Este jueves comienzan en la comuna de Chonchi, en Chiloé, las labores para adrizar (enderezar) el wellboat salmonero Seinkogen, sumergido en la localidad de Pilpilehue el 18 de octubre de 2017 con 214 toneladas de salmones y 67 mil litros de petróleo. Luego de ello se reflotará la embarcación, proceso que podría durar una semana. Una tarea a cargo de CPT Empresas Marítimas, dueña de la nave, y que implica un evidente y preocupante riesgo medioambiental debido, entre otras razones, a que el barco todavía contiene un estanque con salmones muertos en su interior.
Estefanía González, coordinadora de la campaña Océanos de Greenpeace, explica que “lo que estas maniobras permitirán sacar a la luz una vez más, es en realidad el estado de emergencia y permanente peligro en que la Región de Los Lagos se encuentra por culpa de la industria salmonera. Mientras buscan 900.000 salmones tóxicos que se escaparon, también deben sacar un barco hundido. Es impresentable”.
En ese sentido, la vocera de la ONG añade que “prueba de ello es que mientras se realizan las labores para reflotar una embarcación con salmones muertos, miles de estos peces tóxicos para la salud de la población andan libres en el mar luego del reciente escape de 900.000 de ellos de un centro de cultivo de Marine Harvest en la misma región».
Cabe recordar que han sido las mismas autoridades quienes han alertado que, producto de los antibióticos inyectados a los salmones fugados, estos peces no están en condiciones de ser consumidos por la población.
Fuente: Comunicaciones Greenpeace