Los arrecifes de coral de aguas frías –parecidos a los de las zonas tropicales pero se encuentran a mayor profundidad– crecen hacia las corrientes y se distribuyen en el espacio para maximizar la disponibilidad de recursos y obtener más partículas de materia orgánica para alimentarse.
Así lo ha comprobado por primera vez un estudio internacional en el que han participado el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), la Universidad de Barcelona (UB) y el National Oceanographic Center (NOC) de Reino Unido, entre otros centros de investigación.
El hallazgo, que publica la revista ‘Scientific Reports’, supone un gran avance biológico ya que hasta ahora se sabía muy poco sobre los procesos que inducen a la formación de las complejas estructuras tridimensionales que caracterizan los arrecifes, considerados puntos calientes de biodiversidad en los ambientes profundos.
Para hacer el trabajo, los científicos diseñaron un complejo experimento colocando un arrecife artificial con corales vivos en un tanque y exponiéndolo durante meses a corrientes unidireccionales, recreando así las características físicas en las que estos arrecifes se encuentran en ambientes de mar profundo.
Así, comprobaron la hipótesis de que los corales crecen hacía la corriente dominante y vieron que las colonias que se hallaban en la parte frontal del arrecife, y estaban por tanto más expuestas a las corrientes, crecían mucho más y presentaban un menor grado de estrés.
Además, observaron un mayor crecimiento en las colonias localizadas a cierta distancia de la parte frontal del arrecife, donde la velocidad y dirección de las corrientes de fondo se restablecen y permiten el desarrollo de otros arrecifes.
Corales capaces de auto-organizarse
Según los biólogos marinos que han elaborado el estudio, estos patrones refuerzan la idea de que los corales son capaces de auto-organizarse en el espacio para aprovechar mejor los recursos disponibles.
«Nuestros resultados muestran que la presencia de un arrecife provoca una desviación de las corrientes de fondo por encima del mismo, creando una zona de sombra en la parte posterior en la que disminuye el intercambio de oxígeno e iones implicados en la calcificación de los corales, y por donde la gran parte del alimento que se encuentra en suspensión no llega a pasar», ha detallado el investigador principal del estudio, Guillem Corbera.
Según los investigadores, el conocimiento sobre los arrecifes de coral de aguas frías es importante debido a su singularidad y papel clave en el océano, donde actúan como arquitectos de los ecosistemas profundos y ejercen de refugio para numerosas especies.
Además, el análisis de su composición química permite conocer el clima del pasado, ya que esta depende principalmente de oscilaciones climáticas asociadas a las edades de hielo, los cambios en la productividad de la superficie del mar y las variaciones del nivel del mar.
Fuente EFEverde
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