Si el texto que está leyendo llegó a sus manos luego del 29 de agosto, ya no podrá opinar ante la Conama, es decir el Gobierno, sobre el anteproyecto de las “Normas secundarias de calidad ambiental para la protección de las aguas del río Cruces”.
Según el organismo ambiental, la norma busca proteger y conservar la calidad actual de las aguas, impidiendo su deterioro futuro y asegurando un nivel aceptable conforme a criterios científicos y técnicos disponibles. No obstante, dicha herramienta ha generado detractores en Valdivia.
Como informamos en la edición 32, la presentación de la iniciativa -el 18 de julio-generó un enérgico rechazo de los valdivianos, pues ésta incluye tres compuestos enormemente contaminantes: aluminio, sulfato -aniquilador del luchecillo (alimento de los cisnes)- y arsénico. Los dos primeros no autorizados legalmente a Celco.
Los opositores a la norma objetaron que los valores planteados superan altamente los índices históricos del río Cruces y también los niveles de contaminación producidos por los riles de Celco, desde febrero 2004 en el río Cruces y en el santuario de la naturaleza “Carlos Anwandter”.
COLECTIVO CIUDADANO
Tal es el descontento de la comunidad, que se ha organizado un colectivo ciudadano dispuesto a luchar por el bienestar y la vida de Valdivia. El conjunto, llamado Agrupación Transdisciplinaria de Acción Estudiantil (ATRAE) nos hizo llegar un documento que enviaron a la Conama con las correspondientes observaciones al contenido de la propuesta del Gobierno.
Respecto a los antecedentes generales de la cuenca y fundamentación, el colectivo señala que en la norma se describen ejemplos de actividades que ejercen presión sobre la calidad de las aguas del río Cruces. Sin embargo, no menciona la presión que ejercen las descargas de residuos líquidos de la planta de celulosa Celco, “pese a constituirse en la principal fuente de compuestos contaminantes que ejercen presión sobre la calidad de aguas del río”, afirman.
El resto de la norma incluye a la planta de celulosa dentro de los emisores comunes de descarga. Según ATRAE, esto se constituye “en un error, al ser Celco el responsable del cambio en la calidad de aguas del estuario y Santuario del río Cruces (UACh, 2005; WWF, 2005) y dado que las descargas de la planta afectan parte del tramo 1 (ver foto) y todo el tramo 2, lo que implica casi un tercio del curso de agua que con esta normativa se está buscando proteger”.
En el ítem “Objetivos y ámbitos de aplicación de la propuesta”, específicamente sobre el artículo 2, que dice que la norma no será aplicable a las aguas del Santuario de la Naturaleza por tratarse de un sistema estuarino afecto a características propias distintas del río, la agrupación dispara lo siguiente: “Siendo el desastre ecológico generado por la planta de celulosa Celco, el factor gatillante que motivó la movilización ciudadana y la presión sobre el Estado, y siendo esta presión la que da paso a la necesidad de la creación de esta norma secundaria, no es posible excluir de la misma a la protección directa del Santuario de la Naturaleza ‘Carlos Anwandter’, habiendo sido éste designado como tal bajo la Comisión Ramsar sobre Humedales en la adhesión que Chile ratificó el 27 de julio de 1981, asumiendo su protección bajo Ley de la República”.
SUMA Y SIGUE
El documento de ATRAE consigna que dentro de la serie de parámetros estipulados para medición, “no se menciona regulación alguna para los Compuestos Orgánicos Halogenados Absorbibles (AOX): la concentración promedio de estos compuestos (que incluyen organoclorados, dioxinas y furanos) aumentó de 2,83 ug/L aguas arriba de la Planta a 30,33 ug/L aguas abajo. En abril de 2004 el aporte de la Planta a la concentración de AOX en el Río Cruces fue de 32 ug/L, lo que representa 16 veces su nivel base en esa fecha (2 ug/L El aporte de cargas netas de AOX fue en promedio 115,4 kg/día (Informe UACh, 2005)”.
Las dioxinas son los compuestos más tóxicos originados por el hombre. La norma no incluye una gran cantidad de compuestos descargados por Celco, los que en suma originaron la catástrofe ambiental aguas abajo del sitio de descarga.
El documento del colectivo ciudadano enviado a la Conama, objeta artículo por artículo la norma secundaria. Además, en el informe exigen que se les explique de qué forma podrá ser protegida la calidad de aguas del río Cruces, “si frente a las innumerables evidencias científicas, económicas y sociales, Celco no ha gestionado una real reestructuración del proceso sobre descargas, ni de sobreproducción de la planta, pasando por alto un informe detallado encargado por la Conama al grupo de científicos de la Uach; un fallo del Tribunal Latinoamericano del Agua (México); y la incesante presión ciudadana por evitar que continúe la catástrofe ambiental que lleva 2 años poniendo en riesgo la salud de la población y la biodiversidad de Valdivia”.
Finalmente, ATRAE asegura que se hace imposible el cumplimiento de los objetivos que busca la norma “y por tanto de todo objetivo específico que derive del primordial, si es que la planta de celulosa de Celco continua descargando los cientos de toneladas diarias de compuestos químicos contaminantes biotóxicos derivados de su sobreproducción. Por tanto, la única forma de dar validez y aplicabilidad al documento sometido a consulta ciudadana es la exigencia de un circuito de producción cerrado, cuya tecnología está disponible y se encuentra desarrollada o, en su defecto, el cierre definitivo de las faenas de producción de celulosa blanqueada”.
Mauricio San Cristóbal