Un descubrimiento inusual tuvo lugar en New Brunswick, Canadá, donde una pescadora (sí, mujer pescadora) encontró una langosta que conserva restos del logotipo de Pepsi estampado en una de sus tenazas.
Más allá de la anécdota, la importancia de este hallazgo es su potente mensaje acerca de la cantidad de basura que los humanos estamos arrojando a los océanos. No está claro cómo el logo llegó a ser parte del cuerpo de la langosta; podemos suponer que el largo proceso tuvo un momento clave: alguien compró una botella de Pepsi cuyo envase terminó en el mar, pero las características de la imagen plantean un misterio.
«No puedo decir cómo pasó», dijo a CBC News Karissa Lindstrand, la pescadora de langostas que encontró al animal y tomó la foto. «Parecía más un tatuaje o un dibujo de la langosta que algo que crece en ella».
El crustáceo fue encontrado por Lindstrand y su tripulación a bordo de su barco llamado Honor Bound, frente a la isla Grand Manan en New Brunswick. Ella dijo que es una amante de la Pepsi, que bebe hasta 12 latas de la gaseosa todos los días. Esta anécdota no podría ser más elocuente sobre el mundo en que estamos viviendo y nuestros hábitos de consumo. Lo único que falta es que la noticia se transforme en publicidad indirecta para la compañía.
Lindstrand y su equipo atraparon la langosta el martes 21 de noviembre, pero no sabían explicar la apariencia inusual de la criatura. Algunos sugirieron que parte de una lata o caja de Pepsi se atascó en la langosta cuando estaba creciendo. Sin embargo el logotipo estaba pixelado, lo que sugiere que proviene de una imagen impresa, informa IFLScience.
La langosta se vendió más tarde junto con el lote del día, por lo tanto no será analizada por expertos ni podremos saber cómo el logo pudo «tatuarse» de esa forma en su extremidad.
Pero el hecho nos recuerda una vez más la cantidad de basura que estamos vertiendo en los océanos y el impacto que esto tiene. Se estima que más de 5,25 billones de pedazos de basura de plástico están en los mares del mundo y que para 2050 la cantidad de basura en el océano será mayor que la de peces. Esto supera al noticiario de lo insólito: debería hacernos pensar y actuar.
El plástico arrojado al mar –de todos los tamaños y formas– es un peligro potencial para los animales, quienes pueden quedar atrapados en trozos de envases o confundirlos con comida. Ahora vemos que estos desechos también pueden cambiar su apariencia.
El Ciudadano