“Este hecho no puede quedar impune. Las especies marinas siguen muriendo, y la fuente de trabajo de cientos de personas que viven de la pesca y el turismo se verá afectada. Se debe esclarecer cuanto antes lo sucedido y sancionar a los responsables”, señaló el director ejecutivo de Oceana, Alex Muñoz.
Esta acción se suma a la querella presentada por el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) en contra de quienes resulten responsables por este hecho, la cual busca sancionar a aquellos que no pusieron toda la atención necesaria para evitar el accidente que afecta al medio ambiente y a su entorno. Además, el Servicio está cuantificando los daños en las áreas de manejo de la pesca artesanal.
A la fecha, 35 aves de seis tipos han sido rescatadas, pero 11 han fallecido producto del combustible que ingirieron. Las especies afectadas son pingüinos, gaviotas, pelícanos, blanquillos, hualas, cormoranes y taguas, las que han sido trasladadas hasta el Hospital Clínico Santo Tomás de Viña del Mar, recinto en el que aplican un protocolo de manejo de aves empetroladas, que contempla una etapa de estabilización, manejo alimentario, limpieza y secado, además de una observación diaria del estado general de cada ave.
“Este derrame no es un hecho aislado. Son 40 años de abusos de las empresas de Ventanas y Quintero, las cuales no cumplen con los estándares mínimos para operar sin poner en riesgo a la población y al medioambiente. El Gobierno debe intervenir con dureza para cambiarle la cara a esta bahía”, puntualizó Muñoz.
Comunicaciones OCEANA