A pesar de que las sequías son parte de la historia climática de nuestro país, en la última década nos enfrentamos a un fenómeno diferente. Los académicos del (CR)2 han calificado este nuevo escenario como «megasequía» puesto que el déficit hídrico se ha prolongado entre el 2010 y el 2015 y se ha extendido territorialmente, no sólo al norte chico y el centro del país, sino que también a la zona sur de Chile.
“El fenómeno actual se llama megasequía en cuanto a que realmente tiene un carácter especial, no solamente porque ha sido muy extensa y muy prolongada, sino que también se ha dado en un contexto de altas temperaturas”, señaló el investigador René Garreaud en el marco de la presentación del Informe a la Nación “La megasequía 2010-2015: una lección para el futuro”que se realizó este viernes 6 de noviembre presentaron en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
Ante diversas autoridades -entre ellas el Rector Vivaldi, el subsecretario (S) del Medio Ambiente Jorge Cash, el delegado presidencial para los recursos hídricos Renaldo Ruiz, el director general de Aguas del Ministerio de Obras Públicas Carlos Estévez y representantes de la Dirección Meteorológica de Chile- , académicos y estudiantes, el profesor Garreud expuso los principales lineamientos de este documento que el CR2 entrega luego de tres años de su entrada en funcionamiento. En él se explica que el cambio climático es responsable de al menos un 25% de la megasequía.
Como describió Laura Gallardo, directora del CR2, este informe está marcado por el carácter interdisciplinario de la investigación que realiza el Centro, dada “la necesidad de tener todas las visiones y perspectivas científicas para poder entender un problema tan complejo como el cambio climático y que, entre otros componentes, afectan la disponibilidad de recursos hídricos y con ello la vida diaria de cada uno de nosotros, no sólo hoy día, sino que probablemente lo que vamos a seguir viviendo”.
Para el Rector Vivaldi, la entrega de esta investigación “es un ejemplo inmejorable de la responsabilidad que la Universidad siempre ha sentido para con el país y sus problemas, y de la capacidad de hacer converger la excelencia académica con las políticas de Estado, que es lo definitorio de lo que es nuestra Universidad”. Destacó además el carácter interdisciplinario con el que el CR2 ha abordado este tema “que no se agota solo con el aspecto más técnico, sino que abarca a toda la sociedad”.
Como destacó Reinaldo Ruiz, delegado presidencial para los recursos hídricos, este trabajo “es un tremendo aporte para nosotros y para el país. Tenemos que empezar a pensar de una manera diferente nuestra relación con los recursos hídricos, con este factor que para nosotros es esencial, tanto para la vida como para el desarrollo y el crecimiento, ya que casi todo lo que hacemos depende del agua en términos productivos”.
Es por eso que, señaló, “este informe debe ser masivamente distribuido, y sobre todo para personas que van a tener que vivir con mucha más intensidad este fenómeno en lo que se presenta hacia el futuro”. Es por eso que, explicó, “este informe debería ser distribuido y conversado en todas las escuelas”.
Opinión similar tuvo el decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Patricio Aceituno, quien destacó que este documento “tiene como principal valor, más allá de su componente científico, ser un tremendo llamado de atención. Tenemos todavía medidas ineficientes del uso del recurso hídrico porque no hay una perspectiva ciudadana respecto del impacto que puede tener un evento como éste si se prolonga en el tiempo”.
Finalmente, Carlos Estévez, director general de Aguas del Ministerio de Obras Públicas, explicó que la acción del Estado «a mediano plazo no puede enfocarse sólo en la infraestructura, en la construcción de embalses y megaembalses que finalmente se mantendrán vacíos a causa del déficit de precipitaciones que se observa en las proyecciones climáticas. Es necesario también avanzar en acciones que aborden la adaptación al cambio climático».