Un grupo de investigación de la Universidad Nacional trabaja para sacar biobutanol de los residuos de la papa. Sería un gran avance a la hora de reemplazar el etanol, que se mezcla con la gasolina en el país desde 2005, para reducir los daños ambientales y no agotar las reservas de petróleo.
El 19 de septiembre de 2001, en el entonces gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), se decretó una ley para que en toda Colombia la gasolina se mezclara con etanol para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, el consumo de barriles de crudo y bajar significativamente la importación de combustibles y así no alterar la balanza comercial del país.
Si bien esta norma se sancionó hace 21 años, sólo hasta 2005 empezó su ejecución en todo el territorio nacional. Ya en 2018, viendo la crisis ambiental y la escasez de biocombustibles, el Gobierno de ese entonces aumentó el porcentaje de la mezcla, es decir, del 8 al 10% de etanol.
Este año la situación cambió debido a la falta de etanol en el país, alcohol que proviene de las destilerías en los ingenios del Valle del Cauca (suroccidente colombiano) y que se extrae de la caña de azúcar. De hecho, en los primeros meses de 2022, el Gobierno ordenó bajar el porcentaje hasta el 2% para luego hacer un aumento paulatino para llegar de nuevo al 10%.
Lo anterior es un breve contexto de lo difícil que ha sido para Colombia seguir mezclando la gasolina con etanol, y de una crisis que en los últimos años ha aumentado debido, entre otras cosas, a las temporadas de lluvias que alteran los procesos en los cultivos de caña de azúcar. Por eso, pensar en cambiar el etanol por butanol, pero, sobre todo, obtenerlo de otras fuentes, es una idea que ha hecho mella en la mente de científicos nacionales.
Carlos Alberto Guerrero es profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional (una de las más importantes del país) y el líder de un grupo de investigación que se dio a la tarea de obtener butanol de los residuos de la papa, uno de los tubérculos que más se cultivan en las regiones de clima frío y una fuente de alimento diario para todo colombiano no solo por su precio, sino por la facilidad de conseguirlo.
«Hice mi doctorado en Francia y hablando con unos colegas surgió la idea de hacer este proceso en Colombia y la posibilidad de buscar este solvente, que tiene mejores propiedades que el etanol, para hacer más adelante un proceso de sustitución en la gasolina. Son proyectos que en Europa han tenido bases importantes y que queremos desarrollar acá», resaltó Guerrero.
¿Y cómo apareció la papa en esto? En 2019, Guerrero comandó otro grupo de investigación que tuvo como fin encontrar una solución a los residuos de papa que quedaban en Boyacá (centro del país), departamento que más produce este tubérculo en toda Colombia. Guerrero sabía que los campesinos reincorporaban los desechos a la tierra como una especie de abono, pero aún así quedaban por montones. «Hubo un momento en el que ya no eran solo residuos sino la misma papa, porque los precios del mercado variaron y los campesinos perdían cosechas enteras».
Guerrero y estudiantes de pregrado y postgrado en ingeniería química, biología y carreras afines, se dieron a la tarea de realizar un bioproceso con encimas y bacterias especiales para fermentar el almidón que está en la papa y así sacar el butanol.
El paso a paso
El investigador tiene una voz pausada y entiende, sin que se lo digan, que habla con una persona que no domina los términos químicos. Por eso procura explicar el paso a paso de una forma didáctica, clara. Primero se toma el residuo de la papa y se pone en agua caliente para extraer el almidón. Luego de tenerlo, se usan unas enzimas para romper la molécula y llegar hasta los azúcares simples, es decir, la glucosa. Seguido, a través de un proceso de fermentación llegar al butanol, que en realidad sería un biobutanol.
«Estamos haciendo estudios para que esa bacteria que necesitamos para el proceso de fermentación salga de los mismos cultivos de la papa. Un proceso completo que no requiere insumos externos. Sería un ahorro enorme, porque el costo de comprar los organismos que se necesitan es alto», agrega.
Lo ideal, a futuro, sería reemplazar el etanol que se mezcla con la gasolina por biobutanol, que tiene mejores propiedades a la hora de unirse con combustibles y así lograr una producción a escala industrial. Muchas cosas externas pueden perjudicar los cultivos de caña de azúcar (de donde sale el etanol), mientras que siempre habrá residuos de papa. «Incluso no solo hablemos de papa, también metamos en la discusión a la yuca, el ñame, tubérculos que también cuentan con almidón. Es una apuesta ambiciosa y que a largo plazo puede ayudar a solventar un poco la crisis de combustibles que casi siempre estamos atravesando», apunta el científico.
Según el Ministerio de Agricultura, en Colombia existen alrededor de 130.000 hectáreas en las que se siembra papa y que generan 2,9 millones de toneladas de este producto al año. Incluso se habla de que de desechos quedan cerca de 118.000 toneladas. «Seguimos en el proceso de laboratorio para obtener los mayores resultados con menos insumos. Luego de eso viene la experimentación con la gasolina y los motores para ver el rendimiento y la aceptación. Sé que en Francia han hecho algunas pruebas con resultados exitosos, pero todavía no hay una sustitución inmediata».
Por ahora, Guerrero y sus estudiantes seguirán trabajando para demostrar que el biobutanol es mucho más eficiente a la hora de mezclarlo con la gasolina, y que se puede obtener a costos que no son tan altos como los del etanol, algo que daría una luz para salir de a poco de la problemática de los combustibles, un ir y venir que no termina en Colombia y que afecta, además del mercado energético, al bolsillo de los ciudadanos.
Fuente Sputnik
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