La primera semana de agosto, la organización internacional de conservación marina Oceana iniciará una expedición al Golfo de México con el fin de identificar los daños ecológicos de largo plazo que tendría el derrame de petróleo ocurrido a fines de abril en ese lugar. La expedición durará dos meses y estará conformada por un equipo de científicos y buzos de las oficinas de Europa, Estados Unidos y Chile, algunos de ellos con experiencia en los vertidos petrolíferos más graves de las últimas décadas.
“Oceana ha insistido, mucho antes de este derrame, en la necesidad declarar una moratoria a las nuevas perforaciones petrolíferas debido al alto riesgo de accidentes cuyas consecuencias en el medioambiente marino son irreversibles o persistentes por largo tiempo. Con esta expedición buscamos documentar los graves daños a los ecosistemas marinos con el fin de persuadir al Gobierno y Congreso de Estados Unidos para que instauren esta moratoria de manera permanente, además de tomar otras medidas para evitar que estas catástrofes sigan ocurriendo”, señaló Alex Muñoz, Vicepresidente para Sudamérica de Oceana.
A bordo el barco Latitude, Oceana se internará en las aguas del Golfo para documentar la presencia de petróleo en la columna de agua y sector costero, y analizar el impacto de éste en especies como los corales de aguas someras y de profundidad situados al oeste de Florida y en zonas colindantes con aguas cubanas. La expedición, además, incluirá el marcaje de tiburones y tortugas marinas con el fin de hacer seguimiento a sus rutas migratorias y determinar si son capaces de evitar las aguas contaminadas. Del mismo modo, se tomarán muestras de peces, sedimentos, larvas, plancton y agua, para analizar sus niveles de contaminación con hidrocarburos.
“La expedición pretende medir el impacto a largo plazo del vertido y detectar la contaminación que en estos momentos está pasando desapercibida. Identificaremos los ecosistemas que ya han sido afectados y aquellos que pueden estar en peligro si el petróleo es capturado por corrientes y transportado hacia el sur de Florida y norte de Cuba”, señaló Matthias Gorny, Director de Ciencias de Oceana en Chile y miembro de equipo científico de la expedición.
Para llevar a cabo la documentación visual y muestreo científico, la expedición contará un equipo internacional de buzos profesionales que incluyen fotógrafos y camarógrafos de reconocido prestigio. También se emplearán dos robots submarinos (ROV) equipados para filmar imágenes en alta definición hasta los mil metros de profundidad. El equipo de científicos, en colaboración con universidades de los Estados Unidos, además empleará dragas y redes tipo bongo para la toma de muestra submarinas.
La expedición, que zarpará desde el Puerto Fort Lauderdale (Florida), será dirigida por Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana Europa, quien posee amplia experiencia en expediciones destinadas a documentar mareas negras. El equipo científico estará liderado por el Dr. Michael Hirshfield, Director de Ciencia de Oceana en Estados Unidos, y Jeff Short, científico de la oficina de Oceana en Alaska y uno de los mayores expertos mundiales en derrames de petróleo. Short participó en las labores de limpieza del Exxon Valdez y todavía hoy continúa trabajando en sus repercusiones.
Desde Chile integrarán la expedición Alex Muñoz, Director Ejecutivo de Oceana; Matthias Gorny, Director de Ciencias; Eduardo Sorensen, fotógrafo submarino; Fernando Loyola, buzo de seguridad. Este equipo ha participado en diversas expediciones científicas realizadas por la organización de conservación marina en fiordos de la Patagonia chilena, en el Archipiélago Juan Fernández, y en las Reservas Marinas Choros-Damas e Isla Chañaral en las Regiones de Coquimbo y Atacama.
Cabe recordar que el Golfo de México es un área crítica para la reproducción y alimentación de numerosas especies, entre ellas atún rojo, especie altamente amenazada que, además del Mediterráneo, sólo se reproduce en la zona afectada por el derrame.
Por Annelore Hoffens