Frente al actual proceso de negociación para definir el futuro de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), 21 organizaciones ciudadanas de 11 países latinoamericanos y organizaciones internacionales que trabajan en conservación marina en la región, entregaron una serie de recomendaciones para ser consideradas por los gobiernos latinoamericanos a la hora de efectuar los propios comentarios del paquete presentado durante la reunión del Pequeño Grupo de Trabajo de la CBI realizada a inicios de marzo en San Petersburgo (La Florida, EE.UU).
Más de una veintena de organizaciones ciudadanas de América Latina y ONGs internacionales enviaron formalmente a los representantes de los gobiernos regionales miembro de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), un documento de análisis sobre una propuesta que busca reanudar en 2010 la caza comercial de ballenas y legitimar la denominada “caza científica” de ballenas.
La propuesta de reforma o negociación de la CBI – preparada en secreto durante los últimos cuatro meses por un grupo de 12 países conocido como Grupo de Apoyo – fue presentada durante la reunión del Pequeño Grupo de Trabajo de la CBI realizada a inicios de marzo en San Petersburgo (La Florida, EE.UU).
El documento preparado por las ONG’s, forma parte del trabajo colaborativo realizado durante los últimos cinco años entre el bloque de países conservacionistas latinoamericanos,- conformado en el Grupo de países Buenos Aires-, y las organizaciones de la sociedad civil. Este esfuerzo busca integrar los intereses regionales respecto a la conservación y uso no letal de lo cetáceos, frente a una propuesta de reforma que consideran desbalanceada y pro-intereses de la industria ballenera.
Al respecto, las ONG afirman que el proceso de reforma de la CBI es una valiosa oportunidad para fortalecer y consolidar políticas de conservación y uso no letal de cetáceos. Señalan que el objetivo del documento es “evaluar, desde la perspectiva de la sociedad civil organizada, los aspectos más relevantes para nuestra región y presentar recomendaciones para que sean considerados por los Comisionados al momento de decidir (…) el futuro de las ballenas”.
El documento de análisis preparado por las ONG’s agrega que “resultaría inaceptable aprobar una propuesta que busca legitimar la apropiación unilateral e ilegítima de recursos marinos compartidos, ofreciendo a la casi difunta y escandalosamente subsidiada industria ballenera un nuevo impulso de al menos 10 años”.
Respecto a la próxima reunión anual de la CBI que se llevara a cabo durante el próximo mes de junio en la ciudad de Agadir (Marruecos), las ONG’s señalaron que la aprobación de la propuesta de reforma bajo los actuales términos “amenazará la efectiva conservación de las poblaciones de cetáceos del hemisferio sur que son utilizadas de manera legítima y mediante metodologías no letales por nuestros Estados ribereños”.
Un estudio realizado en 2008, por los investigadores Hoyt e Iñiguez, evidenció que el turismo de avistaje de cetáceos es una emergente actividad económica en expansión en América latina . Entre 1998 y 2006 el número de comunidades costeras que desarrolla la actividad aumentó un 11,3% anual, situándola como uno de los sectores de mayor crecimiento dentro del rubro de turismo regional .
Al respecto, el documento de las ONG sobre la reforma de la CBI hace un llamado a los países de la región a defender los compromisos adquiridos y liderar las políticas promovidas por el Grupo Buenos Aires, mediante
enmiendas a la propuesta de reforma en discusión que garanticen la mantención efectiva de la moratoria sobre la caza comercial, la finalización de la denominada “caza científica” y la integración del uso no letal de las ballenas como un derecho inalienable de los países que han decidido soberanamente utilizar estos mamíferos marinos mediante metodologías no letales.
Las ONGs también señalan en el documento que resulta inaceptable que la propuesta de reforma actual sugiera que los costos económicos asociados a la reanudación de la caza comercial de ballenas sean cubiertos por todos los países miembros de la Comisión. “Esto significa que fondos estatales provenientes de los impuestos de todos los chilenos y de cientos de comunidades costeras de nuestra región que dependen económicamente de la efectiva conservación de las ballenas, tendrán que financiar la reanudación de la industria de caza de ballenas de naciones industrializadas como Japón” afirmó Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea y una de las organizaciones adheridas al documento.
Por su parte, Juan Carlos Cárdenas, director ejecutivo del Centro Ecoceanos, afirmó que “ Chile, que posee la presidencia de la CBI en un momento clave para el futuro de las poblaciones de ballenas, esta llamado a jugar un papel clave para fortalecer la posición conservacionista del Grupo de Buenos Aires, y no ser presionado para jugar un papel facilitador de los intereses de Japón en el océano austral. Como ciudadanos latinoamericanos, entendemos que esta situación va mas allá del tema en la CBI y genera precedentes en relación al acceso a s recursos en aguas del hemisferio sur”.
José Truda, ex-Comisionado de Brasil y representante de CCC en dicho país, señaló que ‘es importante que los países de Latinoamérica presenten un frente solidario y sólido ante las presiones de Japón y sus aliados. Sin los votos de nuestra región, ningún acuerdo es posible en la CBI, y es fundamental que nuestros Comisionados presenten sus exigencias mínimas legítimas para este proceso, como por ejemplo el fín de la
cacería en el hemisferio sur y el apoyo de la Comisión al desarrollo de los usos no-letales de las ballenas como alternativa a la matanza».
Cabrera finalizó afirmando que “esta acción conjunta con organizaciones civiles de la región evidencia la creciente preocupación de la ciudadanía latinoamericana respecto a la grave amenaza que significaría para América Latina la adopción de un mal acuerdo bajo la falsa amenaza -promovida por algunos comisionados en la CBI-, que este organismo se encontraría estancado o al borde de un inminente colapso. La realidad es que sólo después de la implementación de la moratoria a nivel global, la CBI ha podido avanzar significativamente en la conservación de cetáceos y evolucionar de acuerdo a los intereses de la ciudadanía del siglo XXI.”
El documento contó con el apoyo de Fundación Patagonia Natural, Instituto de Conservación de Ballenas, Fundación Marybio, Centro de Conservación Cetacea Brasil, Instituto Baleia Jubarte, Projeto Baleia de Bryde/Centro de Estudios para a Conservação Marinha (CEMAR), Centro de Conservación Cetacea Chile, Centro Ecoceanos, Fundación Yubarta, Fundación Natibo, Fundación MarViva, Fundación Promar, SELVA-Vida Sin Fronteras, Asoc. De Biología Marina (ABIMA), Humane Society International Latinoamerica, Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA), Comité Ballena Azul, Áreas Costeras y Recursos Marinos (ACOREMA), Organización Conservación Cetáceos, Biomarina Venezuela y Sociedad Ecológica Venezolana Vida Marina (Sea Vida).
Fuente: www.ccc-chile.org