LEY DE BOSQUE NATIVO


Autor: Director

Según la contribución más valiosa al conocimiento del bosque chileno, el Catastro de Vegetación Nativa (CONAMA y CONAF, 1999), en el país existen 13.443.315 hectáreas de árboles nativos. De esta cifra, el Gobierno tutela, bajo el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas (SNASPE), sólo el 28%, es decir, 3.752.000 de hectáreas. Además, por la creación de áreas privadas de protección hay cerca de 1.000.000 de hectáreas de bosque nativo “a salvo”, incluyendo las del Parque Pumalín de Douglas Tompkins.

Raya para la suma: en el país hay más de 8.000.000 de hectáreas de bosque nativo sin resguardo, es decir el 60% del total, que esperan hace 15 años la ansiada Ley del Bosque Nativo. Frei no cumplió, Lagos tampoco y Bachelet está aún está en deuda.


¿LEY CORTA?
bosquenativo
Luego de que el Ministerio de Hacienda comprometiera recursos para el fondo del estatuto por US$ 8.000.000 anuales por un plazo de 30 años, la Ley del Bosque Nativo podría entrar en vigencia a fin de año.
Será una ley corta, porque para llegar a esta fase sacaron del articulado temas controversiales, como la definición de servicio público de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), la sustitución del bosque nativo por plantaciones frutales (paltos y viníferas) o exóticas (pinos y eucaliptos), el cambio de uso de suelo, y la protección de sitios vulnerables para la biodiversidad, entre otros.

“Nosotros aceptamos que sea una ley corta, sabiendo que no es la mejor ley. Eso es un rayado de cancha muy a priori que hicimos las organizaciones ambientales y los pequeños propietarios”, explica a El Ciudadano la bióloga de Ecosistemas, Flavia Liberona.
La experta agrega que el acuerdo con el Gobierno se basa en que habrá una ley complementaria, que enfrentará los tópicos más conflictivos: “Esto va a ser encarado de aquí a fin de año, pues debería haber un proceso de discusión para elaborar un proyecto que aborde estos temas. No es que nos olvidemos y lo dejemos fuera para siempre”.

En este sentido, todos los protagonistas de esta ley, como los pequeños propietarios, la Corporación de la Madera (CORMA), investigadores, ONGs ambientales y los colegios profesionales; coinciden en que quieren la rápida entrada en vigencia de este mandamiento.
El vicepresidente de la CORMA, Juan Correa, sostiene que la decisión “corta” de Bachelet fue la correcta. “La iniciativa del ejecutivo en cuanto a eliminar del proyecto algunos temas que eran conflictivos y que estaban obstruyendo la posibilidad de contar con una Ley del Bosque Nativo, me parece que fue una medida acertada”, afirma el ejecutivo.
Pero más allá de la entrada en vigencia, hay otros puntos que son más importantes. Tal como lo explica el director e investigador del núcleo Milenio FORECOS y Decano de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Austral de Chile, Dr. Antonio Lara: “La urgencia número uno es que existan bonificaciones para el manejo y conservación del bosque nativo. Debiera haber una reglamentación que facilite el acceso de los pequeños propietarios a las bonificaciones. Porque hay que entender que esto no tiene sólo un papel para la conservación, sino también tiene un papel social. Si no queremos que haya migración y deterioro de las condiciones de vida de la gente en el campo, es esencial que tengan opciones, y una alternativa concreta es poder manejar sus bosques nativos”.

La bióloga de Ecosistemas coincide con el investigador en favorecer a los pequeños propietarios. Reconoce que la controversia viene desde el gobierno de Lagos y que la discusión central sobre cuánto dinero dispondría el fondo y si sería concursable se mantiene hasta hoy. “Nosotros insistimos en que no fuera concursable, ya que era la opinión de las ONGs y de los pequeños propietarios. Hacienda quería lo contrario. Luego de Chiledeportes (ríe) entendimos que fuera así en honor a la transparencia. No obstante, aceptamos siempre y cuando sea un fondo donde no concursen de igual forma y condiciones los pequeños y grandes propietarios”.
Pero faltaba la sorpresa. El 9 de julio Hacienda llegó al Congreso con una propuesta de un fondo único donde entraban chicos y grandes a competir de igual a igual.
“Los parlamentarios en bloque, desde la UDI hasta la Concertación, se alinearon y dijeron que no se podía legislar con esa propuesta. Ellos tenían un acuerdo de favorecer a los pequeños.

