La Segunda Evaluación del Desempeño Ambiental para Chile, presentada esta semana por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hace hincapié en la necesidad de avanzar en la gestión eficaz de las áreas protegidas. Esto, considerando la intensificación de las presiones sobre los recursos naturales y la biodiversidad del país, derivada del crecimiento económico.
“El informe de la OCDE refuerza la idea de que es clave y urgente contar con un Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas que revierta la actual fragmentación institucional y de políticas en torno a la conservación de nuestra diversidad biológica y que también garantice la eficacia de los recursos invertidos en ella y la participación de comunidades locales e indígenas”, señala Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile.
Si bien el documento reconoce un aumento del financiamiento en esta materia a partir del 2000, muestra que aún no es suficiente para alcanzar el nivel de otros países sudamericanos. Asimismo, se evidencia un incremento en la superficie protegida, que en lo terrestre llega al 19% y al 24% en lo marino –con la creación del Parque Marino Nazca-Desventuradas- con lo cual se superan los objetivos de protección establecidos en las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica, en el marco del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB).
“Sin embargo, la OCDE es clara al subrayar que muchas áreas protegidas carecen de recursos, tanto financieros como humanos, y que sus planes de gestión solo se ejecutan en forma parcial, o están incompletos o desactualizados. Por lo mismo, estima que Chile no contará con planes de administración y gestión operacionales en todas las áreas protegidas hasta el año 2050. Específicamente en lo marino, además, el informe llama a aumentar el número de áreas protegidas a lo largo del margen continental”, puntualiza el representante de WWF Chile.