecto del proyecto de la empresa hoy denominada Electricas sur S.A que afectaría el complejo ceremonial sagrado del “Ngen Mapu Kintuante” y el río Pilmaiken?
No se puede decir que ese proyecto fue limpio, es oscuro y jamás pensaron en las comunidades locales. Es algo mal intencionado, además ahí se encuentra un centro ceremonial espiritual, y esa es una variable importante que obliga a reflexionar sobre nuestra espiritualidad y el respeto a las creencias de las personas.
-Van dos décadas de lucha en Mehuín en contra del ducto que arrojaría desechos contaminantes en la bahía de Maiquillahue, por parte –otra vez- de la Celulosa Arauco, ¿qué me dices sobre eso?
¡Jamás va a haber ducto al mar, jamás! Esa es una lucha emblemática en materia medioambiental, pero pueden haber posibilidades de que vuelva la amenaza, y en eso entra la participación de la autoridad política.
-¿Qué visión tienes sobre lo que ocurre en Corral respecto del acopio de chips que la empresa portuaria Reloncaví mantiene en la comuna puerto?
Eso es un tema insólito para mí, es algo anormal porque no tiene evaluación ambiental y todos se hacen los locos. Tiene que hacerse uso del mecanismo formal de evaluación, para informar, para trasparentar y eso la institucionalidad no lo entiende.
-¿Y sobre los residuos líquidos que quiere descargar la cervecería Kunstmann (50% grupo Luksic) al Río Valdivia?
La gente está con rabia acumulada, rabia por los sueldos, rabia por muchas cosas. ¿Qué provoca eso? Que se genere más sensibilidad y preocupación en torno a cualquier proyecto de cualquier empresa y es que ¡Tú a los empresarios no les crees nada! Y en la medida en que luchemos, colaboremos y participemos, todo puede cambiar. Las discusiones no sólo se deben quedar en la prensa ni en redes sociales.
-Entonces, ¿crees que sirve la institucionalidad ambiental chilena?
Si bien es cierto en 2009 hubo cambios en materia de institucionalidad ambiental, pero se quedaron bastante cortos. Esos cambios surgieron en un Congreso perverso, donde el poder económico tiene un gran espacio.
Mira el video del enfrentamiento entre los pescadores y la Armada en 2006 en la localidad de Mehuín:
Por Francisca Arriagada.
El Ciudadano