Los tiempos que corren y la importancia de preservar el agua potable

Aunque el H2O ha sido y será el indispensable para la vida, la pandemia que actualmente afecta a la humanidad se hace cada vez más visible la necesidad de proteger las reservas de agua dulce del planeta

Los tiempos que corren y la importancia de preservar el agua potable

Autor: Sofia Belandria

En estos tiempos de coronavirus, cuando se extreman las medidas higiénicas y el lavado de las manos es fundamental, aumenta el consumo del agua potable, uno de los bienes más preciados para el hombre y sin el cual es imposible la vida en el planeta. El llamamiento a preservar ese bien común se hace perentorio el Día Mundial del Agua.

La web de la Organización de Naciones Unidas nos recuerda que los que contamos con la opción de abrir el grifo y dejar fluir el agua somos unos afortunados pues desgraciadamente, «casi tres mil millones de personas en el mundo no tienen cómo lavarse las manos contra el coronavirus».

El tema de la escasez de agua es uno de los más acuciantes de la actualidad, pues, aunque el agua cubre aproximadamente el 70% de la superficie de la Tierra, solo el 0,025% de la misma es potable. «Sólo el 2,5% del agua que existe en la Tierra es agua dulce. De esa cantidad, el 0,5% se encuentra en depósitos subterráneos y el 0,01% en ríos y lagos», señalan desde la Fundación Aquae.

«Los recursos hídricos mundiales se enfrentan a una amenaza sin precedentes. En la actualidad, unos 2.200 millones de personas no tienen acceso al agua potable y 4.200 millones viven sin saneamiento adecuado. Se prevé que los efectos del cambio climático incrementarán esas cifras, a menos que actuemos con urgencia», destacó el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en un mensaje difundido en la web de la ONU con motivo de la fecha.

Guterres recordó que este año, el Día Mundial del Agua se centra en el agua y el cambio climático y acotó que es un enfoque oportuno «dado que 2020 es un año decisivo para la acción climática».

«El agua es el principal medio en el que percibimos los efectos de la perturbación del clima, desde los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías e inundaciones, hasta el derretimiento de los glaciares, la intrusión de agua salina y el aumento del nivel del mar», agregó el secretario general de la ONU.

La ONU recuerda que una de cada tres personas no dispone de agua potable en su casa y considera que «un sistema de saneamiento y un suministro de agua adaptados al cambio climático podrían salvar la vida de más de 360.000 bebés cada año».

Cuba se seca

Cuba es una de las naciones con una condición desfavorable en cuanto al abasto de agua en las grandes ciudades, situación que se ha complicado en los últimos meses a causa de la intensa sequía que afecta a la nación caribeña.

«En los embalses del país se almacenan 5500,01 hm3 de agua [60% de la capacidad total], con una porción utilizable de 4829,28 hm3 [57% de la capacidad útil], destaca el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) de la isla en su informe de mazo.

Actualmente la presa Zaza, el mayor embalse del país, ubicado en la provincia de Sancti Spíritus (centro) acumula el 20% de su capacidad.

Según el INRH, «existen 91 embalses con menos del 50% de llenado útil y, de ellos, 38 por debajo del 25%, dentro de los cuales se encuentran diez secos».

La situación más compleja se vive en la capital del país, pues en muchos barrios habaneros el líquido llega cada tercer día debido a la sequía, así como por averías producidas en algunas conductoras que distribuyen el líquido. «Las cifras así lo confirman. El número de afectados, en mayor o menor magnitud, ya supera las 350 mil personas, de las cuales más de 20 mil son abastecidas con carros cisternas», destaca el periódico local Tribuna.

En otras regiones del archipiélago las penurias son mayores, pues en el oriente, donde las lluvias son más escasas, pueden pasar semanas sin recibir el vital líquido, algo que ocurre en momentos en que las autoridades llaman a extremar la higiene ante el avance del coronavirus en el mundo.

África sin agua

El continente africano es el más afectado por el cambio climático que ha recrudecido los largos y continuos episodios de sequía. Los problemas del agua en África son un obstáculo real que sufren sus habitantes, pues históricamente ha padecido escasas lluvias durante el año, sumado a la evaporación de enormes cantidades de agua en los ríos y lagos.

Teniendo en cuenta la situación de desventaja por la falta de infraestructuras en estas regiones y que las fuentes de agua existentes se encuentran altamente contaminadas, las consecuencias de las sequías son especialmente graves en el continente africano.

En Oriente Próximo y África del Norte, el agua dulce disponible se ha reducido dos tercios en los últimos 40 años. Ciudades y pueblos de países como Ghana, Mozambique, Zimbabue y Costa de Marfil se han visto afectadas por la escasez de agua como consecuencia del crecimiento de la población, la urbanización y la inversión insuficiente en represas y otras infraestructuras.

Otro tanto ocurre en naciones europeas como España donde organizaciones ambientales estatales hicieron un llamado de atención sobre el modelo de gestión del agua y solicitaron al Gobierno medidas de acción inmediatas que muestren el compromiso del Ejecutivo por una verdadera transición ecológica en la planificación y gestión del agua.

El diario Arainfo cita a las ONG y destaca que «cerca de la mitad de las aguas superficiales y subterráneas están en mal estado ecológico. De hecho, siguen ausentes los caudales ecológicos, elemento fundamental para asegurar la conservación de los ecosistemas acuáticos. Además, los problemas del agua y los ecosistemas acuáticos se ven cada día más agravados por los efectos de la crisis climática, estando el Estado español a la cabeza de los territorios más vulnerables de Europa».

En su llamado el secretario general de la ONU destacó que «el calentamiento global y el uso insostenible crearán una competencia sin precedentes por los recursos hídricos, lo que provocará el desplazamiento de millones de personas».

«La solución es clara. Debemos aumentar con urgencia las inversiones en cuencas hidrográficas e infraestructuras hídricas sanas y mejorar drásticamente la eficiencia en el uso del agua. Debemos prever los riesgos climáticos en todos los niveles de la gestión del agua y responder a ellos de manera acorde», apuntó Guterres.

Varios especialistas vaticinaron hace años que las próximas guerras serán por agua, pues sin agua no hay alimentos ni industrias y por tanto no habrá vida.

Cortesía de Duber Luis Piñeiro Sputnik

Te podría interesar


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano