Los sueños de un hombre pueden hacer florecer el desierto

Aventura en la montaña Hugo Streeter Cortez, nació en Caldera el 17 de enero de 1947; trabajó en diversos oficios, pero su pasión era el mar

Los sueños de un hombre pueden hacer florecer el desierto

Autor: Wari

Aventura en la montaña

Hugo Streeter Cortez, nació en Caldera el 17 de enero de 1947; trabajó en diversos oficios, pero su pasión era el mar. Decidió buscar otros derroteros y se fue a Chañaral con su familia. De esa mochila cargada de proyectos que siempre llevó a cuestas y de su Biblia, encaminó sus pasos a la montaña en busca de la tierra prometida.

Falda Verde estaba en sus sueños, siempre cargada de neblina, donde los cactus y la flor de la alcaparra ponían una nota de belleza y alegría en primavera. Pensaba que esas montañas y quebradas podían convertirse en un oasis y producir agua suficiente para su pueblo. Era el año 1997, cuando entusiasmado planificó todo, hacer terrazas, plantar árboles en la parte más alta, olivos, frutales y hortalizas. Poner atrapa-nieblas, almacenar el agua en un estanque y desde ahí bajarla por tuberías. De esa forma abastecería a parte de la población y desde luego al continuar con el proyecto tendrían mayor cantidad de agua.

Streeter creía que el señor gobernador, doctor Samuel Kong, podría interesarse en su proyecto y no sucedió nada, sin embargo la señora alcaldesa Myriam Vecchiola le dio una mano y a través de Servicio País logró ser escuchado. No cejó en su empeño y, en 1998, forma una agrupación para trabajar en función del proyecto, siendo el presidente el ingeniero Rubén Olguín; secretario José Aedo; tesorero Hugo Streeter; asesorados por Servicio País. Entusiasmados con el trabajo que prometía dar frutos, recurrieron a la asesoría del doctor antropólogo Horacio Larraín Barros, que trabajaba en Matilla al interior de Iquique. Este profesional ofreció toda su experiencia y colaboración; visita el enclave y observa el trabajo iniciado y ya en 1999 emite un informe con los primeros resultados.

Habían puesto las mallas atrapa-nieblas a más de 600 metros sobre el nivel del mar, se producía más de un litro de agua diario. Se estaba construyendo el primer huerto familiar, se contaba con una casa de madera que servía de oficina, y se construían otras habitaciones para bodega.

Hugo Streeter y el ingeniero Olguín estaban felices, poco a poco crecían las hortalizas, y brotaba mucha agua, los árboles cada día más hermosos y ya contaban con el apoyo del ingeniero japonés Takashi Shijara que venía de Diego de Almagro a visitarlos cada 15 días.

El año 2002, Streeter se aventura a pasar el cuarto invierno en la montaña; iluminaba la casa con una lámpara; pronto tendría luz eléctrica producida por placas solares; construirían cabañas para los visitantes; lentamente irían agregando otros atrapa-nieblas y los recursos eran escasos. Como la fe mueve montañas y estos hombres pedían con fe, fueron escuchados y se sumaron esfuerzos. Ya la agrupación contaba con 22 socios.

Los chañaralinos creían en sus congéneres y quedó demostrado el 18 de junio al iniciarse la segunda etapa del proyecto. Ese día hubo fiesta al pie de la Falda Verde. Llegaron caravanas de vehículos; la diplomática australiana Jo Lumb junto a la gobernadora Clara Ossandón; otros vecinos subieron a pie para estar presentes en una ceremonia histórica. El presidente Raúl Olguín hizo uso de la palabra, destacando al impulsor de este proyecto, Hugo Streeter, y las dificultades que presentaba la topografía del lugar. La señora gobernadora expresó la importancia de este proyecto para Chañaral y lo que significaría a futuro. El acto fue amenizado por las interpretaciones folklóricas de un grupo de la Universidad Católica de Santiago.

Hugo Streeter cumplió su sueño con la ayuda de otros valientes que creyeron en él; un día comprobó que su audacia, su entusiasmo y fe, sumadas a su paciencia mostraban con creces que se podía mantener ese oasis en la falda del cerro. El agua obtenida de los atrapa-nieblas alcanzaba para sustentar las necesidades de una población. Los estudios comprobaron que cuatro atrapa-nieblas podían mantener una casa y, con ocho, esa familia podía solventar sus necesidades durante 10 años.

Este es uno de los proyectos estrella, pero don Hugo, con la humildad que lo caracteriza, dice que es de todos los chañaralinos. Durante estos años fue invitado a Iquique por la Universidad y la caleta Chanabaya a conversar sobre este proyecto; posteriormente, ha recibido apoyo de la Unesco, de Angloamerican y figuran como pioneros en la revista Fogquest News de Canadá.

El año 2003, llegó la televisión nacional a realizar un reportaje a la Provincia de Chañaral, a cargo del periodista Alipio Vera, a la Falda de Cerro Verde. Enfocaron los atrapa-nieblas de la cumbre, las tuberías que bajan por las gradientes, las hortalizas, las flores silvestres y las casas. Sin duda, todos los que vieron el reportaje quedaron maravillados de tanto esfuerzo, sin embargo, cuando se conocen los problemas de agua que existen en la Región de Atacama, ya debieran estar creándose varios proyectos de esta naturaleza o haciendo estudios para obtener agua a futuro.

Sin duda, este es un trabajo digno de imitar ante el incierto futuro que espera a las regiones del norte por los cambios climáticos y la escasez del vital elemento que nos espera.

Web del Proyecto Falda Verde: atrapanieblasatacama.jimdo.com

30 de julio de 2012

Por Nélida Baros Fritis

Profesora de Educación General Básica, con mención en Artes Plásticas y Ciencias Naturales

Orientadora Educacional, miembro de la Sociedad de Escritores de Chile y de la Sociedad de Escritores de Atacama. Fundadora del Movimiento Literario Femenino Siglo XXI, del Taller Literario Semilla de la Escuela Rudesindo Peña y de la Sociedad Patrimonial Pedro León Gallo Goyenechea. Presidenta de la Sociedad de Escritores de Atacama (1996-1998) y del Círculo de Amigos de la Biblioteca (2006-2007). Consejera Regional de Cultura en Atacama (2004- 2008).

Fuente: www.atacamaviva.cl

Mini documental: Atrapanieblas en el desierto de Atacama – Atlas Vivo de Chile

¡Oh gente!

Se depredan los mares

Se agotan las minas

Mas no así la neblina.

Neblina de la costa

Neblina nortina

Que ha pernoctado

por siglos y milenios

en las cimas.

¡Oh, despertad!

Hombres y mujeres de bien

Para salir de la rutina

Ahora, ahora que nuestra comunidad

Está tranquila

¡Neblina, neblina!

¡Bendición divina!

Autor del poema: Hugo Streeter Cortez

Fotografías: Cristian Sotomayor Demuth/ news.maderonoticias.cl

El Ciudadano Nº135, primera quincena noviembre 2012


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano