Como preocupantes calificó la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN) las cifras destacadas en la cuenta pública del proceso “Nueva Región, Cómo Vamos” que revelan que entre 1997 y 2007, la superficie de plantaciones de eucaliptus y pinos creció un 35 por ciento, abarcando más de 63 mil nuevas hectáreas; mientras que la extensión de bosque nativo y humedales, se redujo en 61 mil hectáreas.
La coordinadora AIFBN, Jennifer Romero, aseguró que la sustitución de los bosques nativos originales por plantaciones de monocultivos exóticos es un hecho “indesmentible” y así lo demuestra el Catastro de Uso de Suelo y Vegetación que recientemente ha actualizado Conaf.
“Son más de 60 mil hectáreas en una década y sólo en la este región donde insistentemente sus autoridades invitan a conocer la ‘selva valdiviana’. Son cifras que como organización ya conocíamos y valoramos que en esa cuenta pública se hayan reiterado masivamente ante la comunidad», destacó.
La ingeniero forestal lamentó que mientras se crean mesas de trabajo para el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural, ésta termina emigrando de sus predios debido al avance de la sustitución y la presión de las empresas forestales.
“Tras esto se agudizan sus problemas económicos, sociales y culturales frente al drástico cambio de vida. Las empresas visualizan la rentabilidad de un negocio redondo y se ocultan las consecuencias sociales, que otorga pequeñas ganancias por una única vez a los propietarios, quienes finalmente se ven obligados a vender la propiedad y a muy bajo valor. Están rodeados de plantaciones, no hay alternativa”, enfatizó Romero.
Por Pedro Andrade
El Ciudadano