Actualmente el gobierno hace gestiones para generar dos fondos: uno orientado a los grandes y otro para los chicos. Hay una presión fuerte de los parlamentarios y hay reuniones entre Agricultura y Hacienda. Creemos que ese punto ya está zanjado”, avizora la bióloga de Ecosistemas.

Los US$ 8.000.000 anuales permitirán el fomento de planes de manejo, que incluyen actividades que están tipificadas dentro de la norma, como el raleo de renovales. Esta última es la entresaca de ejemplares de peores características para producir madera y dejar los mejores para que crezcan hasta que se transformen en árboles maderables y así tengan mejor valor, a la vez que protegen el suelo y el agua.

PLANTACIONES VS. BOSQUES

Según el Instituto Forestal (INFOR), el 2006 había en Chile 2.135.300 hectáreas de plantaciones forestales exóticas, principalmente pino radiata y eucaliptos. Una de las mayores del planeta.
Si bien el bosque nativo siempre ha ocupado mayores extensiones en relación con las plantaciones forestales, éstas últimas son más significativas en términos productividad y ganancias.

Lo anterior se explica por la mayor rentabilidad económica de las especies exóticas, y se debe al gran apoyo estatal que incentivó el desarrollo de las plantaciones privadas, a través de un subsidio equivalente al 75 % del costo y del manejo de las reforestaciones con plantaciones comerciales y en el establecimiento de reglas de juego favorables a los intereses de los grupos económicos más poderosos, tanto nacionales como extranjeros. Otro factor importante ha sido el aumento de la demanda internacional para productos forestales (como la celulosa) lo que avala el enorme crecimiento de las exportaciones de estos productos durante las últimas décadas.

El modelo forestal tiene éxitos claros, “en el sentido de haber aumentado la producción y exportaciones forestales a partir de una superficie que pasó de 300.000 hectáreas en 1963 a más de 2.000.000 en el 2007. Ha sido un negocio muy rentable, principalmente para dos consorcios económicos (grupos Matte y Angelini), pero también para empresas y propietarios. Ha generado una actividad industrial de grandes dimensiones y empleo en diversas zonas que se han vuelto dependientes de esta actividad forestal”, reconoce el investigador del Núcleo Milenio FORECOS.
Según los críticos, el desarrollo forestal alcanzado en Chile suele publicitarse como un modelo exitoso, resultado de la aplicación de políticas neoliberales. Sin embargo, este modelo es reprochado duramente, ya que los análisis han demostrado una pérdida en la calidad de vida de la población de las zonas forestales y una causa importante de degradación del medio ambiente.
Según Antonio Lara los impactos sociales del modelo son muy significativos: “En los ‘90 hubo desplazamientos de poblaciones importantes, despoblamientos en determinadas comunas, una correlación alta entre aquellas donde crecieron más las plantaciones que tenían los índices de pobreza más amplios. Y la mala situación para los trabajadores forestales. En los ‘80 era un desastre absoluto, especialmente en la zona de Concepción: malas condiciones de los campamentos e incumplimiento de las leyes laborales”. Y añade que no ha estudiado el tema social en este momento, pero cree que la disconformidad que hubo en los movimientos de los trabajadores que están bajo el sistema de contratistas, demuestra que hay grados de insatisfacción muy grandes por un conflicto no resuelto.
En contraste con el juicio anterior, el ejecutivo de la CORMA sostiene que el modelo forestal es exitoso, porque “contribuimos con el 3,8 % del PIB. Damos empleo a más de 400.000 personas en forma directa e indirecta. Las exportaciones de este año reportan U$ 4.800.000 de ingresos. El aporte del sector forestal ha sido importantísimo en el ámbito económico y en el ambiental, pues contribuye a detener el proceso de erosión de los suelos y a disminuir el efecto invernadero”.
Flavia Liberona tiene reparos a la posición de la CORMA: “Ellos hablan de cifras macroeconómicas para una industria que está concentrada en 2 conglomerados, pero no hablan de qué está pasando en esos lugares. Si tú miras el Índice de Desarrollo Humano para las comunas forestales de Chile, es para llorar a gritos. Las comunas más pobres son las forestales. Si se hiciera una evaluación de la biodiversidad en estas comunas, veríamos una pérdida incalculable. En esas zonas -VII, VIII y IX regiones- era donde existía la mayor biodiversidad de Chile. Si vemos lo que pasa a nivel de mantención de la tradición cultural de la gente, de tenencia de la tierra, de acceso al agua, encontramos un problema tras otro. Por lo tanto, el modelo no es exitoso. Ahora, si a eso le sumamos las fábricas de celulosa, más bien tenemos un modelo forestal que podría llegar a ser desastroso”.

El doctor Lara asegura que en el plano ambiental “hay un claro impacto sobre la disponibilidad de agua, al transformar los bosques nativos en plantaciones; un impacto sobre la biodiversidad biológica, pues se cambiaron ecosistemas, en el caso de la VII y VIII regiones, con altísimo valor de conservación, con prioridad a nivel global, por plantaciones de pino; y en otros casos hubo tasas de erosión, debido a las cosechas de las plantaciones con ciclos cada 12 ó 20 años, mucho más altas que cuando estaban cubiertas por bosque nativo”.

MIRADA A CORTO PLAZO

Los expertos coinciden en que hay un mejoramiento en el desempeño de las empresas forestales, básicamente por los procesos de certificación que les permiten cumplir con los estándares internacionales.
Pero hay quienes sostienen que aún el empresariado tiene una mirada a corto plazo para maximizar sus ganancias.

“Quien habla de eso está en la más completa ignorancia del sector forestal. Cuando usted planta un pino tiene que esperar 25 años para que se pueda cortar y elaborar madera. Quien puede acusar a un sector que proyecta a 25 años de ser cortoplacista. Lejos de producir daños ambientales, es el sector que más contribuye al mejoramiento del medioambiente. Detiene la erosión, mejora la calidad de las aguas”, expresa Correa, de la CORMA.
Una visión distinta tiene el diputado socialista Alfonso De Urresti, quien recuerda lo vivido en Valdivia, con la planta CELCO, cuya contaminación originó la muerte de cientos de cisnes en el Río Cruces. El parlamentario demandó del Estado un compromiso más enérgico para fiscalizar el sector y, en particular, para controlar el daño al bosque nativo.

Para el Dr. Lara, en términos generales, hoy el desempeño de la industria es mejor que hace 20 años. “Lo que no quiere decir que estemos satisfechos. Hay que mejorar mucho en las áreas sociales, en cuánto se paga en los mercados que son completamente oligopsónicos o monopsónicos (un solo comprador o pocos regulan los precios), ya que eso incide en las posibilidades de desarrollo de los pequeños y medianos propietarios que no se han visto favorecidos por la actividad forestal, en muchos casos porque fijan los precios y les pagan poco por la materia prima”.

La bióloga de Ecosistemas es más radical, pues sostiene que las empresas forestales “tienen una visión cortoplacista no sólo en el mercado de la venta de la celulosa, sino que en lo que están plantando. Todas las especies que plantan son de rotación corta (20 años), eso da cuenta de una mirada cortoplacista. ¿Por qué ellos no han plantado especies nativas?, hay algunas que tienen rápido crecimiento, no tanto como el pino. Pero eso no está en su cabeza”.

En suma, en la actualidad hay empresas que tienen mejor desempeño que otras, pues existen algunas que están lejos de cumplir con los estándares ambientales. La ciudadanía lo tiene claro.

ESTADO ACTUAL DEL BOSQUE NATIVO

Si en algo hay consenso, es en que las condiciones de conservación del bosque nativo son deficientes.
Según el investigador del núcleo Milenio FORECOS, su estado de conservación es malo. “Básicamente por una razón, porque todavía, y principalmente el uso que se les es destructivo. Sea para cambiarlos a otro uso de suelo, como la agricultura o las plantaciones forestales, porque se les usa para proveer madera, por ejemplo para leña, -el 85% del volumen que se corta es para leña. Esto se hace de forma que degrada el bosque y disminuye su potencia a futuro, afectado en forma negativa la biodiversidad biológica”.

Por su parte, el ejecutivo de la CORMA, expresa que el estado de conservación es pésimo. “Porque no existe una legislación que entregue las reglas del juego para la utilización de ese recurso en forma sustentable. El bosque nativo ha sido intervenido en forma desordenada e ilegal. Sin plan de manejo y sin pagar impuestos. Éste se encuentra deteriorado y degradado”.
A juicio de la bióloga, actualmente el deterioro violento del bosque nativo ha disminuido, “pero no hay evaluación, pues el catastro es del año 97. Lo que corresponde hoy es hacer una nueva evaluación de la superficie, que no dará cuenta del estado en que está, pero por lo menos informará de la superficie que hay. Hoy no sabemos que el ejecutivo esté impulsando ningún fondo o proyecto que permita alguna actualización del catastro”.
La especialista observa que el tema de las astillas se detuvo y que algo se ha avanzado, pero que no es para quedar satisfechos. “El bosque chileno hecho astillas, que era la imagen hace 10 años atrás, no existe. Lo de la sustitución de bosque nativo por plantaciones también se ha detenido, lo que no quiere decir no haya reemplazo, pero hoy es mucho más sofisticado, más velado, no es masivo.”

