El maquillaje de labios es una forma esencial de sacar partido a un rostro, sinónimo de una belleza atemporal, no importa el tamaño de los labios; lo realmente fundamental es siempre que esté en consonancia y equilibrio con el resto de la cara. Muchas de las consignas de los más famosos maquilladores se caen por su propio peso, porque no hay dos rasgos iguales, y no se pueden trasladar determinados consejos, ni hablar de manera generalizada de como se debe maquillar unas determinadas facciones sin tenerlas delante.
Siempre me han gustado los lápices para los labios, a pesar de que pocas marcas en el mercado los tienen, y se hayan decantado en favor de las barras. Lápices para colorear, no para delinear. Son precisos, prácticos, duran mucho tiempo, y aportan bastante tono; además de fijarse mucho mejor.
La marca francesa Avril de cosmética y maquillaje, tiene una línea específica con estos instrumentos de trabajo geniales para aportar frescura y levantar el rostro en un momento. Certificados como BIO, dan un poco de brillo a los labios, nutrición e hidratación que se mantiene durante toda la jornada, gracias al aceite de Jojoba bio y a la manteca de Karité bio. Con un 100% de ingredientes de origen natural, y un 42,24% de ingredientes procedentes de la agricultura ecológica son la mejor opción para mantener una boca preciosa y sana, teniendo en cuenta la cantidad de ingredientes tóxicos que abundan en el resto de los labiales tradicionales.
Lo mejor es que cuestan poco dinero, y así puedes optar a tener toda una gama de colores para las diferentes ocasiones o momentos del día. Aunque lo más importante es que no llevan más envoltorio que el propio lápiz de madera, por lo que no se generan más residuos indestructibles e ilógicos, como viene sucediendo con las famosas barras de labios. Todo se utiliza, y lo que sobra de sacarle punta es totalmente biodegradable, excepto el capuchón o tapa de plástico para que la punta no se degrade. ¿Te apuntas a esta tendencia?