AIFBN, junto al senador Horvath, el diputado De Urresti, Pymemad y la Confederación Nacional de Trabajadores Forestales, presentó libro que propone lineamientos políticos, económicos, sociales y ambientales para el sector forestal de Chile.
Un diagnóstico objetivo de la actividad forestal actual y un conjunto de propuestas para reorientar el sector hacia un modelo productivo más sustentable para Chile son los principales contenidos del libro «Hacia un Nuevo Modelo Forestal”, lanzado ayer lunes por la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN) junto a representantes del mundo productivo, sindical, campesino-indígena y parlamentario.
La jornada, que se llevó a cabo en el Congreso Nacional de Santiago, contó con la participación y análisis del presidente AIFBN, Sergio Donoso, el diputado Alfonso de Urresti, la representante de la Comunidad Raiman Punulef de Lumaco, Orfelina Alcaman; el presidente de la Asociación Gremial Pequeños y Medianos Industriales de la Madera (Pymemad), Fernando Rosselot; el Presidente Confederación Nacional de Trabajadores Forestales (CTF), Jorge González; y el senador Antonio Horvath.
La publicación de carácter político-técnico surgió tras varios procesos de revisión interna y externa; y ofrece desde un punto de vista objetivo y proactivo, un diagnóstico y una serie de propuestas en torno a temáticas políticas, económicas, ambientales y socio culturales; y contiene elementos innovadores conducentes a contribuir al desarrollo del país mediante la gestión de los bosques y una actividad forestal efectivamente sustentable.
El presidente AIFBN, Sergio Donoso, destacó que el actual modelo forestal ha generado y privatizado grandes utilidades, pero con impactos ambientales y sociales negativos en la sociedad. “Ha excluido el bosque nativo y todas sus potencialidades. Mantiene a población local en la pobreza y percibe un bajo desarrollo. Creemos que se trata de un modelo agotado, no sustentable y que no da paso a una real potencia forestal sustentable”, sostuvo.
Citando segmentos del libro, Donoso enumeró una serie de impactos ambientales como pérdida de suelo a consecuencia de talas rasas, fragmentación de ecosistemas, cambios en el balance hídrico por mayor consumo de agua por parte de las plantaciones y eliminación de bosque nativo con la consecuente pérdida de servicios ecosistémicos.
“La propuesta de la AIFBN de un nuevo modelo forestal considera que los bosques y plantaciones satisfacen los derechos y necesidades sociales, ambientales y económicas de la población actual sin comprometer los de las futuras generaciones constituyéndose en un aporte sustantivo al crecimiento económico, social y ambiental”, dijo.
Subrayó que las plantaciones deben ser “hechas en tierras adecuadas y permitan reducir la presión sobre los bosques nativos sin sustituirlos; y que sean hechas como mosaicos para permitir la regulación de las aguas y la conservación de la biodiversidad en el paisaje. Para compatibilizar estos objetivos será necesario realizar un ordenamiento territorial que, basado en la capacidad de los recursos naturales y sus características, planifique participativamente el uso de dicho espacio”.
En lo económico destacó que el modelo forestal debe generar empleos permanentes y respete los derechos de los trabajadores y que la producción sea realizada con la mejor tecnología ambiental. “Los impactos negativos ambientales y sociales negativos deben ser prevenidos, mitigados o compensados; y la mayor parte de los beneficios que genera el proceso productivo deben permanecer en las zonas donde se genera la producción”, expuso.
NUEVA POLÍTICA PARA EL SECTOR
Donoso subrayó que se debe definir una política forestal explícita de largo plazo y balanceada con una institucionalidad forestal fuerte y bien financiada. “Nuestra propuesta implica una política forestal explícita para Chile, con objetivos claros y pertinentes a las potencialidades del sector, que plasme la visión estratégica de desarrollo del país, y cuya aplicación implique beneficios económicos, ambientales y sociales para la sociedad en general, no sólo para un pequeño sector como ocurre hoy”, manifestó el experto.
En cuanto a lo social, resumió que el sector debe ser más igualitario y solidario “donde todos los grupos tienen similares oportunidades, en el que existe respeto por sus creencias, culturas y organizaciones; y que en el que los beneficios se repartan con equidad entre quienes han participado en los procesos productivos”.
Al cierre de su presentación, el experto dio al vamos al sitio web www.nuevomodeloforestal.cl, que incluye una versión digital del libro.
ANÁLISIS INTERSECTORIAL
El diputado Alfonso de Urresti hizo hincapié en que el actual modelo forestal “carece de una política institucional. Seguimos obnubilados con cifras de crecimiento, pero se adolece de una política por parte de los sectores que deben conducir este país. Si no las fijamos a largo plazo vamos a ir generando serios inconvenientes”.
Por ello, impulsar el desarrollo de un nuevo modelo constituye “una tarea pendiente para nosotros, para quienes hacemos política”. Más aún si se considera que el desarrollo a la fecha “ha planteado una enorme inequidad económica y territorial”. De hecho –aseguró- “hay poca transferencia de recursos a las comunidades. Hay un problema de fondo que afecta a comunidades”, como Arauco, Malleco y Valdivia.
“Hay problemas en el agua, los caminos, la flora y fauna se han modificado” en diversas zonas de nuestro país. Por eso, “es importante este libro que apunta a las inequidades, pues la gente ve pasar el desarrollo pero no lo ve en sus casas”. De Urresti remarcó, en este sentido, “si no formulamos una política nacional y establecemos que esto es básico para el desarrollo puede colapsar el recurso del agua, generar conflictos y más inequidad en la distribución de los ingresos. Esta es una propuesta que aporta a enriquecer otras discusiones”.
En tanto, el senador Antonio Horvath afirmó que el libro es una investigación profunda, didáctica y con visión histórica. El parlamentario sostuvo que explica cómo el modelo actual ha sido “concentrador en lo económico, lo político y los medios de comunicación”. Tal situación, desde su perspectiva, se refleja en “indicadores de desarrollo humano disparejos en la realidad chilena”.
“La Agrupación nos abrió los ojos en el proceso de tramitación de la ley de bosque nativo” y en esta ocasión vuelve a hacerlo motivando ‘un cambio de paradigma’ y llevando la atención de la ciudadanía hacia aspectos como la evasión tributaria derivada de la venta de leña que no es certificada y procesos de erosión y desertificación que afectan al 60% de nuestro territorio”, dijo.
“La inequidad social está claramente representada en las actividades asociadas al bosque nativo”, argumentó, insistiendo en que “la vía institucional es clave para un futuro con un mejor desarrollo forestal en el que se mantenga la biodiversidad. Los monocultivos atentan contra este aspecto”.
“Vamos a hacer el máximo por socializar este tema. Hay que cambiar la pirámide, para que la ciudadanía reciba los beneficios. Esperamos que este sea un ícono, un nuevo paradigma para el sector forestal”, aseguró el legislador.
Por su parte, el presidente de Pymemad, Fernando Rosselot, extendió su respaldo a la idea de que el negocio forestal predominante debe cambiar. “Es importante que la sustentabilidad del sector exportador sea más inclusivo y participativo”, donde las comunidades sean el centro del ordenamiento territorial. “Estamos muy de acuerdo en alcanzar una política forestal explícita”.
Es así como sostuvo que por años el Estado ha subvencionado el patrimonio de las grandes empresas, “sin considerar los costos ambientales y sociales que esto ha conllevado”.
En tanto, el presidente Confederación Nacional de Trabajadores Forestales (CTF), Jorge González, compartió la necesidad de “consolidar un nuevo modelo forestal para Chile. Hay que humanizar el trabajo del sector y mejorar factores sociales y medio ambientales. Las propuestas deben ser socializadas en la comunidad”. Relevó que “las mega empresas están emplazadas en las zonas de mayor pobreza, generando problemas de agua. Es hora de que con la comunidad organizada empiece a pensar de qué manera la riqueza pueda llegar a todos”.
La publicación, en este sentido, “incita a pensar en una alianza para recuperar el bosque nativo, para que la gente viva mejor. Hay que darle respaldo a este tipo de propuestas”, insistió.
El lanzamiento también contó con el testimonio de Orfelina Alcaman, representante de la Comunidad Raiman Punulef de Lumaco, quien dijo que “la situación que estamos viviendo es terrible, en la que ningún ser humano podría vivir. Se nos secaron las vertientes de agua producto de las forestales. Tienen que ir desde el municipio a dejarme agua. No contamos con el recurso vital. 40 familias estamos en esta situación”.
Al respecto el Gobierno “ha hecho oídos sordos”. Y es que “se sigue plantando. Ahí es donde surge el conflicto de los territorios, algo que vivimos todos los días, con los efectos negativos en el agua debido a las plantaciones de pino y eucaliptus”.
Por eso, afirmó que “ese es el modelo que el Estado nos entrega hoy, el de las forestales. Que se hagan cargo de los daños que han causado. Queremos retribución para las comunidades. Nadie ha hecho algo para sanar este daño, nadie se hace cargo”.
La jornada también incluyó la entrega del libro a los directores de Centros de Alumnos de las Escuelas de Ingeniería Forestal de las Universidades de Chile, Austral, Mayor, Talca, Católica del Maule y la Pontificia Universidad Católica.
Noviembre 21 de 2011