El 15 de diciembre, simultáneamente a su participación en Copenhague, el gobierno de Bachelet publicó en el Diario Oficial el anteproyecto de norma para termoeléctricas, tendiente a reducir emisiones contaminantes de las generadoras que usan combustibles. El Movimiento en Defensa del Medio Ambiente (Modema) de La Higuera, solicita al Ejecutivo y a los parlamentarios urgencia para promulgar la norma antes del fin del actual gobierno.
Este anteproyecto constituye un gran logro, que saca a Chile del atraso normativo que arrastra por 10 años y que recién en el 2006 cuando un comité publico integrado por Minagri,Minvu, Minsal, CNE y Conama inició la elaboración de la norma, con participación de un comité ampliado que incluyo a AES-Gener, Guacolda, Endesa, Edelnor, Electroandina, Arauco, Colbún, CMPC, Alstom, Gas-Atacama, CGE, Copec y Campanario, entre otras. Todo este proceso contradice la “sorpresa” declarada por el Ministro de Energía en los medios (jefe de la CNE) y algunas generadoras al publicarse la norma.
El principal objetivo de la norma es reducir el material particulado fino 2,5, el mercurio y cumplir con las recomendaciones que hizo en 2007 la OECD, además de responder a los “Lineamientos” de la Política Energética publicados por CNE en 2008.
Hoy el 99% del Sistema Interconectado Norte Grande (SING) y 47% del Sistema Interconectado Central (SIC) corresponde a termoeléctricas a carbón, gas natural y diesel, y el Plan de Obras 2009, de CNE, muestra más de 2.200 nuevos megawatts en base a carbón ingresando antes del 2012, con un significativo aumento de emisiones contaminantes.
La nueva norma reducirá cada año 14 mil toneladas de material particulado, 53 mil toneladas de óxidos de nitrógeno y 118 mil toneladas de dióxido de azufre, además de metales pesados como mercurio, vanadio y níquel. Al 2014, se evitarán cada año: 328 muertes, 15.000 admisiones hospitalarias, significando un ahorro de entre 268 y 538 millones de dólares al año; y logros semejantes a partir de 2020.
Es fundamental desmitificar los augurios sobre las alzas inmediatas en las tarifas eléctricas y perdidas de competitividad, que según algunas empresas y consultoras eléctricas, traería la norma. Primero, porque los costos marginales en los escenarios con la nueva norma aumentan sólo entre 1 y 1,7 dólares por megawatt/hora entre 2014 y 2020 en el SIC (con respecto al escenario base); y no alcanza a sobrepasar los 0,6 dólares por megawatt/hora en el SING; aumentos modestos que deberán asumir los grandes clientes libres. Pero que no podrían cargarse a los clientes regulados y residenciales sino hasta el año 2020, cuando se realicen los nuevos procesos de licitación por las distribuidoras.
Así las cosas, el derecho a la salud, la transparencia de costos en las opciones energéticas, y el desempeño ambiental de Chile en el contexto de la OECD, urgen promulgar la norma antes del fin del actual gobierno.
Movimiento en Defensa del Medio Ambiente de la Higuera (Modema)
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