“Pensé que iba a morir, no sabía qué era”, fue lo primero que se le vino a la mente a Adrián Simancas Jaimes, el joven venezolano que fue tragado y posteriormente liberado por una ballena jorobada en Magallanes.
El episodio que parece sacado de un libro o pelócula de ficción ocurrió el pasadp sábado 8 de febrero, cerca de las 15:00 horas, cuando el analista, programador y músico de 24 años, se encontraba en compañía de su padre, Dell Simancas (49), realizando una travesía híbrida de trekking y packraft en la zona sur de Punta Arenas.
Ambos son oriundos del estado de Amazonas, una localidad al sur de Venezuela, fronteriza con Colombia y Brasil, y que se caracterizas por sus espesas selvas, por lo que padre e hijo se habían acostumbrado a realizar deportes al aire libre, como escalar en cerros, nadar en ríos y andar en bicicleta.
Dell Simancas médico anestesista, residenciado por más de 7 años junto a su familia en Punta Arenas, el mismo perípdo que lleva practicando piragüismo, mientras que el mayor de sus hijos, Adrián, lo hace desde 2024.
Sin embargo, estas prácticas no se comparan con el episodio que les tocó vivir en medio de las aguas del Estrecho de Magallanes.
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«Pensé que iba a morir, no sabía qué era»
Tras sobrevivir a este increíble suceso, Adrián relató que lo que comenzó el pasado sábado como una jornada tranquila, posteriormente se convirtió en una pesadilla.
Mientras el joven remaba, su padre lo grababa sin imaginar que segundos después, la escena daría un giro inesperado. Una gigantesca ballena jorobada emergió repentinamente y en un movimiento abrupto, succionó al joven en su boca para luego expulsarlo de inmediato hacia la superficie.
En principio, Adrián sintió duro golpe en su espalda, que lo tumbó de su kayak inflable y a continuación fue engullido, por lo que de un momento a otro estaba dentro de una cavidad babosa, escuchaba ruidos extraños, sentía una fuerte succión sin saber a cincia cierta dónde se encontraba. De hecho, no logró descifrar qué había sucedido hasta que fue expulsado violentamente.
«Alcancé a ver colores entre azul oscuro y blanco, algo que me encierra y me hunde. En ese momento pensé que ya no podía hacer nada», relató el joven venezolano a CNN Chile, mientras sigue procesando lo ocurrido.
“Pensé que iba a morir, no sabía qué era (…) Lo único que podía pensar era que no podía hacer nada más, que mi vida estaba en manos de algo que no entendía”, afirmó, al recordar el pánico que apoderó de él mientras sentía cómo algo lo envolvía y lo hundía en las frías aguas del Estrecho de Magallanes.
De vuelta a la superficie, se dio cuenta que había estado al interior del cetáceo y de la experiencia que hbía vivido, la cual fue registrada por su propio padre y se hizo viral en redes sociales.
“Fue una sorpresa cuando se acercó a mí. Yo, en un principio, pensé que me había tragado por completo, aunque no sabía realmente qué era, y después, cuando llegué de nuevo a la superficie, entendí que había sido una ballena. También supe que no había tanto peligro, al menos que esta empezara a saltar o que tumbara a mi papá de su bote, pues ahí sí sería muy difícil que nos reincorporamos”, explicó en conversación telefónica con El País.
A pesar de haber sido succionado y luego escupido por el gigante animal marino, Adrián Simancas resultó completamente ileso.
Tras este suceso, el joven venezolano aseguró que tanto él como su padre no dejarán de hacer travesías en los ríos y lagunas australes,
“Yo esperaré que haya mejores condiciones climáticas, ya que se avecina el invierno en unos meses en Chile y realmente en el extremo sur es muy fuerte, y volveré al agua. Es decir, esperaré el próximo año para retomar [el kayak]”, afirmó al medio citado.