En el mismo sentido, Lara afirma que la sustitución es como una ola que se mueve donde es rentable hacerla. “Empezó en la VIII, VII, IX y X regiones y ahora aparece en la en la V y algunas áreas de la Metropolitana, donde se han cambiado, y se sigue haciendo, superficies importantes de bosque nativo esclerófilo de un alto valor y muy escaso, por viñas y frutales, principalmente paltos. La mejor demostración es cuando viene un visitante o los estudiantes; cuesta mucho llevarlos a ver buenos ejemplos de manejo de bosque nativo. Si uno viaja o vuela en avión, lo que vemos es destrucción y mal manejo”.
El Ciudadano intentó contactar a los principales ejecutivos de CONAF, pero no fue posible contar con su declaración.

Mauricio San Cristóbal

-TRABAJADORES PERJUDICADOS-

Los censos de población prueban que las comunas con mayor superficie cubierta por plantaciones, son las que han expulsado una mayor proporción de campesinos.
En primera instancia los lugareños emigran hacia zonas rurales aledañas, para trasladarse a zonas urbanas.
Este éxodo surge por varias causas: Las forestales adquieren fundos dedicados a actividades agropecuarias. Lo primero que hacían era despedir a casi el 100% de los trabajadores; el cierre de aserraderos, la concentración y modernización de la industria significó la pérdida de incalculables empleos rurales; las firmas forestales ven en los campesinos un peligro de incendio, a través de diversos métodos, los impulsan a emigrar; los impactos ambientales por las plantaciones también han sido causa directa de la expulsión de la población rural. La sustitución del bosque, ha restado a las personas de un conjunto de elementos que formaban parte de su sistema de vida, tales como leña, maderas, frutos comestibles, miel, hongos, follaje, caza, plantas medicinales, entre otros.
Otro motivo que avala la hostilidad popular hacia el modelo forestal, radica en las malas condiciones de vida y trabajo a que se ven sometidos quienes no abandonan el campo. Estas condiciones son el resultado de cambios generados por el golpe militar en las relaciones de poder entre las empresas y los trabajadores.
Por ejemplo, Forestal Mininco S.A. administra el patrimonio forestal de CMPC, constituido principalmente por la Sociedad Forestal Crecex S.A. Esta última tenía sólo el 2,3% del personal permanente que requería en 1997 (unos 2 mil trabajadores) mientras que el resto es contratado temporalmente a través de subcontratistas. Estos compiten entre sí para lograr los contratos y reducen al mínimo sus costos, el principal de los cuales es la mano de obra.
La falta de unidad entre los trabajadores promovida por el sistema de subcontratación, unida a la alta tasa de desempleo, el poder político de las grandes empresas y las restricciones legales a la organización sindical, han tenido como consecuencia la baja de salarios a niveles mínimos.

-IMPACTO EN LA BIODIVERSIDAD-

Unas 50 mil hectáreas de bosques nativos desaparecieron en dos de las principales regiones forestales entre 1978 y 1987 -VII y VIII regiones- y también casi la tercera parte de los bosques de la costa de la VIII Región.
Esto ha tenido un fuerte impacto en lo que respecta a la supervivencia de algunas especies vegetales y animales. Entre ellas 3 especies arbóreas: el ruil (Nothofagus alessandri), el queule (Gomortega keule), y el pitao o canelillo (Pitavia punctata), y una arbustiva: el michay rojo (Berberidopsis coralina), endémicas de las regiones VII y VIII. Las especies animales también han sido desvastadas. Las plantaciones de pino sin manejo en la zona central son descritas por los investigadores Roberto Schlatter y Roberto Murúa: “…de vez en cuando se podían observar hongos y uno que otro matorral. La fauna era muy escasa, los bosques amusicales, sin aves y sin presencia de anfibios. La ausencia de mamíferos era completa”.

