Los estudiantes de Derecho de la Universidad Autónoma en Talca decidieron aportar a la retirada de la agresiva práctica del «mechoneo» tradicional, para dar paso a otra que -aún no siendo tan masiva en nuestro país- contribuye enormemente al retroceso de la contaminación del medio ambiente.
«Llamamos a los estudiantes a crear conciencia sobre el cambio climático. Por eso intentamos recolectar residuos reciclables, para después llevarlos a un ‘punto limpio’ para hacer ladrillos ecológicos», relató Carlos Rivera, miembro del Centro de Alumnos de Derecho de esa casa de estudios.
Los ladrillos ecológicos son botellas de plástico que se rellenan de forma compacta con residuos no orgánicos, los cuales son utilizados posteriormente en distintos tipos de construcciones.
«Isla» de desechos plásticos
En enero de este año se dio a conocer un estudio sobre un impresionante vertedero de desechos plásticos que se arremolina en el Océano Pacífico. La investigación arrojó que, en total, 1.8 billones de piezas -que pesan 80.000 toneladas métricas- flotan en un área conocida como el Gran Parche de Basura del Pacífico (entre Hawai y California).
Según el estudio de The Ocean Cleanup Foundation, seis universidades y una compañía de sensores aéreos -publicado en la revista Scientific Reports-, se trata de una verdadera “isla” que mide 1,6 millones de kilómetros cuadrados, cuya superficie equivale a la sumatoria de las de España, Francia y Alemania juntas.
Según el estudio, el 92% de la masa está representada por objetos más grandes; mientras que solo el 8% de ella está contenida en microplásticos, definidos como piezas de tamaño inferior a 5 milímetros.