Los pescadores artesanales de Mejillones se disponían a iniciar sus labores durante la madrugada del 26 de septiembre de 2017, cuando tras adentrarse a mar abierto se percataron de la presencia de un olor fuerte, no común y ácido.
En efecto, en las cercanías del Muelle Michilla se había producido un derrame de miles de litros de ácido sulfúrico, tras la rotura de un tubo en una embarcación en el terminal de ácido de caleta Michilla, propiedad de Antofagasta Minerals S.A. (Grupo Luksic).
Con la experiencia que los caracteriza, y observando al mar y las molestias que se sentían a nivel ocular y nasal, pescadores y buzos de la zona se dieron cuenta de inmediato que la situación era grave, ya que lo más probable es que el derrame haya ocurrido durante el día y toda la noche anterior a ese martes.
«El 26 de septiembre se nos acerca un pescador a nuestra agrupación para informarnos que se había producido un derrame de ácido en las cercanías del muelle de Michilla, donde se descarga este producto hace bastante tiempo. Ellos nos alertaron y nos hicimos presentes de inmediato para saber qué es lo que estaba sucediendo in situ», cuenta Manuel Carvajal, de la organización EcoMejillones.
Agrega que se acercaron representantes del departamento de Relaciones Públicas de la empresa minera responsable de la embarcación siniestrada, quienes les dijeron que fue un derrame de NO MÁS DE UN MINUTO, y que lograron detener el evento.
«Nos dimos cuenta que nos estaban mintiendo», agrega Manuel, quien asegura que esta situación es grave.
Denuncia en fiscalía
Al tanto de la situación, el presidente de Mejiambiente, Diego Quedaza, detalló que con fecha 03 de octubre, presentaron una denuncia formal en la Fiscalía de Mejillones, esto «con el fin de obtener los antecedentes técnicos del derrame». Complementa que lo que esperan es que se escuche con seriedad la denuncia hecha por pescadores y agrupaciones ambientales, para así tomar cartas en el asunto sin bajarle el perfil al hecho.
En efecto, tanto Carvajal como Quezada aseguran que aún no se presenta ningún funcionario público de las carteras regionales de Salud y/o Medioambiente, entidades gubernamentales que aún no se pronuncian sobre el tema. Mientras, el alcalde de la ciudad, Sergio Vega, le ha bajado el perfil a la situación, afirmando que el accidente ambiental fue controlado casi de manera inmediata por parte de la empresa minera.
Cabe destacar que tras el derrame, buzos mariscadores y pescadores de caleta Michilla, decidieron bloquear los accesos al puerto, señalando incluso que el derrame no fue controlado la noche del 25 de septiembre. Así lo indicó, Octavio González, vocero de los pescadores artesanales.
«No es primera vez que ocurre este tipo de derrames. Han ocurrido en varias ocasiones, tanto de concentrado de cobre como de ácido, y no han salido a la luz. Acá hay muchas falencias y un daño muy grave al medioambiente», advirtió lleno de frustración.
Aspectos químicos
El ácido sulfúrico se ocupa en minería para llevar a cabo el proceso de lixiviación, proceso hidrometalúrgico que permite obtener el cobre de los minerales oxidados que lo contienen, aplicando una disolución de ácido sulfúrico y agua. Este proceso se basa en que los minerales oxidados son sensibles al ataque de soluciones ácidas.
«Es una sustancia química corrosiva, que produce vapores altamente tóxicos para el ambiente y la salud de las personas. De hecho, produce quemaduras graves, además de irritar vías respiratorias, oculares y mucosas», explica Victoria Caroca, Química y Coordinadora del Equipo Científico de Fundación Relaves.
Y agrega que «el contacto con el mar es grave, ya que el ácido sulfúrico destruye toda materia orgánica».
Se entiende entonces, la preocupación de pescadores, buzos y mariscadores de Caleta Michilla, quienes entienden que el derrame se habría producido por más de 24 horas, y que esperan que esta vez la autoridades municipales y regionales no le bajen el perfil a este grave accidente ambiental generado, nuevamente, por la minería.