De acuerdo con la CONAF, las grandes extensiones de monocultivos forestales han puesto en mayor peligro a distintas especies silvestres, tales como el pudú, la güiña, el zorro chilote, la comadreja trompuda, el huemul, monito del monte y la ranita de Darwin, entre otros.
Otro elemento que resulta perjudicial para la biodiversidad está por el lado del uso del fuego como método de manejo, ya que el incendio puede arrasar con la totalidad de la fauna que hay en el área siniestrada. Hablamos de especies en distintas etapas de desarrollo: huevos, crías, adultos. Además, se les destruyen sus madrigueras y nidos.
El proceso de sustitución, conlleva un empobrecimiento del paisaje en su conjunto: la diversidad natural sustituida por la homogeneización. La diversidad de vida en todas sus manifestaciones, cuyo resultado es un paisaje de características únicas, es transformada en la monotonía del paisaje ordinario.

-RECURSOS HIDRICOS-

El tipo de desarrollo forestal implementado en Chile hace que se esté llegando, a grados extremos de peligrosidad en términos de escasez de recursos hídricos en el plano local. Las plantaciones industriales (y los procesos asociados), afectan el agua de dos formas: generan modificaciones en el ciclo hidrológico y provocan contaminación.
Existen numerosas pruebas de que las plantaciones de pino provocan cambios de importancia en el régimen hídrico de las cuencas.
De acuerdo a estudios realizados por el académico de la Universidad Austral, Anton Huber, un árbol adulto de pino insigne libera a la atmósfera un 60% más de agua que un árbol adulto nativo.
Huber concluye en su estudio que las plantaciones de pino en paños extensos y continuos han producido gran desecamiento de los cursos de agua. Las vertientes más pequeñas desparecen y disminuye –por consiguiente- el caudal de esteros y su abastecimiento de agua para poblaciones rurales.
En algunas áreas existen ejemplos de vertientes que se secan luego de haberse implantado las grandes plantaciones y que reaparecen al ser cortadas. En otras zonas los pozos se secan durante los meses de verano y los campesinos se ven privados de agua para su consumo y el de sus animales.

Mauricio San Cristóbal

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Comisión del Senado firma informe sobre proyecto de ley del Bosque Nativo

El texto va a la Sala del Senado el martes y podría ser aprobado ese mismo día. De ser así, a fin de mes pasaría a tercer trámite legislativo a la Cámara de Diputados. No obstante, el senador Alejandro Navarro y dirigentes de Conaf no están de acuerdo con algunos puntos del proyecto.

Las comisiones unidas de Agricultura y Medio Ambiente firmaron el informe que aprueba el proyecto de ley de Bosque Nativo, luego de 15 años de tramitación en el Congreso.

La ceremonia se llevó a cabo en el Anfiteatro Quebrada de San Ramón, en La Reina, y contó con la participación de la subsecretaria de Agricultura, María Cecilia Leiva, el presidente de la instancia, Juan Antonio Coloma (UDI), y la directora ejecutiva de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), Catalina Bau, entre otras autoridades.

Tras el largo proceso, se logró acuerdo entre las partes a través de la Mesa Forestal implementada por la Subsecretaría de Agricultura.

Uno de los puntos a destacar es un sistema con dos concursos para la entrega de los incentivos económicos, estando uno de ellos dirigido a los pequeños empresarios y otro a los medianos y grandes. El monto total para estas bonificaciones será de US $ 8 millones anuales.

Por otra parte, la normativa considera la constitución del Consejo Consultivo del Bosque Nativo, presidido por el Ministro de Agricultura y con la participación de representantes de diversos sectores. Su objetivo será referirse a todo lo relativo a la aplicación de la ley y proyectos de investigación y, paralelamente, propondrá criterios de priorización para la asignación de las bonificaciones.

El gran ausente al acto fue el senador Alejandro Navarro (PS), presidente de la comisión de Medio Ambiente, quien no está conforme con la ley ya que la considera demasiado enfocada a la línea “forestal” más que a la medioambiental. De hecho, anunció que presentará algunas indicaciones.

En la misma línea de Navarrro, se manifiestan organizaciones sindicales de Conaf, que critican duramente que la nueva ley no lleva consigo una innovación del quehacer de la Corporación, ni menciona los recursos operacionales para garantizar un manejo sustentable de los ecosistemas forestales del país, entre otros puntos.

El texto será votado este martes en la Sala del Senado y podría ser aprobado ese mismo día. De ser así, a fin de mes pasaría a tercer trámite legislativo a la Cámara de Diputado

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